/ viernes 20 de octubre de 2017

Punto de cambio para un futuro mejor

Una pared carcelaria presumía su sabiduría con la siguiente frase: “No mires para atrás, no vas en esa dirección”. Expresion de enorme contenido. Nos recuerda esta otra: “Tu te encuentras en donde está tu mente”. Los dos pensamientos nos remiten al “aquí y ahora”…al “presente”; única manera de vivir la vida para ir construyendo el futuro.

Si miramos únicamente hacia atrás no podremos ir hacia adelante, ni alcanzar metas, porque la mente y mirada están enfocadas solamente en el pasado. En realidad el pasado ya fue, ya no es y el futuro no existe, o en todo caso es incierto, solo existe el presente.

Cierto es que hay que contar con metas, pero estas solo son posibles si las cimentamos desde el momento actual. También es cierto que no hay soluciones o salidas fáciles, pero se facilitan cuando estamos en el “aquí y ahora” siendo protagonistas de nuestro presente.

Un ejemplo vivo es la gigantesca solidaridad social que se expresó de mil maneras para enfrentar la emergencia, -¡hermosa manera de vivir el presente!-

Es un hecho que obliga al cambio y se alinee armónicamente.Es un caso que marca el final de un periodo y en consecuencia el comienzo de otro, en la que a cada cual corresponderá escuchar y hacer oír su voz.

En efecto, la reconstrucción material y del apoyo sicológico a las personas por los recientes sismos y otros temas centrales sociales, económicos y políticos se expresará en la intención positiva y esfuerzo denodado para que México sane sus heridas y salga adelante. El presente califica como un excelente punto de cambio, un punto de inflexión para ser un país diferente y mejor para todos.

Para afrontar los grandes retos, es conveniente tener presente la importancia de  los detalles, su consecuencia negativa en el caso de no atender los pormenores en tiempo y forma. Veamos “El clavo”:

Por un clavo se perdió una herradura,

Por una herradura se perdió un caballo.

Por un caballo se perdió un jinete,

Por un jinete se perdió un estandarte,

Por un estandarte se perdió una batalla,

Por una batalla se perdió una guerra

Por una guerra se perdió un reino

Dos reflexiones podrían desprenderse de lo anterior, la primera refiere principalmente a los detalles en la gobernanza, en los momentos de la delegación, coordinación y seguimiento; la segunda, a los posibles escenarios de los resultados del espíritu de lucha, la fuerza de voluntad, la corresponsabilidad y el uso acertado de los recursos humanos, financieros, tecnológicos, materiales y de imagen:

Por ello, la pertinencia de plantearnos la pregunta “Qué pasa sí…”, al meditar o reflexionar de los proyectos a emprender, con plena conciencia del poder positivo de lo que se conoce como “el efecto mariposa” por su característico aleteo, creando finales alternativos a modo de consecuencia de esos cruces en las historias de vida  que nos puedan llevar a caminos esperados y deseados.

Los desafíos no son más grandes que uno mismo, especialmente al trabajar en equipo. Se insiste, a lo largo de la vida se presentan un sin número de situaciones desafiantes, adversidades consideradas insuperables que pueden oprimir o agobiar. Tener presente que todo caos se inicia en una mente endeble y que uno de sus antídotos es la resiliencia.

Concluimos que las adversidades, a veces, nos hacen tomar decisiones desesperadas con la idea de evitar el dolor, sin embargo, al final solo nos arrinconan y hacen más compleja la situación. Mejor priorizar, maximizar la unión y crecimiento donde “todos ganen alcanzando metas”.

 

hazael.ruiz@hotmail.com

Una pared carcelaria presumía su sabiduría con la siguiente frase: “No mires para atrás, no vas en esa dirección”. Expresion de enorme contenido. Nos recuerda esta otra: “Tu te encuentras en donde está tu mente”. Los dos pensamientos nos remiten al “aquí y ahora”…al “presente”; única manera de vivir la vida para ir construyendo el futuro.

Si miramos únicamente hacia atrás no podremos ir hacia adelante, ni alcanzar metas, porque la mente y mirada están enfocadas solamente en el pasado. En realidad el pasado ya fue, ya no es y el futuro no existe, o en todo caso es incierto, solo existe el presente.

Cierto es que hay que contar con metas, pero estas solo son posibles si las cimentamos desde el momento actual. También es cierto que no hay soluciones o salidas fáciles, pero se facilitan cuando estamos en el “aquí y ahora” siendo protagonistas de nuestro presente.

Un ejemplo vivo es la gigantesca solidaridad social que se expresó de mil maneras para enfrentar la emergencia, -¡hermosa manera de vivir el presente!-

Es un hecho que obliga al cambio y se alinee armónicamente.Es un caso que marca el final de un periodo y en consecuencia el comienzo de otro, en la que a cada cual corresponderá escuchar y hacer oír su voz.

En efecto, la reconstrucción material y del apoyo sicológico a las personas por los recientes sismos y otros temas centrales sociales, económicos y políticos se expresará en la intención positiva y esfuerzo denodado para que México sane sus heridas y salga adelante. El presente califica como un excelente punto de cambio, un punto de inflexión para ser un país diferente y mejor para todos.

Para afrontar los grandes retos, es conveniente tener presente la importancia de  los detalles, su consecuencia negativa en el caso de no atender los pormenores en tiempo y forma. Veamos “El clavo”:

Por un clavo se perdió una herradura,

Por una herradura se perdió un caballo.

Por un caballo se perdió un jinete,

Por un jinete se perdió un estandarte,

Por un estandarte se perdió una batalla,

Por una batalla se perdió una guerra

Por una guerra se perdió un reino

Dos reflexiones podrían desprenderse de lo anterior, la primera refiere principalmente a los detalles en la gobernanza, en los momentos de la delegación, coordinación y seguimiento; la segunda, a los posibles escenarios de los resultados del espíritu de lucha, la fuerza de voluntad, la corresponsabilidad y el uso acertado de los recursos humanos, financieros, tecnológicos, materiales y de imagen:

Por ello, la pertinencia de plantearnos la pregunta “Qué pasa sí…”, al meditar o reflexionar de los proyectos a emprender, con plena conciencia del poder positivo de lo que se conoce como “el efecto mariposa” por su característico aleteo, creando finales alternativos a modo de consecuencia de esos cruces en las historias de vida  que nos puedan llevar a caminos esperados y deseados.

Los desafíos no son más grandes que uno mismo, especialmente al trabajar en equipo. Se insiste, a lo largo de la vida se presentan un sin número de situaciones desafiantes, adversidades consideradas insuperables que pueden oprimir o agobiar. Tener presente que todo caos se inicia en una mente endeble y que uno de sus antídotos es la resiliencia.

Concluimos que las adversidades, a veces, nos hacen tomar decisiones desesperadas con la idea de evitar el dolor, sin embargo, al final solo nos arrinconan y hacen más compleja la situación. Mejor priorizar, maximizar la unión y crecimiento donde “todos ganen alcanzando metas”.

 

hazael.ruiz@hotmail.com