/ lunes 27 de septiembre de 2021

Pulso CDMX | De la emergencia a la acción

México sigue aumentando sus emisiones de gases invernaderos como nunca y el Gobierno de México propone al Congreso de la Unión un presupuesto que disminuye sensiblemente la partida dedicada al cambio climático. Una irresponsabilidad que ojalá corrija.

En la Asamblea General de la ONU, el canciller Marcelo Ebrard reconoció de manera responsable la gravedad de la situación y la falta de cumplimiento efectivo de los acuerdos globales en materia de lucha contra el cambio climático y para implementar un modelo de desarrollo adecuado.

A principios de septiembre integrantes del colectivo Cambiemos el Sistema No el Clima entregaron más de 75 mil firmas, recolectadas vía change.org, al Gobierno de México solicitando al presidente que declare la emergencia climática frente al colapso ambiental que estamos padeciendo cada vez más, y que afecta con más intensidad a las personas que menos tienen.

El 24 de septiembre en el marco de la Manifestación Global por el Clima convocada mundialmente, más de 30 organizaciones junto con activistas y muchas personas jóvenes marchamos para refrendar la urgente necesidad de que se pronuncie esta declaratoria; que se acompañe de acciones contundentes en materia de transición energética; que se proteja a nuestros ecosistemas ante un modelo predador extractivista criminal. Además de la falta de sensibilización, cabe destacar la violación del derecho al libre tránsito y a la manifestación de los gobiernos quienes impidieron (con granaderos sobrevivientes) la llegada de la marcha pacífica al Zócalo capitalino: símbolo de las luchas y de la democracia mexicana hoy secuestrado.

Si bien la protesta es necesaria, es fundamental reforzar la cohesión y la incidencia de la sociedad civil en la toma de decisión pública y legislativa. Por ello, el Huerto Roma Verde, Extinction Rebellion y Corazón Capital implementaron una metodología de democracia participativa directa para la elaboración y entrega de propuestas concretas por más de 40 personas expertas ambientalistas de la sociedad civil y del sector privado a cuatro diputadas del Congreso de la Ciudad de México. Esta iniciativa en construcción plural, incluyente, y basada en el conocimiento científico, pretende generar una mesa de trabajo permanente con el Congreso local para la el diseño de reformas legislativas pertinentes.

El cambio inicia desde lo local. La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México tiene la oportunidad de declarar la emergencia climática en la Capital como ha sucedido en el mundo desde los gobiernos locales. El Congreso de la Ciudad de México tiene la responsabilidad de alinear el presupuesto 2022 a los objetivos del desarrollo sostenible con un enfoque ambiental y climática transversal.

Cada persona puede sumar. Es nuestra responsabilidad como ciudadanía levantar la voz por acciones gubernamentales y legislativas reales, contundentes, que respondan con efectividad a la catástrofe que estamos padeciendo; hoy más que nunca. Es nuestra responsabilidad informarnos, deconstruir el monopolio jerárquico del hombre todo poderoso a costa de la vida de la biodiversidad, cambiar nuestros patrones de consumo y actuar rumbo a un modelo de desarrollo más justo. No hay justicia social, sin justicia ambiental. ¡Ni un grado más, ni una especie menos!

México sigue aumentando sus emisiones de gases invernaderos como nunca y el Gobierno de México propone al Congreso de la Unión un presupuesto que disminuye sensiblemente la partida dedicada al cambio climático. Una irresponsabilidad que ojalá corrija.

En la Asamblea General de la ONU, el canciller Marcelo Ebrard reconoció de manera responsable la gravedad de la situación y la falta de cumplimiento efectivo de los acuerdos globales en materia de lucha contra el cambio climático y para implementar un modelo de desarrollo adecuado.

A principios de septiembre integrantes del colectivo Cambiemos el Sistema No el Clima entregaron más de 75 mil firmas, recolectadas vía change.org, al Gobierno de México solicitando al presidente que declare la emergencia climática frente al colapso ambiental que estamos padeciendo cada vez más, y que afecta con más intensidad a las personas que menos tienen.

El 24 de septiembre en el marco de la Manifestación Global por el Clima convocada mundialmente, más de 30 organizaciones junto con activistas y muchas personas jóvenes marchamos para refrendar la urgente necesidad de que se pronuncie esta declaratoria; que se acompañe de acciones contundentes en materia de transición energética; que se proteja a nuestros ecosistemas ante un modelo predador extractivista criminal. Además de la falta de sensibilización, cabe destacar la violación del derecho al libre tránsito y a la manifestación de los gobiernos quienes impidieron (con granaderos sobrevivientes) la llegada de la marcha pacífica al Zócalo capitalino: símbolo de las luchas y de la democracia mexicana hoy secuestrado.

Si bien la protesta es necesaria, es fundamental reforzar la cohesión y la incidencia de la sociedad civil en la toma de decisión pública y legislativa. Por ello, el Huerto Roma Verde, Extinction Rebellion y Corazón Capital implementaron una metodología de democracia participativa directa para la elaboración y entrega de propuestas concretas por más de 40 personas expertas ambientalistas de la sociedad civil y del sector privado a cuatro diputadas del Congreso de la Ciudad de México. Esta iniciativa en construcción plural, incluyente, y basada en el conocimiento científico, pretende generar una mesa de trabajo permanente con el Congreso local para la el diseño de reformas legislativas pertinentes.

El cambio inicia desde lo local. La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México tiene la oportunidad de declarar la emergencia climática en la Capital como ha sucedido en el mundo desde los gobiernos locales. El Congreso de la Ciudad de México tiene la responsabilidad de alinear el presupuesto 2022 a los objetivos del desarrollo sostenible con un enfoque ambiental y climática transversal.

Cada persona puede sumar. Es nuestra responsabilidad como ciudadanía levantar la voz por acciones gubernamentales y legislativas reales, contundentes, que respondan con efectividad a la catástrofe que estamos padeciendo; hoy más que nunca. Es nuestra responsabilidad informarnos, deconstruir el monopolio jerárquico del hombre todo poderoso a costa de la vida de la biodiversidad, cambiar nuestros patrones de consumo y actuar rumbo a un modelo de desarrollo más justo. No hay justicia social, sin justicia ambiental. ¡Ni un grado más, ni una especie menos!