/ viernes 10 de septiembre de 2021

Puentes Necesarios

Por una #SociedadHorizontal


La semana pasada, Andrés Manuel López Obrador confirmó la salida de Julio Scherer Ibarra de la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República. También informó que en su sustitución entrará Estela Ríos, quien ya fue su colaboradora cuando gobernó en la Ciudad de México. Tras hacerle un amplio reconocimiento por su labor en el proceso de transformación, por elaborar iniciativas de reforma constitucional y ser “como su hermano”, subrayó que Scherer Ibarra decidió “dejar el cargo y el encargo porque va a reincorporarse a sus actividades como abogado”.

Mucho se ha elucubrado sobre la renuncia del ex consejero jurídico. Desde quienes argumentan que su salida fue derivada de una renuncia voluntaria, acelerada por la pérdida de espacios ante la llegada del nuevo Secretario de Gobernación, hasta quienes argumentan que ésta se debió al desgaste provocado por la tensa relación con varios integrantes del gabinete, principalmente con la ex secretaria de gobernacion. Sobre las causas seguramente continuará la pleyade de argumentos y teorías. Lo cierto es que poco se ha reflexionado sobre el hueco que deja Scherer.

En cuanto a las labores que desempeñó el ex consejero jurídico, habría que destacar que en su rol equivalente al de un secretario de Estado en el actual gabinete, desarrolló entre otras cosas, la relación con el Poder Judicial y la Fiscalía General de la República, así como la supervisión de las múltiples modificaciones que se hicieron a distintos marcos normativos. Sin duda alguna, hoy estas actividades quedarán bajo el control de Adan Augusto López, hombre de todas las confianzas del presidente.

Lo que aún está pendiente es conocer, ¿quién tomará las riendas de la interlocución con empresarios e integrantes del sector privado que implícitamente llevó el exconsejero? A lo largo de los primeros tres años de gobierno, los actores económicos encontraron en Julio Scherer un puente confiable para expresar sus preocupaciones. La cercanía con AMLO, el conocimiento de la visión de izquierda y el entendimiento “desideologizado” de las dinámicas empresariales, lo convirtieron en un operador eficiente para la 4T. Sin él, se corre el riesgo de que la polarización imperante, profundice los huecos de comunicación que han prevalecido frente a amplios segmentos del sector productivo.

Ante la segunda mitad de la administración lopezobradorista, estas inquietudes cobran fuerza, especialmente cuando en el propio informe de labores, AMLO afirmó que enviará al Congreso de la Unión una iniciativa de Reforma Constitucional. El mandatario subrayó que las plantas de la Comisión Federal de Electricidad fueron “abandonadas”, mientras que la apertura al mercado eléctrico sirvió para darle preferencia a empresas particulares nacionales y extranjeras.

La discusión es de la mayor trascendencia. El futuro de las ciudades mexicanas y de la industria en general, depende de la competitividad que tenga el país para generar energía eléctrica. No está claro aún, que en esta materia el gobierno de la 4T haya escuchado al sector productivo aún. A manera de ejemplo, el modelo basado en la participación de pequeños agentes capaces de producir su propia energía e inyectarla a la red, o el aprovechamiento de energías renovables tales como la solar o la eólica para garantizar sustentabilidad, dejan claro que el reto va mucho más allá de la CFE y sus plantas.

La #SociedadHorizontal deberá estar atenta al desarrollo de esta discusión, consciente que frente a decisiones y encrucijadas como las que se avecinan, harán falta puentes como los que en otros temas logró construir Julio Scherer. Habrá que buscar la construcción de nuevos.

Por una #SociedadHorizontal


La semana pasada, Andrés Manuel López Obrador confirmó la salida de Julio Scherer Ibarra de la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República. También informó que en su sustitución entrará Estela Ríos, quien ya fue su colaboradora cuando gobernó en la Ciudad de México. Tras hacerle un amplio reconocimiento por su labor en el proceso de transformación, por elaborar iniciativas de reforma constitucional y ser “como su hermano”, subrayó que Scherer Ibarra decidió “dejar el cargo y el encargo porque va a reincorporarse a sus actividades como abogado”.

Mucho se ha elucubrado sobre la renuncia del ex consejero jurídico. Desde quienes argumentan que su salida fue derivada de una renuncia voluntaria, acelerada por la pérdida de espacios ante la llegada del nuevo Secretario de Gobernación, hasta quienes argumentan que ésta se debió al desgaste provocado por la tensa relación con varios integrantes del gabinete, principalmente con la ex secretaria de gobernacion. Sobre las causas seguramente continuará la pleyade de argumentos y teorías. Lo cierto es que poco se ha reflexionado sobre el hueco que deja Scherer.

En cuanto a las labores que desempeñó el ex consejero jurídico, habría que destacar que en su rol equivalente al de un secretario de Estado en el actual gabinete, desarrolló entre otras cosas, la relación con el Poder Judicial y la Fiscalía General de la República, así como la supervisión de las múltiples modificaciones que se hicieron a distintos marcos normativos. Sin duda alguna, hoy estas actividades quedarán bajo el control de Adan Augusto López, hombre de todas las confianzas del presidente.

Lo que aún está pendiente es conocer, ¿quién tomará las riendas de la interlocución con empresarios e integrantes del sector privado que implícitamente llevó el exconsejero? A lo largo de los primeros tres años de gobierno, los actores económicos encontraron en Julio Scherer un puente confiable para expresar sus preocupaciones. La cercanía con AMLO, el conocimiento de la visión de izquierda y el entendimiento “desideologizado” de las dinámicas empresariales, lo convirtieron en un operador eficiente para la 4T. Sin él, se corre el riesgo de que la polarización imperante, profundice los huecos de comunicación que han prevalecido frente a amplios segmentos del sector productivo.

Ante la segunda mitad de la administración lopezobradorista, estas inquietudes cobran fuerza, especialmente cuando en el propio informe de labores, AMLO afirmó que enviará al Congreso de la Unión una iniciativa de Reforma Constitucional. El mandatario subrayó que las plantas de la Comisión Federal de Electricidad fueron “abandonadas”, mientras que la apertura al mercado eléctrico sirvió para darle preferencia a empresas particulares nacionales y extranjeras.

La discusión es de la mayor trascendencia. El futuro de las ciudades mexicanas y de la industria en general, depende de la competitividad que tenga el país para generar energía eléctrica. No está claro aún, que en esta materia el gobierno de la 4T haya escuchado al sector productivo aún. A manera de ejemplo, el modelo basado en la participación de pequeños agentes capaces de producir su propia energía e inyectarla a la red, o el aprovechamiento de energías renovables tales como la solar o la eólica para garantizar sustentabilidad, dejan claro que el reto va mucho más allá de la CFE y sus plantas.

La #SociedadHorizontal deberá estar atenta al desarrollo de esta discusión, consciente que frente a decisiones y encrucijadas como las que se avecinan, harán falta puentes como los que en otros temas logró construir Julio Scherer. Habrá que buscar la construcción de nuevos.