/ viernes 29 de abril de 2022

Proyecciones y posibles repercusiones de la alta prevalencia de obesidad, a menos que actuemos

Laurence Mercier y Ornella Malagrino Maza

En el año 2013, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fijó como objetivo la detención del aumento de la obesidad entre 2010 y 2025. A pesar de que faltan tres años para el vencimiento de este plazo, la Federación Mundial de Obesidad (“World Obesity”) anticipa que este objetivo no será alcanzado debido a que ningún país ha tenido éxito en detener o reducir la prevalencia de esta enfermedad.

En el Atlas Mundial de la Obesidad publicado recientemente, se prevé que la tasa de esta enfermedad va a seguir aumentando en todo el mundo. Para el año 2030, se pronostica que una de cada cinco mujeres y uno de cada siete hombres padecerán obesidad a nivel mundial, lo que equivaldrá a más de mil millones de personas con este padecimiento. En México, se proyecta que uno de cada tres adultos tendrá obesidad. Cabe mencionar que las personas con sobrepeso no fueron contabilizadas en este cálculo.

La obesidad tiene importantes repercusiones. A nivel económico, la Federación Mundial de Obesidad reporta que en nuestro país el impacto del sobrepeso y de la obesidad fue de 26 mil millones de dólares en 2019 y proyecta que para 2060 esta cifra puede sextuplicarse para alcanzar 160 mil millones de dólares. Cabe mencionar que estos costos derivan principalmente de la atención médica (diagnóstico y tratamiento), así como pérdida en productividad.

Las personas que padecen sobrepeso u obesidad tienen más probabilidades de desarrollar otras enfermedades como son la diabetes mellitus tipo 2, problemas cerebro-cardiovasculares, hipertensión arterial, dislipidemias y ciertos tipos de cáncer, por citar algunas. Todas estas enfermedades, además de representar un desafío para el sistema de salud, afectan los patrones de mortalidad; es decir, ocasionan que las personas vivan menos años. Al respecto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que la esperanza de vida promedio de las y los mexicanos se reducirá 4.2 años entre 2020 y 2050 como consecuencia de la alta prevalencia de sobrepeso y obesidad.

Recientemente, investigadores de la Universidad de Bergen en Noruega han demostrado cómo ciertos cambios en la alimentación pueden tener un impacto sustancial en la esperanza de vida.

Señalaron que una dieta rica en leguminosas (frijoles, garbanzos, lentejas, habas), granos integrales (arroz, trigo, avena), frutos secos (nueces, almendras, pistachos), frutas y verduras, además de baja en carne puede aumentar con más de diez años la esperanza de vida de un individuo norteamericano de 20 años (10.7 años para una mujer y 13 años para un hombre). Esta estimación fue calculada tomando como referencia una dieta occidental clásica que incluye alimentos ricos en carbohidratos, productos lácteos y carne. Los mismos investigadores mostraron que si se inicia esa dieta a una edad más avanzada (60 o 80 años) parte de su potencial se pierde, aunque sigue siendo significativo.

Hay cambios relativamente fáciles de emprender a nivel de nuestra alimentación para tener efectos sustanciales en nuestra vida y evitar que se cumplan las proyecciones que mencionamos. ¡En cuanto antes los apliquemos, será mejor!

A continuación, te compartimos algunas ideas para mejorar tu alimentación y la de tu familia, así como sus ventajas:

1. Sigue el Plato del Bien Comer

a) Identificar qué alimento pertenece a cada grupo te ayudará a armar mejor tu plato.

b) En el transcurso del día se requieren varias porciones de un mismo grupo de alimentos, por lo que conocer las porciones nos ayuda a saber cómo intercambiarlos entre sí.

c) Recuerda que, dependiendo de la edad, la estatura, el sexo y la actividad física de cada persona, es la cantidad de alimento que cada uno necesita. Puedes acudir con un especialista en nutrición para saber cuáles son las cantidades que tú requieres.

2. Planea un menú semanal saludable para ti y toda tu familia

a) Logramos dar un balance adecuado de energía, proteínas, grasas, fibra, vitaminas y minerales.

b) Toda la familia se prepara para comer saludable.

c) Facilita la organización y la participación de todos.

d) Ahorra tiempo y también dinero.

3. Surtir la despensa en base al menú

a) Hacer una lista antes de ir al supermercado, puede ayudar a ahorrar tiempo y dinero.

b) Tenemos los ingredientes que necesitamos.

c) Evitamos comprar alimentos que no sean saludables.

d) Se pueden aprovechar ofertas en frutas, verduras y otros alimentos.

e) Es el momento perfecto para que los niños o niñas se involucren comprando, escogiendo o guardando los alimentos que les ayudaran a crecer.

f) Siempre hay que revisar el refrigerador en la noche, por si no tenemos algún ingrediente, para organizar los cambios adecuados con tiempo.

4. Dormir a los niños o niñas antes de las 9:00 pm y los adultos antes de las 10:00 pm

a) Los adultos nos levantamos con tiempo para preparar los alimentos.

b) Los niños se levantan a tiempo para alcanzar a desayunar.

c) Todos descansan de forma correcta, amanecen de mejor humor sin cansancio, lo que ayuda a disminuir la ansiedad.

5. Pónganse en movimiento

a) La actividad física formará parte de su estilo de vida diario.

b) Hay muchas opciones para todos los gustos y presupuestos; puede ser individual o grupal: clases de natación, baile, artes marciales, fútbol, gimnasio, rutinas en video, etcétera.

c) Las actividades recreativas también cuentan: andar en bicicleta, excursiones, jugar a la pelota, brincar la cuerda, jugar al elástico.

d) El ejercicio favorece las relaciones familiares.

e) Mantenerse ocupado limita el uso de televisión, computadora, celular, tabletas electrónicas, videojuegos de cualquier tipo. Se recomiendan que no pasen más de dos horas al día frente a una pantalla.

6. Participen en familia y extiendan estas ideas a los amigos

a) Aprenden juntos a elegir alimentos saludables y nutritivos.

b) Todos pueden participan: hermanos de todas las edades, primos, tíos, abuelos, amigos: comprando, lavando, mezclando, limpiando, eligiendo, etcétera.

c) Los hábitos saludables también se contagian: en las reuniones inviten a buscar opciones más saludables.

Si queremos un presente y futuro más sano, tenemos que integrar a los niños y niñas en el cambio de rutinas y estilos de vida saludable. Recordemos que la nutrición de ellos es responsabilidad de los adultos, así que está en nosotros enseñarles cómo lograrlo y en el camino nosotros también aprender.

Bibliografía consultada

Fadnes, L.T., Økland, J.-M., Haaland, O.A., Johansson, K.A. (2022). Estimating impact of food choices on life expectancy: A modeling study. PLOS Medicine 19(2), e1003889.

Organization for Economic Co-operation and Development (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) (2019). The Heavy Burden of Obesity: The Economics of Prevention. OECD Health Policy Studies, OECD Publishing, Paris. Disponible en: https://bit.ly/3t1R6VB (consultado el 12 de abril de 2022).

World Health Organization (Organización Mundial de la Salud) (2013). Global Action Plan for the Prevention and Control of Non-communicable Diseases 2013-2020. World Health Organization, Ginebra. Disponible en: http://www.who.int/nmh/events/ncd_action_plan/en/ (consultado el 12 de abril de 2022).

World Obesity (Federación Mundial de Obesidad) (2022). World Obesity Atlas 2022. World Obesity Federation, Londres. Disponible en: https://www.worldobesityday.org/assets/downloads/World_Obesity_Atlas_2022_WEB.pdf (consultado el 10 de abril de 2022).

Autoras

La doctora Laurence Mercier es investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y la licenciada Ornella Malagrino Maza es nutrióloga de Médica Fidepaz. Correos de contacto: lmercier04@cibnor.mx e infonutriologa@gmail.com, respectivamente.

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Laurence Mercier y Ornella Malagrino Maza

En el año 2013, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fijó como objetivo la detención del aumento de la obesidad entre 2010 y 2025. A pesar de que faltan tres años para el vencimiento de este plazo, la Federación Mundial de Obesidad (“World Obesity”) anticipa que este objetivo no será alcanzado debido a que ningún país ha tenido éxito en detener o reducir la prevalencia de esta enfermedad.

En el Atlas Mundial de la Obesidad publicado recientemente, se prevé que la tasa de esta enfermedad va a seguir aumentando en todo el mundo. Para el año 2030, se pronostica que una de cada cinco mujeres y uno de cada siete hombres padecerán obesidad a nivel mundial, lo que equivaldrá a más de mil millones de personas con este padecimiento. En México, se proyecta que uno de cada tres adultos tendrá obesidad. Cabe mencionar que las personas con sobrepeso no fueron contabilizadas en este cálculo.

La obesidad tiene importantes repercusiones. A nivel económico, la Federación Mundial de Obesidad reporta que en nuestro país el impacto del sobrepeso y de la obesidad fue de 26 mil millones de dólares en 2019 y proyecta que para 2060 esta cifra puede sextuplicarse para alcanzar 160 mil millones de dólares. Cabe mencionar que estos costos derivan principalmente de la atención médica (diagnóstico y tratamiento), así como pérdida en productividad.

Las personas que padecen sobrepeso u obesidad tienen más probabilidades de desarrollar otras enfermedades como son la diabetes mellitus tipo 2, problemas cerebro-cardiovasculares, hipertensión arterial, dislipidemias y ciertos tipos de cáncer, por citar algunas. Todas estas enfermedades, además de representar un desafío para el sistema de salud, afectan los patrones de mortalidad; es decir, ocasionan que las personas vivan menos años. Al respecto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que la esperanza de vida promedio de las y los mexicanos se reducirá 4.2 años entre 2020 y 2050 como consecuencia de la alta prevalencia de sobrepeso y obesidad.

Recientemente, investigadores de la Universidad de Bergen en Noruega han demostrado cómo ciertos cambios en la alimentación pueden tener un impacto sustancial en la esperanza de vida.

Señalaron que una dieta rica en leguminosas (frijoles, garbanzos, lentejas, habas), granos integrales (arroz, trigo, avena), frutos secos (nueces, almendras, pistachos), frutas y verduras, además de baja en carne puede aumentar con más de diez años la esperanza de vida de un individuo norteamericano de 20 años (10.7 años para una mujer y 13 años para un hombre). Esta estimación fue calculada tomando como referencia una dieta occidental clásica que incluye alimentos ricos en carbohidratos, productos lácteos y carne. Los mismos investigadores mostraron que si se inicia esa dieta a una edad más avanzada (60 o 80 años) parte de su potencial se pierde, aunque sigue siendo significativo.

Hay cambios relativamente fáciles de emprender a nivel de nuestra alimentación para tener efectos sustanciales en nuestra vida y evitar que se cumplan las proyecciones que mencionamos. ¡En cuanto antes los apliquemos, será mejor!

A continuación, te compartimos algunas ideas para mejorar tu alimentación y la de tu familia, así como sus ventajas:

1. Sigue el Plato del Bien Comer

a) Identificar qué alimento pertenece a cada grupo te ayudará a armar mejor tu plato.

b) En el transcurso del día se requieren varias porciones de un mismo grupo de alimentos, por lo que conocer las porciones nos ayuda a saber cómo intercambiarlos entre sí.

c) Recuerda que, dependiendo de la edad, la estatura, el sexo y la actividad física de cada persona, es la cantidad de alimento que cada uno necesita. Puedes acudir con un especialista en nutrición para saber cuáles son las cantidades que tú requieres.

2. Planea un menú semanal saludable para ti y toda tu familia

a) Logramos dar un balance adecuado de energía, proteínas, grasas, fibra, vitaminas y minerales.

b) Toda la familia se prepara para comer saludable.

c) Facilita la organización y la participación de todos.

d) Ahorra tiempo y también dinero.

3. Surtir la despensa en base al menú

a) Hacer una lista antes de ir al supermercado, puede ayudar a ahorrar tiempo y dinero.

b) Tenemos los ingredientes que necesitamos.

c) Evitamos comprar alimentos que no sean saludables.

d) Se pueden aprovechar ofertas en frutas, verduras y otros alimentos.

e) Es el momento perfecto para que los niños o niñas se involucren comprando, escogiendo o guardando los alimentos que les ayudaran a crecer.

f) Siempre hay que revisar el refrigerador en la noche, por si no tenemos algún ingrediente, para organizar los cambios adecuados con tiempo.

4. Dormir a los niños o niñas antes de las 9:00 pm y los adultos antes de las 10:00 pm

a) Los adultos nos levantamos con tiempo para preparar los alimentos.

b) Los niños se levantan a tiempo para alcanzar a desayunar.

c) Todos descansan de forma correcta, amanecen de mejor humor sin cansancio, lo que ayuda a disminuir la ansiedad.

5. Pónganse en movimiento

a) La actividad física formará parte de su estilo de vida diario.

b) Hay muchas opciones para todos los gustos y presupuestos; puede ser individual o grupal: clases de natación, baile, artes marciales, fútbol, gimnasio, rutinas en video, etcétera.

c) Las actividades recreativas también cuentan: andar en bicicleta, excursiones, jugar a la pelota, brincar la cuerda, jugar al elástico.

d) El ejercicio favorece las relaciones familiares.

e) Mantenerse ocupado limita el uso de televisión, computadora, celular, tabletas electrónicas, videojuegos de cualquier tipo. Se recomiendan que no pasen más de dos horas al día frente a una pantalla.

6. Participen en familia y extiendan estas ideas a los amigos

a) Aprenden juntos a elegir alimentos saludables y nutritivos.

b) Todos pueden participan: hermanos de todas las edades, primos, tíos, abuelos, amigos: comprando, lavando, mezclando, limpiando, eligiendo, etcétera.

c) Los hábitos saludables también se contagian: en las reuniones inviten a buscar opciones más saludables.

Si queremos un presente y futuro más sano, tenemos que integrar a los niños y niñas en el cambio de rutinas y estilos de vida saludable. Recordemos que la nutrición de ellos es responsabilidad de los adultos, así que está en nosotros enseñarles cómo lograrlo y en el camino nosotros también aprender.

Bibliografía consultada

Fadnes, L.T., Økland, J.-M., Haaland, O.A., Johansson, K.A. (2022). Estimating impact of food choices on life expectancy: A modeling study. PLOS Medicine 19(2), e1003889.

Organization for Economic Co-operation and Development (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) (2019). The Heavy Burden of Obesity: The Economics of Prevention. OECD Health Policy Studies, OECD Publishing, Paris. Disponible en: https://bit.ly/3t1R6VB (consultado el 12 de abril de 2022).

World Health Organization (Organización Mundial de la Salud) (2013). Global Action Plan for the Prevention and Control of Non-communicable Diseases 2013-2020. World Health Organization, Ginebra. Disponible en: http://www.who.int/nmh/events/ncd_action_plan/en/ (consultado el 12 de abril de 2022).

World Obesity (Federación Mundial de Obesidad) (2022). World Obesity Atlas 2022. World Obesity Federation, Londres. Disponible en: https://www.worldobesityday.org/assets/downloads/World_Obesity_Atlas_2022_WEB.pdf (consultado el 10 de abril de 2022).

Autoras

La doctora Laurence Mercier es investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y la licenciada Ornella Malagrino Maza es nutrióloga de Médica Fidepaz. Correos de contacto: lmercier04@cibnor.mx e infonutriologa@gmail.com, respectivamente.

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