El ciclo escolar 2019-2020 del nivel básico ha dado inicio con el pie derecho. Más de 171 millones de ejemplares de libros de texto gratuitos aguardaban a sus nuevos dueños en los diversos planteles escolares, siendo el principal vehículo de educación en el país para que millones de niños y adolescentes accedan al conocimiento y al desarrollo.
Apenas unas cuantas semanas atrás no faltaba quien augurara que el organismo público descentralizado llamado Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) no lograría distribuir la mayoría de los libros y que sería hasta noviembre cuando estarían llegando a millones de niños. Pero ese presagio no se cumplió.
A una semana de haber iniciado las clases, casi 98% de los alumnos de primaria y secundaria ya tienen sus libros de texto gratuitos, siendo cuestión de un par de días más para que se alcance 100% y todas las escuelas levanten bandera verde de cumplimiento.
Se trata de un gran logro de la educación pública en el país.
Y esa hazaña en tiempo récord respondió a un trabajo institucional de excelencia y responsabilidad, empezando por el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, quien con experiencia, visión y capacidad dirige la Secretaría de Estado más exitosa de la actual administración pública federal.
Y qué decir del doctor Antonio Meza Estrada, quien realmente asumió la dirección de la Conaliteg con el compromiso de cimbrarlo, transformarlo y mejorarlo en beneficio de la nación.
Y es que no sólo es cuestión de cantidad, sino sobre todo de calidad de los libros de texto, los cuales en verdad concentran los conocimientos básicos de cada una de las materias, presentados de manera clara, concisa y atractiva. Ese es el secreto de los libros gratuitos que el Estado ha creado para millones de alumnos que, de otra forma, no podrán tener acceso al conocimiento y a la superación.
No debemos perder de vista que además de los libros de texto, la Conaliteg ha creado libros especiales para niños y adolescentes con debilidad visual, para lo cual cuenta con los especialistas en la materia y tiene el equipo debido para su impresión.
Se dice fácil, pero preparar contenidos, diseñarlos, imprimirlos, empacarlos y distribuirlos no lo hace cualquier institución, solo una profesional, experimentada y preparada para atender uno de los alumnados más grandes del mundo.
No en balde, la educación es uno de los rubros mejor calificados por la población. Y en ello tiene que ver la Conaliteg, que muchas de las veces hace los únicos libros que llegan a los hogares mexicanos.
Bien por la SEP y por la Conaliteg.
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