/ lunes 15 de junio de 2020

Pulso CDMX | Cannabis: la Ciudad puede actuar

“Los consumidores de drogas no son de manera automática delincuentes, es más probable que se conviertan en eso si pisan la cárcel o son acosados por la policía.” Vidal Llerenas.


El Alcalde de Azcapotzalco hizo ejercicio de nuevas facultades otorgadas por la Constitución Política de la Ciudad de México, presentando una iniciativa de Ley ante el Congreso de la Ciudad de México para despenalizar el consumo de cannabis en la Capital. Este tema, eternamente pospuesto en el Congreso de la Unión, sigue pendiente a pesar de su obligación de regular indicada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Vidal Llerenas impulsó el tema desde la VI Legislatura de la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal en 2012 con base en la certeza científica, opiniones de personas expertas de la sociedad civil y de entes internacionales. Con esta iniciativa propone detonar mecanismos de prevención y atención basados en la reducción de riesgos y daños, los derechos humanos de las personas usuarias y que se deje de perseguir la portación simple de Cannabis en la Ciudad.

Si bien la regulación de cannabis le compite en gran medida a la esfera federal, los Estados pueden aplicar una tolerancia al consumo personal y a la portación simple siempre respetando el umbral del gramaje que les compite perseguir. Esta acción podría abrir la puerta a la implementación de una estrategia de priorización de la persecución penal. Es decir, sin dejar lugar a una impunidad institucionalizada, potenciar los recursos disponibles para combatir los delitos de más alto impacto social (homicidios, violencia de género, robo a mano armada, secuestros etc.) en vez de destinarlos para encarcelar a personas usuarias de cannabis.

Miles de personas siguen siendo detenidas solamente por portación de cannabis (el 40% de las personas encarceladas por delitos de drogas). Diario se siguen extorsionando, discriminando y estigmatizando a las personas usuarias de cannabis con cateos y detenciones arbitrarias ilegales, y en muchas ocasiones con discriminación racial, en la impunidad total.

Hace unos meses, las y los diputados del Congreso de la Ciudad de México modificaron la Ley de Cultura Cívica. En este ejercicio de reforma las y los diputados locales, incluso los más “pro” derechos humanos, ex activistas o consumidores, reafirmaron la criminalización de las personas consumidoras de cannabis con castigos idénticos. En vez de tomar la oportunidad de legislar al respecto, dejaron de lado no solamente la Constitución de la Ciudad que reconoce el derecho al libre desarrollo de la personalidad, sino también a las múltiples resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Además de la defensa de un derecho fundamental, la regulación de cannabis puede ser una de las innovaciones económicas en medio de la crisis socioeconómica cada vez más aguda; una posibilidad para México de detonar un nuevo mercado legal de una planta que cuenta con múltiples beneficios: industria textil, del papel, farmacéutica entre otros. La Ciudad de México puede innovar y nuevamente marcar la vanguardia en el ámbito nacional e internacional en materia de reconocimiento de derechos y libertades; estar simplemente del lado de las personas, sin dogma ni prejuicios. ¡Regulación ya!

“Los consumidores de drogas no son de manera automática delincuentes, es más probable que se conviertan en eso si pisan la cárcel o son acosados por la policía.” Vidal Llerenas.


El Alcalde de Azcapotzalco hizo ejercicio de nuevas facultades otorgadas por la Constitución Política de la Ciudad de México, presentando una iniciativa de Ley ante el Congreso de la Ciudad de México para despenalizar el consumo de cannabis en la Capital. Este tema, eternamente pospuesto en el Congreso de la Unión, sigue pendiente a pesar de su obligación de regular indicada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Vidal Llerenas impulsó el tema desde la VI Legislatura de la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal en 2012 con base en la certeza científica, opiniones de personas expertas de la sociedad civil y de entes internacionales. Con esta iniciativa propone detonar mecanismos de prevención y atención basados en la reducción de riesgos y daños, los derechos humanos de las personas usuarias y que se deje de perseguir la portación simple de Cannabis en la Ciudad.

Si bien la regulación de cannabis le compite en gran medida a la esfera federal, los Estados pueden aplicar una tolerancia al consumo personal y a la portación simple siempre respetando el umbral del gramaje que les compite perseguir. Esta acción podría abrir la puerta a la implementación de una estrategia de priorización de la persecución penal. Es decir, sin dejar lugar a una impunidad institucionalizada, potenciar los recursos disponibles para combatir los delitos de más alto impacto social (homicidios, violencia de género, robo a mano armada, secuestros etc.) en vez de destinarlos para encarcelar a personas usuarias de cannabis.

Miles de personas siguen siendo detenidas solamente por portación de cannabis (el 40% de las personas encarceladas por delitos de drogas). Diario se siguen extorsionando, discriminando y estigmatizando a las personas usuarias de cannabis con cateos y detenciones arbitrarias ilegales, y en muchas ocasiones con discriminación racial, en la impunidad total.

Hace unos meses, las y los diputados del Congreso de la Ciudad de México modificaron la Ley de Cultura Cívica. En este ejercicio de reforma las y los diputados locales, incluso los más “pro” derechos humanos, ex activistas o consumidores, reafirmaron la criminalización de las personas consumidoras de cannabis con castigos idénticos. En vez de tomar la oportunidad de legislar al respecto, dejaron de lado no solamente la Constitución de la Ciudad que reconoce el derecho al libre desarrollo de la personalidad, sino también a las múltiples resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Además de la defensa de un derecho fundamental, la regulación de cannabis puede ser una de las innovaciones económicas en medio de la crisis socioeconómica cada vez más aguda; una posibilidad para México de detonar un nuevo mercado legal de una planta que cuenta con múltiples beneficios: industria textil, del papel, farmacéutica entre otros. La Ciudad de México puede innovar y nuevamente marcar la vanguardia en el ámbito nacional e internacional en materia de reconocimiento de derechos y libertades; estar simplemente del lado de las personas, sin dogma ni prejuicios. ¡Regulación ya!