/ lunes 5 de julio de 2021

Pulso CDMX | Cannabis: una victoria con pendientes

Hace unos días la Suprema Corte dio un paso histórico para México y para el mundo en materia de derechos y libertades, declarando inconstitucional la prohibición absoluta de la cannabis. Con este acto, cualquier persona mexicana mayor de edad podrá solicitar a COFEPRIS un permiso para autocultivo y autoconsumo de la planta. Esta declaratoria no permite su comercialización, tampoco el consumo frente a personas terceras sin consentimiento o frente a menores de edad.

Con determinación y compromiso con el Estado de Derecho, la Suprema Corte tomó una decisión responsable frente a la inacción del Congreso de la Unión, quien se ha negado a cumplir con su obligación de legislar en los tiempos jurídicos determinados. Los responsables institucionales de los poderes legislativos deberían en este caso recibir una sanción o ser relevados de su cargo por no acatar la indicación de la máxima autoridad judicial mexicana. Frente a los derechos pendientes de una regulación justa e incluyente de cannabis en México, la impunidad sigue; los abusos cotidianos de las autoridades policiales, judiciales y militares también.

Esta victoria fue posible gracias a activistas quienes desde más de 10 años han luchado para hacer valer los derechos humanos contra los estigmas y prejuicios que el conservadurismo quiere imponer sobre la planta. Entre ellos (simbólicamente pero no de manera exhaustiva) : la batalla por el reconocimiento medicinal con Margarita Garfías o Juan Manuel García Vallejo; romper con los estigmas desde la opinión pública y los medios de comunicación con incidencia política y jurídica como Aram Barra, Lisa Sánchez o Zara Snapp; quienes han litigado y puesto el tema en la academia como Alejandro Madrazo, Luisa Conesa o Juan Francisco Torres Landa; los que han demostrado que la sociedad civil es fuente de información y de cambio social como Jorge Herrera, Mariana Sevilla o Amaya Ordorika; o han generado una identidad colectiva y comunitaria desde el activismo social como Pepe Rivera y Leopoldo Rivera con iniciativas claves para el movimiento cannábico enfrentándose a la censura del Estado.

En el trayecto, se han sumado personas aliadas de los medios de comunicación y de la política que fortalecieron los ejercicios de incidencia como Jorge Javier Romero, Genaro Lozano, Vidal Llerenas, Esthela Damián, Patricia Mercado, Olga Sánchez Cordero, Lucía Riojas, Martha Tagle o Jesusa Rodríguez quienes hicieron suya la bandera del derecho al libre desarrollo de la personalidad. Si bien en la CDMX Claudia Sheinbaum está innovando con proyectos de reducción de riesgos y daños, existe hoy la oportunidad de terminar con la extorsión, detención y persecución penal por posesión simple de cannabis.

La batalla ganada es ciudadana. Es el resultado de acciones de diversos colectivos y organizaciones jurídicamente conformadas que han logrado posicionar en la agenda pública la urgencia de una descriminalización y regulación con información y certeza científica, sin dogmas ni moral: las libertades y los derechos por delante, “hasta la victoria verde”. La guerra sigue: la victoria deberá ser una regulación que le beneficie a México y al pueblo con derechos, prevención, información, comercialización incluyente y justicia social para el campo.

Hace unos días la Suprema Corte dio un paso histórico para México y para el mundo en materia de derechos y libertades, declarando inconstitucional la prohibición absoluta de la cannabis. Con este acto, cualquier persona mexicana mayor de edad podrá solicitar a COFEPRIS un permiso para autocultivo y autoconsumo de la planta. Esta declaratoria no permite su comercialización, tampoco el consumo frente a personas terceras sin consentimiento o frente a menores de edad.

Con determinación y compromiso con el Estado de Derecho, la Suprema Corte tomó una decisión responsable frente a la inacción del Congreso de la Unión, quien se ha negado a cumplir con su obligación de legislar en los tiempos jurídicos determinados. Los responsables institucionales de los poderes legislativos deberían en este caso recibir una sanción o ser relevados de su cargo por no acatar la indicación de la máxima autoridad judicial mexicana. Frente a los derechos pendientes de una regulación justa e incluyente de cannabis en México, la impunidad sigue; los abusos cotidianos de las autoridades policiales, judiciales y militares también.

Esta victoria fue posible gracias a activistas quienes desde más de 10 años han luchado para hacer valer los derechos humanos contra los estigmas y prejuicios que el conservadurismo quiere imponer sobre la planta. Entre ellos (simbólicamente pero no de manera exhaustiva) : la batalla por el reconocimiento medicinal con Margarita Garfías o Juan Manuel García Vallejo; romper con los estigmas desde la opinión pública y los medios de comunicación con incidencia política y jurídica como Aram Barra, Lisa Sánchez o Zara Snapp; quienes han litigado y puesto el tema en la academia como Alejandro Madrazo, Luisa Conesa o Juan Francisco Torres Landa; los que han demostrado que la sociedad civil es fuente de información y de cambio social como Jorge Herrera, Mariana Sevilla o Amaya Ordorika; o han generado una identidad colectiva y comunitaria desde el activismo social como Pepe Rivera y Leopoldo Rivera con iniciativas claves para el movimiento cannábico enfrentándose a la censura del Estado.

En el trayecto, se han sumado personas aliadas de los medios de comunicación y de la política que fortalecieron los ejercicios de incidencia como Jorge Javier Romero, Genaro Lozano, Vidal Llerenas, Esthela Damián, Patricia Mercado, Olga Sánchez Cordero, Lucía Riojas, Martha Tagle o Jesusa Rodríguez quienes hicieron suya la bandera del derecho al libre desarrollo de la personalidad. Si bien en la CDMX Claudia Sheinbaum está innovando con proyectos de reducción de riesgos y daños, existe hoy la oportunidad de terminar con la extorsión, detención y persecución penal por posesión simple de cannabis.

La batalla ganada es ciudadana. Es el resultado de acciones de diversos colectivos y organizaciones jurídicamente conformadas que han logrado posicionar en la agenda pública la urgencia de una descriminalización y regulación con información y certeza científica, sin dogmas ni moral: las libertades y los derechos por delante, “hasta la victoria verde”. La guerra sigue: la victoria deberá ser una regulación que le beneficie a México y al pueblo con derechos, prevención, información, comercialización incluyente y justicia social para el campo.