No es fatalismo; la frase proviene de un proverbio Kurdo y, ante los resultados de la más reciente encuesta realizada por el INEGI, encontramos la evaluación sentimental de una sociedad, esta sociedad mexicana que vive con miedo; hablamos de una situación que se presenta en la vida real y no podemos concluir de otra forma más que en la falta de acciones concretas en la materia, no sólo para brindar esa seguridad tan anhelada, sino para que los ciudadanos realmente la perciban.
Y es que a decir de las cifras, la inseguridad continua como el principal problema para los mexicanos: el 75.9% de la población de 18 años y más considera que vivir en su ciudad es inseguro; el 70.2% declara que uno de los principales problemas en su ciudad es la “delincuencia (robos, extorsiones, secuestros, fraudes). Lo anterior, conforme a los resultados de la 18ª Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), realizada por el Inegi durante la primera quincena del mes de diciembre de 2017.
Entre las cifras obtenidas, se observa que la percepción de inseguridad sigue siendo mayor entre las mujeres en un 80.5%, en tanto que los hombres se ubicaron en 70.6 por ciento, y del total de los encuestados en más de 55 ciudades urbanas del país, los cinco lugares con mayores riesgos son los cajeros automáticos localizados en la vía pública (82.3%), el transporte público (72.9%), las instituciones bancarias (69.2%), las calles y avenidas transitadas regularmente (68.2%), y los mercados (61.6%).
Por otra parte, se denota desesperanza entre la población al considerar que esta situación no cambiará a corto plazo, el 35.8% de la población considera que la delincuencia seguirá igual de mal en los próximos 12 meses, mientras que el 37.7% considera que empeorará.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), corresponden al último trimestre de 2017; en ella, la sociedad mexicana revela su insatisfacción respecto a las fuerzas del orden encargadas de velar por la integridad de la población, encontrando que el desempeño de las diversas corporaciones policiales se considera “muy o algo efectivo” en sus labores para prevenir y combatir la delincuencia de la siguiente manera: la Marina (85.6%), el Ejército (83.2%), la Gendarmería Nacional (71.2%), la Policía Federal (65.3%), las Policías Estatales (47%) y la Policía Preventiva Municipal (38.5%).
Evidentemente, la población se ha visto obligada a tomar ciertas acciones defensivas en pos de su seguridad, tales como hacer cambios en sus rutinas diarias, el 62.9% se cuida de transitar con objetos de valor - joyas, dinero o tarjetas de crédito-; el 55.9% no permite a sus hijos menores salir de su vivienda sin compañía de un adulto; 53.1% cambió su rutina respecto a caminar por los alrededores de su vivienda, después de las ocho de la noche y 35.9% cambió rutas y costumbres relativas a la visita de familiares y amigos
El caso es que los mexicanos vivimos con un terrible miedo; aparentemente, nos hemos acostumbrado a convivir con él, a sentirlo en cada paso que damos por la calle, a depositarlo en la persona de nuestros familiares y amigos… Ante la impericia de las autoridades incompetentes para atacar a la delincuencia cada vez más crecida, nos hemos permitido llegar a la resignación, a aceptar que muy lejos de revertir la situación, esto cada vez empeora, los delincuentes han tomado nuestras calles y las autoridades nos han obligado a cambiar rutinas cotidianas, a dejar de usar las cosas que nos gustan y nos dan placer, a no salir por la noches y a regresar más temprano al hogar en afán de sentirnos protegidos, y nos han orillado a todo ello dado que han sido incapaces de cumplir con su responsabilidad, de hacer su “chamba”; hemos sido nosotros, los ciudadanos, los que permitimos que nos roben esa tranquilidad a la tenemos derecho…
En virtud de los resultados, la sociedad mexicana debería cuando menos, esperar una disculpa de quienes tanto han fallado, anhelaríamos encontrar un reconocimiento de culpa y que los pseudo servidores públicos aceptaran sus deficiencias pero, esto somos nosotros los mexicanos, este es el México nuestro en el que “los servidores públicos” tienen la capacidad de cometer burdos errores como el de detener a quien no estaba en el país cuando se cometió un delito que persiguen, o liberar al más sanguinario delincuente por falta de pruebas…
Pero no, por el momento, todos andan en campaña, prometen que ahora sí, todo va a cambiar, que no habrá corrupción y que tendremos seguridad en todos los aspectos de nuestra vida… el caso es que la desgracia nos aqueja y el miedo, este miedo, se ha instalado en nuestras vidas, nos hemos permitido vivir con él.
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