/ viernes 31 de julio de 2020

¿Puede el coronavirus disminuir la polarización?

Por: Andrea Muhech


A medida que el coronavirus destruye vidas y economías, la pandemia también está teniendo un impacto en el tejido social. La polarización ha debilitado muchas democracias, desde la India hasta México y EEUU. Ahora bien, al final de la crisis, ¿saldremos más separados o más unidos?


La fragmentación que vemos en diferentes países resulta preocupante. En la India, se culpó a los musulmanes por la crisis. Mientras tanto, la negación del presidente brasileño ante la gravedad de la pandemia ha agudizado las divisiones ideológicas de ese país. Por otro lado en México, la polarización está obstaculizando la toma de decisiones como el uso de cubrebocas ya que el mismo presidente no lo usa. Así nos podríamos seguir con ejemplos de todo el mundo.


El lado positivo argumenta que durante las amenazas existenciales es cuando el instinto humano nos une. Esas tendencias las podemos ver en reacciones públicas a eventos desastrosos como el tsunami en Japón en 2011, el de 2005 en Indonesia, o en los terremotos en México.


Cuando sucede un acontecimiento desafortunado, los patrones políticos son más susceptibles a ser interrumpidos y así pueden surgir nuevos. A nivel individual, la psicología explica cómo ocurre este cambio ya que las personas naturalmente amplían su grupo para incluir externos, creando una identidad más expansiva que a su vez produce sentimientos positivos hacia los demás (Quarcoo y Kleinfeld 2020).


Los eventos que crean un enemigo común, como las guerras o los ataques terroristas, son catalizadores para la unión, y los líderes pueden utilizar sus plataformas para acelerar el proceso fomentando la acción cooperativa hacia objetivos comunes. Es por eso que se dice que una crisis como la actual puede ser vista como oportunidad.


Ahora bien, el comportamiento cooperativo depende de la confianza interpersonal y esta puede actuar como el sistema inmune de una sociedad. No obstante, para dar pasos hacia adelante, la gobernanza efectiva es crucial debido a que la confianza de los ciudadanos en el gobierno y el buen funcionamiento de este puede desencadenar un círculo virtuoso de cumplimiento voluntario de medidas.


Muchas sociedades están siguiendo el camino fácil de duplicar sus divisiones. Sin embargo, sí es posible construir una mayor unidad ya que una crisis de esta magnitud nos abre la puerta para un cambio y nos puede demostrar una vez más que unidos sí podemos. A medida que abandonemos el distanciamiento social, debemos continuar cooperando ya que marcar la diferencia comienza desde dentro. La decisión de ampliar nuestro grupo deberá salir de nosotros.


El mundo ya está polarizado, ¿podrá un enemigo común en forma de pandemia unirnos de nuevo?



Coordinadora de CIPMEX, A.C.

Por: Andrea Muhech


A medida que el coronavirus destruye vidas y economías, la pandemia también está teniendo un impacto en el tejido social. La polarización ha debilitado muchas democracias, desde la India hasta México y EEUU. Ahora bien, al final de la crisis, ¿saldremos más separados o más unidos?


La fragmentación que vemos en diferentes países resulta preocupante. En la India, se culpó a los musulmanes por la crisis. Mientras tanto, la negación del presidente brasileño ante la gravedad de la pandemia ha agudizado las divisiones ideológicas de ese país. Por otro lado en México, la polarización está obstaculizando la toma de decisiones como el uso de cubrebocas ya que el mismo presidente no lo usa. Así nos podríamos seguir con ejemplos de todo el mundo.


El lado positivo argumenta que durante las amenazas existenciales es cuando el instinto humano nos une. Esas tendencias las podemos ver en reacciones públicas a eventos desastrosos como el tsunami en Japón en 2011, el de 2005 en Indonesia, o en los terremotos en México.


Cuando sucede un acontecimiento desafortunado, los patrones políticos son más susceptibles a ser interrumpidos y así pueden surgir nuevos. A nivel individual, la psicología explica cómo ocurre este cambio ya que las personas naturalmente amplían su grupo para incluir externos, creando una identidad más expansiva que a su vez produce sentimientos positivos hacia los demás (Quarcoo y Kleinfeld 2020).


Los eventos que crean un enemigo común, como las guerras o los ataques terroristas, son catalizadores para la unión, y los líderes pueden utilizar sus plataformas para acelerar el proceso fomentando la acción cooperativa hacia objetivos comunes. Es por eso que se dice que una crisis como la actual puede ser vista como oportunidad.


Ahora bien, el comportamiento cooperativo depende de la confianza interpersonal y esta puede actuar como el sistema inmune de una sociedad. No obstante, para dar pasos hacia adelante, la gobernanza efectiva es crucial debido a que la confianza de los ciudadanos en el gobierno y el buen funcionamiento de este puede desencadenar un círculo virtuoso de cumplimiento voluntario de medidas.


Muchas sociedades están siguiendo el camino fácil de duplicar sus divisiones. Sin embargo, sí es posible construir una mayor unidad ya que una crisis de esta magnitud nos abre la puerta para un cambio y nos puede demostrar una vez más que unidos sí podemos. A medida que abandonemos el distanciamiento social, debemos continuar cooperando ya que marcar la diferencia comienza desde dentro. La decisión de ampliar nuestro grupo deberá salir de nosotros.


El mundo ya está polarizado, ¿podrá un enemigo común en forma de pandemia unirnos de nuevo?



Coordinadora de CIPMEX, A.C.