/ lunes 2 de mayo de 2022

Pulso CDMX | Responsabilidad legislativa local

Hoy en México la cuestión ambiental no figura entre las primeras preocupaciones de las y los ciudadanos a pesar de la grave crisis climática que se vive y padece en el mundo, con más intensidad en nuestro país, y a pesar de que afecte con más impacto y frecuencia a las personas socioeconómicamente más desprotegidas.

Los gobiernos han relegado a la ciencia para optar por ejes programáticos que responden a una lógica electoral y de dominación del poder políticos de unos cuantos, sobre el interés general, el bien común y sobre nuestra propia sobrevivencia. Toda la acción pública está desarrollada desde un enfoque antropocéntrico, privilegiando los intereses del humano con un efecto extractivista y depredador desenfrenado. Hace unas semanas, el último informe de las y los expertos que integran el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático instaba a los países a cambiar radicalmente de modelo de desarrollo, explorando incluso estrategias de decrecimiento frente al punto de no retorno que se acerca cada vez más. ¿Lograremos despertar las conciencias en los 3 años que nos quedan para frenar el colapso ambiental?

Frente a esta catástrofe no podemos dejar que los gobiernos sigan menospreciando el tema. La regeneración ambiental debe estar al centro de las políticas públicas y legislativas federales y locales. Así lo recordó en el Congreso de la Ciudad de México la diputada Silvia Sánchez Barrios la semana pasada presentando en conferencia de prensa un exhorto a las 16 alcaldías de la Ciudad de México para que declararan la emergencia climática. Suscrito también por las diputadas locales Ana Villagrán, Gabriela Quiroga y Tania Larios, el punto de acuerdo recoge la demanda de 46 organizaciones de la sociedad civil desde un enfoque de Parlamento Abierto, en seguimiento a una solicitud formal respaldada por 20 mil firmas ciudadanas en la plataforma de change.org. Por falta de quorum, este exhorto se presentará en tribuna mañana sometiéndose a votación del pleno del Congreso de la Ciudad de México, dando cuenta a la ciudadanía del compromiso o de la falta de voluntad para reconocer la gravedad y prioridad de la situación.

El escepticismo o la falta de interés político para el tema ambiental debe combatirse desde lo local, mediante una amplia alianza transpartidista, con la sociedad civil organizada, con la comunidad científica y con la gente rumbo a una revolución de conciencias por encima de cualquier coyuntura o de beneficio electoral. Al respecto, la XIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Permanente de Congresos Locales, mecanismo que conecta a las y los diputados locales de todo el país y que se celebrará el 6 de mayo en Guanajuato, puede ser un espacio idóneo para posicionar el tema ambiental y climático en la agenda pública local desde un enfoque abierto, apartidista y de intercambio de mejores prácticas legislativas. Entre ellas, impulsar la declaratoria de emergencia climática desde los poderes legislativos locales es una gran oportunidad para promover el tema en la opinión pública y romper con el circulo de la apatía colectiva por cuestiones electorales. Primer eslabón de nuestra democracia representativa, las y los diputados locales son corresponsables frente a la crisis climática.

Hoy en México la cuestión ambiental no figura entre las primeras preocupaciones de las y los ciudadanos a pesar de la grave crisis climática que se vive y padece en el mundo, con más intensidad en nuestro país, y a pesar de que afecte con más impacto y frecuencia a las personas socioeconómicamente más desprotegidas.

Los gobiernos han relegado a la ciencia para optar por ejes programáticos que responden a una lógica electoral y de dominación del poder políticos de unos cuantos, sobre el interés general, el bien común y sobre nuestra propia sobrevivencia. Toda la acción pública está desarrollada desde un enfoque antropocéntrico, privilegiando los intereses del humano con un efecto extractivista y depredador desenfrenado. Hace unas semanas, el último informe de las y los expertos que integran el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático instaba a los países a cambiar radicalmente de modelo de desarrollo, explorando incluso estrategias de decrecimiento frente al punto de no retorno que se acerca cada vez más. ¿Lograremos despertar las conciencias en los 3 años que nos quedan para frenar el colapso ambiental?

Frente a esta catástrofe no podemos dejar que los gobiernos sigan menospreciando el tema. La regeneración ambiental debe estar al centro de las políticas públicas y legislativas federales y locales. Así lo recordó en el Congreso de la Ciudad de México la diputada Silvia Sánchez Barrios la semana pasada presentando en conferencia de prensa un exhorto a las 16 alcaldías de la Ciudad de México para que declararan la emergencia climática. Suscrito también por las diputadas locales Ana Villagrán, Gabriela Quiroga y Tania Larios, el punto de acuerdo recoge la demanda de 46 organizaciones de la sociedad civil desde un enfoque de Parlamento Abierto, en seguimiento a una solicitud formal respaldada por 20 mil firmas ciudadanas en la plataforma de change.org. Por falta de quorum, este exhorto se presentará en tribuna mañana sometiéndose a votación del pleno del Congreso de la Ciudad de México, dando cuenta a la ciudadanía del compromiso o de la falta de voluntad para reconocer la gravedad y prioridad de la situación.

El escepticismo o la falta de interés político para el tema ambiental debe combatirse desde lo local, mediante una amplia alianza transpartidista, con la sociedad civil organizada, con la comunidad científica y con la gente rumbo a una revolución de conciencias por encima de cualquier coyuntura o de beneficio electoral. Al respecto, la XIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Permanente de Congresos Locales, mecanismo que conecta a las y los diputados locales de todo el país y que se celebrará el 6 de mayo en Guanajuato, puede ser un espacio idóneo para posicionar el tema ambiental y climático en la agenda pública local desde un enfoque abierto, apartidista y de intercambio de mejores prácticas legislativas. Entre ellas, impulsar la declaratoria de emergencia climática desde los poderes legislativos locales es una gran oportunidad para promover el tema en la opinión pública y romper con el circulo de la apatía colectiva por cuestiones electorales. Primer eslabón de nuestra democracia representativa, las y los diputados locales son corresponsables frente a la crisis climática.