/ jueves 22 de agosto de 2019

Puntos clave de las protestas en Hong Kong

Desde el pasado mes de junio, el territorio de Hong Kong, que fue colonia británica hasta 1997 y actualmente está bajo la soberanía de China, pero como territorio autónomo de operación capitalista, ha registrado una serie de manifestaciones que han ido creciendo en tono y número de participantes, hasta llegar a la que se realizó el pasado domingo, misma que fue considerada la más grande en la historia de este enclave que resulta fundamental en el desarrollo de la economía global.

El descontento popular en Hong Kong tuvo su origen cuando el Gobierno local promovió una iniciativa de ley mediante la que se buscaba autorizar las solicitudes de extradición a China, Taiwán y Macao de sospechosos de delitos como violación y homicidio. Se trata de una medida propuesta después de que un joven de 19 años, originario de Hong Kong, fuera acusado de asesinar a su novia de 20 mientras vacacionaban en Taiwán en febrero de 2018.

El joven en cuestión, escapó hacia Hong Kong, sin que pueda ser extraditado a Taiwán, donde cometió el delito por el que se le acusa, debido a que no existe un acuerdo de extradición bilateral.

Según los promotores de la ley, los tribunales de Hong Kong tendrían la última palabra sobre las extradiciones y cada caso sería analizado individualmente, dejándose claro que quienes fueran acusados de crímenes políticos o religiosos y hasta de evasión fiscal, no serían extraditados.

Finalmente, se ofreció no continuar con el proceso de aprobación de la ley en cuestión en el Consejo Legislativo, también conocido como LegCo, al que se le percibe como alineado al régimen del presidente chino, Xi Jinping. Sin embargo, las protestas han continuado, reclamando mayores garantías democráticas en el enclave.

Lo que en su momento generó más polémica respecto a esta pretendida legislación, es lo duro del sistema judicial de China, que podría derivar en que se dieran detenciones arbitrarias, juicios tendenciosos y tortura, según Human Rights Watch. Era una medida que recibió condenas por parte de la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos, entre otros países.

Hong Kong, que hasta el verano de 1997 fue colonia de la Gran Bretaña, fue devuelto entonces a la soberanía de China, país que administra este territorio bajo el principio de “un país, dos sistemas”, uno de corte comunista, pero integrado a la economía de mercado y otro abiertamente capitalista.

Este enclave ha conservado hasta ahora independencia judicial, poder legislativo y sistema económico propio, además de una divisa distinta al yuan, que es el dólar de Hong Kong. Beijing controla la política exterior y la defensa, en tanto que, para viajar entre China y Hong Kong, es necesario contar con visas.

Los manifestantes en Hong Kong, son principalmente jóvenes, quienes se han cubierto la casa por temor a represalias y hasta juicios en su contra. Gradualmente se han sumado a las manifestaciones colegios, abogados y empresas, entre las que hay más de 100 comercios que han dado permisos especiales a sus empleados para que se sumen a las manifestaciones, integrándose también más de 400 maestros que anunciaron que iniciarían una huelga.

Hasta el momento, no se ve para cuándo puedan terminar estas protestas y tampoco hasta qué punto terminarán por servir en todos los fines que se han planteado. Como antecedente cabe recordar lo ocurrido en el 2003, cuando unas 500 mil personas arremetieron contra un polémico proyecto de ley que iba a sancionar esquemas de traición y subversión contra el Gobierno de China, algo que finalmente fue descartado por las autoridades.

Queda aún mucho por ver en este conflicto que ha sacudido a uno de los más importantes puntos de la economía global, veremos hasta dónde llega y si en algún punto tiene conexión con la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre

Desde el pasado mes de junio, el territorio de Hong Kong, que fue colonia británica hasta 1997 y actualmente está bajo la soberanía de China, pero como territorio autónomo de operación capitalista, ha registrado una serie de manifestaciones que han ido creciendo en tono y número de participantes, hasta llegar a la que se realizó el pasado domingo, misma que fue considerada la más grande en la historia de este enclave que resulta fundamental en el desarrollo de la economía global.

El descontento popular en Hong Kong tuvo su origen cuando el Gobierno local promovió una iniciativa de ley mediante la que se buscaba autorizar las solicitudes de extradición a China, Taiwán y Macao de sospechosos de delitos como violación y homicidio. Se trata de una medida propuesta después de que un joven de 19 años, originario de Hong Kong, fuera acusado de asesinar a su novia de 20 mientras vacacionaban en Taiwán en febrero de 2018.

El joven en cuestión, escapó hacia Hong Kong, sin que pueda ser extraditado a Taiwán, donde cometió el delito por el que se le acusa, debido a que no existe un acuerdo de extradición bilateral.

Según los promotores de la ley, los tribunales de Hong Kong tendrían la última palabra sobre las extradiciones y cada caso sería analizado individualmente, dejándose claro que quienes fueran acusados de crímenes políticos o religiosos y hasta de evasión fiscal, no serían extraditados.

Finalmente, se ofreció no continuar con el proceso de aprobación de la ley en cuestión en el Consejo Legislativo, también conocido como LegCo, al que se le percibe como alineado al régimen del presidente chino, Xi Jinping. Sin embargo, las protestas han continuado, reclamando mayores garantías democráticas en el enclave.

Lo que en su momento generó más polémica respecto a esta pretendida legislación, es lo duro del sistema judicial de China, que podría derivar en que se dieran detenciones arbitrarias, juicios tendenciosos y tortura, según Human Rights Watch. Era una medida que recibió condenas por parte de la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos, entre otros países.

Hong Kong, que hasta el verano de 1997 fue colonia de la Gran Bretaña, fue devuelto entonces a la soberanía de China, país que administra este territorio bajo el principio de “un país, dos sistemas”, uno de corte comunista, pero integrado a la economía de mercado y otro abiertamente capitalista.

Este enclave ha conservado hasta ahora independencia judicial, poder legislativo y sistema económico propio, además de una divisa distinta al yuan, que es el dólar de Hong Kong. Beijing controla la política exterior y la defensa, en tanto que, para viajar entre China y Hong Kong, es necesario contar con visas.

Los manifestantes en Hong Kong, son principalmente jóvenes, quienes se han cubierto la casa por temor a represalias y hasta juicios en su contra. Gradualmente se han sumado a las manifestaciones colegios, abogados y empresas, entre las que hay más de 100 comercios que han dado permisos especiales a sus empleados para que se sumen a las manifestaciones, integrándose también más de 400 maestros que anunciaron que iniciarían una huelga.

Hasta el momento, no se ve para cuándo puedan terminar estas protestas y tampoco hasta qué punto terminarán por servir en todos los fines que se han planteado. Como antecedente cabe recordar lo ocurrido en el 2003, cuando unas 500 mil personas arremetieron contra un polémico proyecto de ley que iba a sancionar esquemas de traición y subversión contra el Gobierno de China, algo que finalmente fue descartado por las autoridades.

Queda aún mucho por ver en este conflicto que ha sacudido a uno de los más importantes puntos de la economía global, veremos hasta dónde llega y si en algún punto tiene conexión con la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @Yoladelatorre