/ lunes 21 de octubre de 2019

Pulso CDMX | Disco Sopa: fiesta, acción y conciencia

Impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) desde 1979, cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, con el fin de concientizar las poblaciones mundiales sobre las temáticas de pobreza, seguridad alimentaria, desnutrición y lucha contra el hambre. En los últimos años, la FAO orientó sus acciones hacia la atención y la protección del papel que juega la agricultura desde un enfoque de desarrollo sostenible, especialmente en aras de los objetivos fijados por la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.

Una de las soluciones defendidas por activistas y organizaciones sociales para luchar contra la pobreza alimentaria se enfoca en la lucha contra el desperdicio de alimentos. A nivel mundial, entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano se desperdicia. Entre el 40 y 50% de dicho desperdicio, que podría servir a alimentar a más de 2 mil millones de personas, son producto de las raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas. La Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), destinada a apoyar la cooperación entre México, Estados Unidos y Canadá en materia ambiental, publicó en marzo de este año la Guía Práctica para Cuantificar la Pérdida y Desperdicio de Alimentos. Según el estudio, en México se desperdician 28 toneladas al año de comida (cerca de 37% de la oferta alimenticia nacional), cuando más de 28 millones de personas no satisfacen sus necesidades alimentarias.

Tamaño, color o forma: hoy, los supermercados y sus redes de mercadotecnia neoliberal han impuesto estereotipos y hábitos de consumo hacia la búsqueda permanente de la fruta o la verdura “perfecta”. Una parte del desperdicio proviene de la decisión de desechar los alimentos que todavía son comestibles y nutritivos, por el comportamiento de los vendedores de comida o por los consumidores mismos, en general por estas simples “irregularidades” estéticas.

Es así como nació la Disco Sopa, en Europa en 2007, y hoy presente en varias ciudades del mundo: un acto gastronómico y musical gratuito de protesta. La Disco Sopa consiste en juntar a personas de distintas edades en lugares públicos para cocinar con frutas y verduras recolectadas en mercados y destinadas a perderse, al sonido de una programación musical. Celebrar la nueva vida de dichos alimentos a través de una reunión comunitaria de intercambios intergeneracionales, entre distintos grupos sociales hacia un mismo fin: luchar contra el desperdicio. La iniciativa contribuye también a la activación de espacios públicos desde una visión de seguridad ciudadana.

Las soluciones existen. La voluntad también. De la mano con el colectivo Disco Sopa México, quien lleva desde 2012 al frente de dichas acciones, proponemos a las autoridades gubernamentales a comprometerse en contra del desperdicio en pro de este tipo de proyectos de economía circular; promoviendo la reutilización de residuos como fuente de energía sustentable a través de la composta. Hagamos de una iniciativa ciudadana festiva una acción de gobierno transversal, participativa e incluyente. Pronto tendremos más Disco Sopas…

Impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) desde 1979, cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, con el fin de concientizar las poblaciones mundiales sobre las temáticas de pobreza, seguridad alimentaria, desnutrición y lucha contra el hambre. En los últimos años, la FAO orientó sus acciones hacia la atención y la protección del papel que juega la agricultura desde un enfoque de desarrollo sostenible, especialmente en aras de los objetivos fijados por la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.

Una de las soluciones defendidas por activistas y organizaciones sociales para luchar contra la pobreza alimentaria se enfoca en la lucha contra el desperdicio de alimentos. A nivel mundial, entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano se desperdicia. Entre el 40 y 50% de dicho desperdicio, que podría servir a alimentar a más de 2 mil millones de personas, son producto de las raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas. La Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), destinada a apoyar la cooperación entre México, Estados Unidos y Canadá en materia ambiental, publicó en marzo de este año la Guía Práctica para Cuantificar la Pérdida y Desperdicio de Alimentos. Según el estudio, en México se desperdician 28 toneladas al año de comida (cerca de 37% de la oferta alimenticia nacional), cuando más de 28 millones de personas no satisfacen sus necesidades alimentarias.

Tamaño, color o forma: hoy, los supermercados y sus redes de mercadotecnia neoliberal han impuesto estereotipos y hábitos de consumo hacia la búsqueda permanente de la fruta o la verdura “perfecta”. Una parte del desperdicio proviene de la decisión de desechar los alimentos que todavía son comestibles y nutritivos, por el comportamiento de los vendedores de comida o por los consumidores mismos, en general por estas simples “irregularidades” estéticas.

Es así como nació la Disco Sopa, en Europa en 2007, y hoy presente en varias ciudades del mundo: un acto gastronómico y musical gratuito de protesta. La Disco Sopa consiste en juntar a personas de distintas edades en lugares públicos para cocinar con frutas y verduras recolectadas en mercados y destinadas a perderse, al sonido de una programación musical. Celebrar la nueva vida de dichos alimentos a través de una reunión comunitaria de intercambios intergeneracionales, entre distintos grupos sociales hacia un mismo fin: luchar contra el desperdicio. La iniciativa contribuye también a la activación de espacios públicos desde una visión de seguridad ciudadana.

Las soluciones existen. La voluntad también. De la mano con el colectivo Disco Sopa México, quien lleva desde 2012 al frente de dichas acciones, proponemos a las autoridades gubernamentales a comprometerse en contra del desperdicio en pro de este tipo de proyectos de economía circular; promoviendo la reutilización de residuos como fuente de energía sustentable a través de la composta. Hagamos de una iniciativa ciudadana festiva una acción de gobierno transversal, participativa e incluyente. Pronto tendremos más Disco Sopas…