/ miércoles 27 de mayo de 2020

¿Qué nos espera después del apagón?

Por: José Carlos Rodríguez Pueblita

Reactivar una economía se parece más a encender un reactor nuclear que a un automóvil. La economía de un país o región es un sistema complejo, con sectores masivamente interrelacionados que crean poderosos campos de atracción y fricción, mercados y transacciones que generan valor a través de su funcionamiento cotidiano.

"Aunque la economía no fue totalmente apagada, la reducción de la actividad ha sido palpable y sin precedentes modernos: solamente en abril, México perdió poco más de 550 mil empleos formales, la peor cifra para dicho mes desde que tenemos datos -en abril de 1995, en plena crisis del tequila, la caída fue de casi 185 mil empleos-.

Si un buen año para México significa crear más de 1 millón de empleos, la destrucción de abril presagia un muy mal año, en especial en ciertos sectores como el turístico, que vive días negros con contracciones de 86% de la actividad en términos anuales. A nadie sorprende que el FMI pronostica una caída del PIB de México en 2020 de 6.6%, el mayor en la región.

Aunque la caída en la actividad económica es un fenómeno global, México sigue su propia senda debido a la limitada agenda de apoyos federales a los negocios que no alcanza un 1% del PIB, cuando en países hermanos como Perú supera el 10%.

La reactivación de la economía mexicana no tendrá una fuerza principal que la impulse, un núcleo de política fiscal activa que le dé el primer empujón. Tendrá que valerse de impulsos diversos, chispazos que en algunos casos lograrán encender una parte del sistema, pero en otros no alcanzarán la temperatura adecuada porque las empresas ya no existen, los fusibles y cables caducaron.

La vulnerabilidad de las empresas depende principalmente de su tamaño y edad, y en el contexto actual, de la exposición de su sector a los choques de oferta o demanda. En línea con un estudio reciente de Moody’s, ciertos sectores sufren de mayor exposición por el Covid-19 y por ende son más vulnerables en sus finanzas. La hotelería y la aviación encabezan la lista, continúan las empresas de transportación en general, logística, manufactura, embalaje y comercio al menudeo, seguidas de aquéllas de servicios comerciales y de consumo de bienes duraderos, construcción, comunicaciones, energía y tecnología.

De los casi 5.5 millones de establecimientos que INEGI visitó en noviembre de 2019, el 87.5% tiene 5 empleados o menos y el 52.8% se dedican al comercio al menudeo, alojamiento y restaurantes. Solamente en abril se observó una caída del número de patrones registrados ante el IMSS de -6,689 o -0.7%, la mayor de la que se tiene registro en el mismo periodo. ¿Cuántas empresas más no sobrevivirán a la cuarentena? ¿Cuántas y cuáles cerrarán definitivamente después del desconfinamiento porque la cadena de valor a la que pertenecen se vio disminuida?

Si ante la falta de liquidez las aerolíneas cancelan destinos, los visitantes no llegarán a los hoteles ni a los restaurantes, por lo que aunque los servicios de turismo local hayan sobrevivido los últimos dos meses, no habrá clientes a quién servir en el futuro cercano. Algunos desaparecerán, otros reducirán su escala en los próximos meses.

La reactivación económica implica también una reconfiguración de las economías, obedeciendo a esta complejidad, con particularidades según las realidades regionales. Nuestros cálculos sugieren que Quintana Roo y las dos Baja Californias registrarán la mayor letalidad de empresas, mientras que la Ciudad de México mostrará menores tasas.

Los gobiernos estatales y municipales tendrán una tarea compleja para establecer mecanismos de direccionamiento de los apoyos y a la vez diseñar la estrategia de reapertura, considerando que podrían ver sus presupuestos reducidos en hasta 300 mil millones de pesos -casi 15%- con respecto al año anterior, debido a la caída esperada en la recaudación.

Para poder echar a andar sus reactores económicos en un ambiente de presencia constante del SARS-CoV-2, los gobiernos estatales y municipales deberán adoptar políticas públicas con 5 pilares: (i) medidas sanitarias para resguardar la salud de la población trabajadora, que incluyan pruebas masivas y modelos de diagnóstico de corte local; (ii) inversión en capacidad hospitalaria para atender la demanda constante de servicios; (iii) inyección de liquidez en el corto plazo para apoyar a empresas solventes, (iii) transferencias en el corto y mediano plazos a desempleados de empresas que cerraron sus puertas y cerrarán una vez que se vean en insolvencia ante la reestructura, (iii) mecanismos de largo alcance para el financiamiento y reincorporación del talento local a la economía que surge, apalancando principalmente el sistema educativo, y (iv) una visión sectorial estratégica para resguardar sus núcleos de actividad económica ante la escasez de recursos fiscales. La velocidad en la reactivación económica y la distribución del impacto económico entre hogares y regiones dependerán de seguir el instructivo adecuado.

Socio fundador y director general de Pondera. Doctor y Maestro en Economía por la Universidad de Pennsylvania.


@jcpueblita

Por: José Carlos Rodríguez Pueblita

Reactivar una economía se parece más a encender un reactor nuclear que a un automóvil. La economía de un país o región es un sistema complejo, con sectores masivamente interrelacionados que crean poderosos campos de atracción y fricción, mercados y transacciones que generan valor a través de su funcionamiento cotidiano.

"Aunque la economía no fue totalmente apagada, la reducción de la actividad ha sido palpable y sin precedentes modernos: solamente en abril, México perdió poco más de 550 mil empleos formales, la peor cifra para dicho mes desde que tenemos datos -en abril de 1995, en plena crisis del tequila, la caída fue de casi 185 mil empleos-.

Si un buen año para México significa crear más de 1 millón de empleos, la destrucción de abril presagia un muy mal año, en especial en ciertos sectores como el turístico, que vive días negros con contracciones de 86% de la actividad en términos anuales. A nadie sorprende que el FMI pronostica una caída del PIB de México en 2020 de 6.6%, el mayor en la región.

Aunque la caída en la actividad económica es un fenómeno global, México sigue su propia senda debido a la limitada agenda de apoyos federales a los negocios que no alcanza un 1% del PIB, cuando en países hermanos como Perú supera el 10%.

La reactivación de la economía mexicana no tendrá una fuerza principal que la impulse, un núcleo de política fiscal activa que le dé el primer empujón. Tendrá que valerse de impulsos diversos, chispazos que en algunos casos lograrán encender una parte del sistema, pero en otros no alcanzarán la temperatura adecuada porque las empresas ya no existen, los fusibles y cables caducaron.

La vulnerabilidad de las empresas depende principalmente de su tamaño y edad, y en el contexto actual, de la exposición de su sector a los choques de oferta o demanda. En línea con un estudio reciente de Moody’s, ciertos sectores sufren de mayor exposición por el Covid-19 y por ende son más vulnerables en sus finanzas. La hotelería y la aviación encabezan la lista, continúan las empresas de transportación en general, logística, manufactura, embalaje y comercio al menudeo, seguidas de aquéllas de servicios comerciales y de consumo de bienes duraderos, construcción, comunicaciones, energía y tecnología.

De los casi 5.5 millones de establecimientos que INEGI visitó en noviembre de 2019, el 87.5% tiene 5 empleados o menos y el 52.8% se dedican al comercio al menudeo, alojamiento y restaurantes. Solamente en abril se observó una caída del número de patrones registrados ante el IMSS de -6,689 o -0.7%, la mayor de la que se tiene registro en el mismo periodo. ¿Cuántas empresas más no sobrevivirán a la cuarentena? ¿Cuántas y cuáles cerrarán definitivamente después del desconfinamiento porque la cadena de valor a la que pertenecen se vio disminuida?

Si ante la falta de liquidez las aerolíneas cancelan destinos, los visitantes no llegarán a los hoteles ni a los restaurantes, por lo que aunque los servicios de turismo local hayan sobrevivido los últimos dos meses, no habrá clientes a quién servir en el futuro cercano. Algunos desaparecerán, otros reducirán su escala en los próximos meses.

La reactivación económica implica también una reconfiguración de las economías, obedeciendo a esta complejidad, con particularidades según las realidades regionales. Nuestros cálculos sugieren que Quintana Roo y las dos Baja Californias registrarán la mayor letalidad de empresas, mientras que la Ciudad de México mostrará menores tasas.

Los gobiernos estatales y municipales tendrán una tarea compleja para establecer mecanismos de direccionamiento de los apoyos y a la vez diseñar la estrategia de reapertura, considerando que podrían ver sus presupuestos reducidos en hasta 300 mil millones de pesos -casi 15%- con respecto al año anterior, debido a la caída esperada en la recaudación.

Para poder echar a andar sus reactores económicos en un ambiente de presencia constante del SARS-CoV-2, los gobiernos estatales y municipales deberán adoptar políticas públicas con 5 pilares: (i) medidas sanitarias para resguardar la salud de la población trabajadora, que incluyan pruebas masivas y modelos de diagnóstico de corte local; (ii) inversión en capacidad hospitalaria para atender la demanda constante de servicios; (iii) inyección de liquidez en el corto plazo para apoyar a empresas solventes, (iii) transferencias en el corto y mediano plazos a desempleados de empresas que cerraron sus puertas y cerrarán una vez que se vean en insolvencia ante la reestructura, (iii) mecanismos de largo alcance para el financiamiento y reincorporación del talento local a la economía que surge, apalancando principalmente el sistema educativo, y (iv) una visión sectorial estratégica para resguardar sus núcleos de actividad económica ante la escasez de recursos fiscales. La velocidad en la reactivación económica y la distribución del impacto económico entre hogares y regiones dependerán de seguir el instructivo adecuado.

Socio fundador y director general de Pondera. Doctor y Maestro en Economía por la Universidad de Pennsylvania.


@jcpueblita