A 170 años del fallecimiento del creador del control de la constitucionalidad por excelencia, Manuel Crescencio Rejón.
La Cámara de Diputados es la mayor caja de resonancia de la situación política, económica y social del país. En ella se ventilan los asuntos de mayor interés nacional y local, demostrando también la capacidad de sus integrantes para colocar sus temas de agenda y hacerlos transitar.
Se podrá haber llegado por casualidad, circunstancia u oportunidad al Congreso, pero una vez diputado será la capacidad, talento, astucia y experiencia de cada persona los que le permitan hacer un trabajo destacado y continuar o no con una carrera política.
En se sentido, debo decir que como estudioso del parlamento y testigo directo desde LIII Legislatura (1985-1988), he conocido a miles de mujeres y hombres que después de haber sido legisladores ya no siguieron con una vida pública porque la Cámara los devoró, es decir, no fueron aptos para desarrollar un liderazgo y una carrera propia.
En cambio, he conocido algunas decenas de mujeres y hombres que desarrollaron en las cámaras las habilidades necesarias para desplegar una trayectoria destacada, que aportara soluciones a los graves problemas del país y que trascendieran.
Desde el inicio de la LXIV Legislatura he visto y escuchado a la diputada federal Laura Rojas Hernández, a quien ya conocía por haber sido legisladora previamente, sin embargo, el actual trienio ha sido de vital importancia para su trayectoria.
Mujer experimentada, joven, preparada, prudente y asertiva, la egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM es el mejor ejemplo del desarrollo político exitoso.
Ello le valió resultar electa, a pesar de las adversidades, como presidenta de la Mesa Directiva para el segundo año de ejercicio de la LXIV Legislatura, pero como todo en la vida, el secreto no es llegar, sino mantenerse, y ella se ha mantenido como una mujer que es capaz de privilegiar la unidad de la Cámara de Diputados, no caer en provocaciones por más misóginas que sean y que lamentablemente se han escuchado en el salón de Plenos y demostrar que es una legisladora preparada.
Mucho se dice de los errores e insuficiencias de los servidores públicos y poco de los aciertos y aportaciones. Por ello, he querido destacar este domingo con Ustedes amables lectores, el difícil juego de equilibrista que Laura Rojas ha sabido mantener y desarrollar al interior de la Cámara de Diputados, en donde más allá de los grupos parlamentarios, existen diversos grupos políticos contradictorios que no es sencillo sobrellevar.
Sin embargo, la prudencia que ha desarrollado la diputada Rojas a lo largo de los años está brillando en su eficaz y talentosa dirección de los trabajos plenarios de la Cámara de Diputados.
El respeto del que hoy goza Laura Rojas no ha sido fácil construir, pero su labor apartidista y apegada al marco jurídico del Congreso la ha colocado como una política seria, visionaria y capaz.
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@jlcamachov