A 196 años de la emisión del decreto del Acta Constitutiva de la República Mexicana.
El video y las imágenes de 19 niños y adolescentes de Alcozoacán empuñando un arma de fuego, mientras personas más grandes les dicen qué responder a las preguntas de los reporteros, circularon masivamente en todo México ante la gravedad de lo que ahí se percibía. Con la misma velocidad, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, se trasladó al lugar de los hechos para dialogar directamente con los pobladores y llegar a acuerdos verificables y permanentes.
Se trata de un poblado ubicado en el municipio de Chilapa de Álvarez, cuya complejidad supera por mucho la visión parcial que desde el centro del país se ha develado de la realidad social, pues factores como la pobreza, existencia de grupos de autodefensa, diferencias territoriales y delincuencia organizada integran ese crisol que existe en gran parte de Guerrero.
De ahí que el gobernador, conocedor como pocos de su Estado, de sus regiones, de su realidad y de su gente, no optara por descalificar ni hacer declaraciones mediáticas, sino por ir directamente, hablar con la gente, comprometerse y pedir a cada quien hacer lo que le corresponde para lograr la pacificación del territorio de Guerrero.
Se dice fácil, pero lo difícil es actuar en consecuencia.
Las sesiones de la Mesa Regional de Coordinación para la Construcción de la Paz “Chilapa”, instalada el pasado 28 de enero y en la que participan autoridades de los tres órdenes de gobierno, serán diarias e itinerantes con miras a evitar nuevos enfrentamientos y hechos de violencia que pongan en peligro los esfuerzos por alcanzar la paz en la región, acompañadas de acciones como la liberación de caminos y la atención especial en los menores de edad.
Para ello, el gobernador Héctor Astudillo ha redoblado la atención gubernamental en programas sociales que saquen a los niños y adolescentes del círculo vicioso en el que se encuentran y con ello, evitar que lo anunciado en televisión se concrete y suceda lo que ningún mexicano desea.
“Yo exhorto también a los ayuntamientos a que hagan su parte, el gobierno federal y el gobierno del Estado no pueden asumir este asunto como un asunto solamente de nosotros; el gobierno municipal, los gobiernos municipales tienen que poner de su parte y esto es un asunto que se debe de ver”, ha pedido el mandatario guerrerense en un razonamiento que no tiene margen de equivocación.
Guerrero enfrenta grandes problemas, pero de esa magnitud es también la voluntad de su gente por encontrar soluciones, esfuerzo que es comandado por el mandatario estatal que, sin descanso y con sensibilidad, actúa concienzudamente para ser parte de la solución y no del problema.
Después de todo para apagar el fuego no se necesita un pirómano, sino un bombero, y eso lo tiene muy claro el gobernador Héctor Astudillo Flores.
@jlcamachov