/ martes 21 de junio de 2022

¿Qué está pasando en la BMV?

Durante la década comprendida entre 2007 y 2017, un promedio de 4 empresas ingresaba anualmente a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Hoy, las bajas valuaciones del mercado están desincentivando a las empresas a permanecer en ella. En este mes hemos visto salidas como la de Aeromexico, que se sumó a Lala, Bio Pappel y Bachoco; así como desplomes como el de Volaris, Kimberly Clark o CEMEX; sin embargo, también aumentos como el de Casa Cuervo, Arca Continental o Peñoles.

Primero hay que comprender el impacto de la inflación en esto, pues una menor expectativa en los ingresos y un aumento en los costos, golpea directamente al consumo, especialmente en aquellos bienes y servicios que no son de primera necesidad.

En ese sentido, la creciente inflación en México, en Estados Unidos y en el resto del mundo, orilla a los bancos centrales como la FED, a subir las tasas de interés y a otros como Banxico a no quedarse atrás y hacer incrementos también. Una subida generalizada en dichas tasas de referencia, alimenta el temor de una recesión económica global y esto, a su vez, aumenta la aversión al riesgo. En el mundo financiero, no hay peor repelente para las inversiones que esta aversión.

Por otra parte, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV lleva todo junio con perdidas debido a las bajas valuaciones del mercado. Es decir que las variables que consideran los inversionistas para poner su dinero en México, no son tan atractivas en este momento y se reduce el interés por nuestro país.

Entonces, ¿qué está pasando en la BMV? Podemos resumirlo en que las valuaciones están viéndose deterioradas y eso hace que las acciones de una empresa enlistada se vean “abaratadas” o “a precio de descuento” respecto de sus competidoras y ninguna empresa quiere perder valor y menos ahora, por lo que han disminuido los incentivos para permanecer en la BMV.

En el caso de las empresas que aún no debutan, tampoco es un buen momento para hacerlo, pues ingresar al mercado de valores implica volverse una empresa pública en el sentido de que se deben rendir informes periódicos de sus procesos fiscales, tener gobierno corporativo y ser totalmente transparentes en cuanto a su operación, lo cual es un esfuerzo muy importante que debe ser parte de una estrategia más grande de crecimiento como una fusión, buscar nuevas fuentes de capitalización, internacionalizarse, etc. Es decir, aquellas actividades que las empresas hacen en temporada de vacas gordas, no de vacas flacas.

Por otra parte, durante éste mes también se llevó a cabo el onceavo Foro de Emisoras, donde se habló de qué están haciendo las instituciones encargadas de mantener competitivo al mercado de valores en México y, al parecer, la estrategia está clara: urge atraer nuevos activos al mercado mexicano. En este sentido, las propuestas van desde importar el esquema estadounidense 144 A, para listar deuda o capital de forma rápida; también se ha hablado de contar con fondos multiactivos, que son aquellos que invierten en todos los activos, ya sean financieros o no. En fin, todo parece indicar que se sabe del problema y se está trabajando en las soluciones.

Durante la década comprendida entre 2007 y 2017, un promedio de 4 empresas ingresaba anualmente a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Hoy, las bajas valuaciones del mercado están desincentivando a las empresas a permanecer en ella. En este mes hemos visto salidas como la de Aeromexico, que se sumó a Lala, Bio Pappel y Bachoco; así como desplomes como el de Volaris, Kimberly Clark o CEMEX; sin embargo, también aumentos como el de Casa Cuervo, Arca Continental o Peñoles.

Primero hay que comprender el impacto de la inflación en esto, pues una menor expectativa en los ingresos y un aumento en los costos, golpea directamente al consumo, especialmente en aquellos bienes y servicios que no son de primera necesidad.

En ese sentido, la creciente inflación en México, en Estados Unidos y en el resto del mundo, orilla a los bancos centrales como la FED, a subir las tasas de interés y a otros como Banxico a no quedarse atrás y hacer incrementos también. Una subida generalizada en dichas tasas de referencia, alimenta el temor de una recesión económica global y esto, a su vez, aumenta la aversión al riesgo. En el mundo financiero, no hay peor repelente para las inversiones que esta aversión.

Por otra parte, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV lleva todo junio con perdidas debido a las bajas valuaciones del mercado. Es decir que las variables que consideran los inversionistas para poner su dinero en México, no son tan atractivas en este momento y se reduce el interés por nuestro país.

Entonces, ¿qué está pasando en la BMV? Podemos resumirlo en que las valuaciones están viéndose deterioradas y eso hace que las acciones de una empresa enlistada se vean “abaratadas” o “a precio de descuento” respecto de sus competidoras y ninguna empresa quiere perder valor y menos ahora, por lo que han disminuido los incentivos para permanecer en la BMV.

En el caso de las empresas que aún no debutan, tampoco es un buen momento para hacerlo, pues ingresar al mercado de valores implica volverse una empresa pública en el sentido de que se deben rendir informes periódicos de sus procesos fiscales, tener gobierno corporativo y ser totalmente transparentes en cuanto a su operación, lo cual es un esfuerzo muy importante que debe ser parte de una estrategia más grande de crecimiento como una fusión, buscar nuevas fuentes de capitalización, internacionalizarse, etc. Es decir, aquellas actividades que las empresas hacen en temporada de vacas gordas, no de vacas flacas.

Por otra parte, durante éste mes también se llevó a cabo el onceavo Foro de Emisoras, donde se habló de qué están haciendo las instituciones encargadas de mantener competitivo al mercado de valores en México y, al parecer, la estrategia está clara: urge atraer nuevos activos al mercado mexicano. En este sentido, las propuestas van desde importar el esquema estadounidense 144 A, para listar deuda o capital de forma rápida; también se ha hablado de contar con fondos multiactivos, que son aquellos que invierten en todos los activos, ya sean financieros o no. En fin, todo parece indicar que se sabe del problema y se está trabajando en las soluciones.