/ viernes 24 de abril de 2020

¿Qué hace la Iglesia ante la pandemia?

VER

Iglesia no es sólo la jerarquía, sino todo el Pueblo de Dios. Son Iglesia en acción los creyentes médicos, enfermeras, farmacéuticos, encargados de la limpieza, autoridades civiles, científicos, agricultores, transportistas, policías, empresarios, etc., además de los sacerdotes, religiosas, misioneros, obispos y el Papa, todos implicados en ayudar.

Hemos intensificado la oración. Sin embargo, Jesús no sólo predicaba y oraba, sino que curaba enfermos, daba de comer a los hambrientos, consolaba a los tristes. Nosotros no podemos seguir otro camino. El nos dijo que el amor y el servicio misericordioso a los pobres es lo esencial en que demostramos ser sus seguidores. Criticó a sacerdotes y levitas que sólo celebraban ritos en el templo, pero nada hicieron por el caído al borde del camino, víctima de asaltantes.

Hay muchas obras sociales que hacemos en favor de quienes están sufriendo esta pandemia. La inmensa mayoría de acciones quedan ocultas, por lo que nos recomendó Jesús: “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha” (Mt 6,3).

El Papa ha regalado considerables cantidades de dinero, ventiladores y otros materiales médicos a hospitales y asilos. Ha compartido alimentos y otros apoyos a mendigos de Roma y a otras personas pobres, no porque sea rico, sino porque comparte lo que le llega. En España, Italia, Francia y otros países de nuestra América, se han puesto a disposición del gobierno iglesias, seminarios, conventos, casas religiosas, para atender a enfermos. Las diferentes Caritas y muchas parroquias organizan comedores, despensas, medicinas y otras ayudas para personas que se han quedado sin trabajo y sin recursos. Siguen abiertas las más de cien casas de migrantes, asilos y orfanatorios. Hay cadenas de alimentos y medicinas.

Son incuantificables las acciones caritativas que la imaginación del amor desarrolla por todos lados, y que nunca se divulgan en los medios informativos. No nos hemos quedado con las manos cruzadas, sólo lamentando la situación y criticando a los gobiernos. Como un sobrino mío, agricultor, que llevó algo de lo que produce, jitomates, cebollas, pepinos, etc., a unas religiosas que están pasando penurias. No faltan, sin embargo, quienes nada hacen, por egoísmo, miedo y flojera, o por ser sólo ideólogos de café que nunca dan un peso a los pobres.

En la arquidiócesis de Toluca, se reparten despensas a las familias necesitadas, con un pequeño apoyo económico. En algunas parroquias, hay centros para atender los problemas de violencia intrafamiliar, ansiedad, angustia, etc. Se insiste a los fieles que respeten las disposiciones de las autoridades sanitarias. Se exhorta a quienes tienen difuntos que eviten los acostumbrados velorios, para no ocasionar contagios masivos. Se sugiere que los cadáveres puedan ser cremados. Se difunden mensajes para combatir depresión, estrés y “fake news.” Se donan despensas a personas sin empleo y hay algunos comedores para pobres. Con el Consejo de Empresarios, se promueve trabajo temporal para personas sin empleo.

PENSAR

El Papa Francisco dijo el domingo pasado: “La respuesta de los cristianos en las tormentas de la vida y de la historia sólo puede ser la misericordia: al amor compasivo entre nosotros y hacia todos, especialmente hacia los que sufren, al que ya no da más, al que es abandonado. No el pietismo, ni el asistencialismo; sino la compasión, que viene del corazón”.

ACTUAR

Abre tus ojos y tu corazón: Haz lo que puedas por quien sufre más que tú.


Obispo Emérito de SCLC

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Iglesia no es sólo la jerarquía, sino todo el Pueblo de Dios. Son Iglesia en acción los creyentes médicos, enfermeras, farmacéuticos, encargados de la limpieza, autoridades civiles, científicos, agricultores, transportistas, policías, empresarios, etc., además de los sacerdotes, religiosas, misioneros, obispos y el Papa, todos implicados en ayudar.

Hemos intensificado la oración. Sin embargo, Jesús no sólo predicaba y oraba, sino que curaba enfermos, daba de comer a los hambrientos, consolaba a los tristes. Nosotros no podemos seguir otro camino. El nos dijo que el amor y el servicio misericordioso a los pobres es lo esencial en que demostramos ser sus seguidores. Criticó a sacerdotes y levitas que sólo celebraban ritos en el templo, pero nada hicieron por el caído al borde del camino, víctima de asaltantes.

Hay muchas obras sociales que hacemos en favor de quienes están sufriendo esta pandemia. La inmensa mayoría de acciones quedan ocultas, por lo que nos recomendó Jesús: “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha” (Mt 6,3).

El Papa ha regalado considerables cantidades de dinero, ventiladores y otros materiales médicos a hospitales y asilos. Ha compartido alimentos y otros apoyos a mendigos de Roma y a otras personas pobres, no porque sea rico, sino porque comparte lo que le llega. En España, Italia, Francia y otros países de nuestra América, se han puesto a disposición del gobierno iglesias, seminarios, conventos, casas religiosas, para atender a enfermos. Las diferentes Caritas y muchas parroquias organizan comedores, despensas, medicinas y otras ayudas para personas que se han quedado sin trabajo y sin recursos. Siguen abiertas las más de cien casas de migrantes, asilos y orfanatorios. Hay cadenas de alimentos y medicinas.

Son incuantificables las acciones caritativas que la imaginación del amor desarrolla por todos lados, y que nunca se divulgan en los medios informativos. No nos hemos quedado con las manos cruzadas, sólo lamentando la situación y criticando a los gobiernos. Como un sobrino mío, agricultor, que llevó algo de lo que produce, jitomates, cebollas, pepinos, etc., a unas religiosas que están pasando penurias. No faltan, sin embargo, quienes nada hacen, por egoísmo, miedo y flojera, o por ser sólo ideólogos de café que nunca dan un peso a los pobres.

En la arquidiócesis de Toluca, se reparten despensas a las familias necesitadas, con un pequeño apoyo económico. En algunas parroquias, hay centros para atender los problemas de violencia intrafamiliar, ansiedad, angustia, etc. Se insiste a los fieles que respeten las disposiciones de las autoridades sanitarias. Se exhorta a quienes tienen difuntos que eviten los acostumbrados velorios, para no ocasionar contagios masivos. Se sugiere que los cadáveres puedan ser cremados. Se difunden mensajes para combatir depresión, estrés y “fake news.” Se donan despensas a personas sin empleo y hay algunos comedores para pobres. Con el Consejo de Empresarios, se promueve trabajo temporal para personas sin empleo.

PENSAR

El Papa Francisco dijo el domingo pasado: “La respuesta de los cristianos en las tormentas de la vida y de la historia sólo puede ser la misericordia: al amor compasivo entre nosotros y hacia todos, especialmente hacia los que sufren, al que ya no da más, al que es abandonado. No el pietismo, ni el asistencialismo; sino la compasión, que viene del corazón”.

ACTUAR

Abre tus ojos y tu corazón: Haz lo que puedas por quien sufre más que tú.


Obispo Emérito de SCLC