/ domingo 30 de agosto de 2020

Reconfiguración de la agenda de Seguridad Nacional

Incluso podemos afirmar, que también las agendas de Seguridad Internacional y Seguridad Regional, se han visto afectadas y alteradas en cuanto sus prioridades y el orden de las mismas. La vulnerabilidad que expresan gobiernos, autoridades sanitarias y organismos multilaterales, se evidencia en el sistemático aumento de casos confirmados de infectados, así como de fallecidos. La situación se ha agravado, incluyendo la de México y a la vista, no hay condiciones para una normalización o vuelta a las actividades cotidianas.

Instituciones que enfrentan verdaderos dilemas, como son las escuelas, sistemas como el transporte público, son de los lugares que más están tardando en recuperar las dinámicas previas a la expansión de la epidemia. Y sus efectos, como ya se ha comentado, son diversos pero en lo que se refiere a las condiciones de Seguridad Nacional, el análisis debe ser más estructurado para con ello evitar posiciones o argumentos estridentes que en nada contribuyen al ambiente para encontrar soluciones.

Para nuestro país, debido a su ubicación geopolítica, representa un paso obligado de personas, mercancías (legales e ilegales), turismo y con esto, se generan un conjunto de presiones que exigen medidas apropiadas para mantener el funcionamiento de los de por sí afectados, sistemas económicos, sociales y políticos. En los estudios clásicos y pioneros de la Seguridad Nacional, la Salud Pública no es una prioridad ni un antagonismo. Las afectaciones a la Seguridad vía el descontrol de la Salud Pública, tan sólo es mencionado como un hipotético y lejano escenario. Empero, esto ya cambio.

Conforme pasan las semanas y los meses, las capacidades de la sociedad, se ven presionadas por una incertidumbre que amenaza con prolongarse por seis meses o más. Tan sólo, revisamos los calendarios de las Universidades e Institutos de educación superior en Europa y los Estados Unidos. Algunos casos, remiten el probable inicio de las actividades académicas y de difusión, hasta el verano de 2021. Y eso, aun no es seguro.

Es muy importante ir confeccionando los ajustes a las agendas de Seguridad Nacional y formular los asuntos de compartida sensibilidad. Las implicaciones por ejemplo, a las restricciones en la movilidad de viajeros –con cualquiera que sea el motivo del desplazamiento, va a afectar también a los protocolos, ya se hacen, por ejemplo de los vuelos comerciales. Otro aspecto en ese mismo sentido, los objetos y pertenencias de los usuarios, también serán sometidos a revisiones más estrictas tanto de seguridad como de higiene.

La región geopolítica más afectada, es Latinoamérica. Esta difícil situación, no obstante, puede ser la base para encontrar sistemas de alertas tempranas ante nuevas epidemias o fuentes de infección. Otro aspecto, el reforzamiento mediante la tecnología, para los controles fronterizos, que ya se han comenzado a usar en partes de Europa.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso


Incluso podemos afirmar, que también las agendas de Seguridad Internacional y Seguridad Regional, se han visto afectadas y alteradas en cuanto sus prioridades y el orden de las mismas. La vulnerabilidad que expresan gobiernos, autoridades sanitarias y organismos multilaterales, se evidencia en el sistemático aumento de casos confirmados de infectados, así como de fallecidos. La situación se ha agravado, incluyendo la de México y a la vista, no hay condiciones para una normalización o vuelta a las actividades cotidianas.

Instituciones que enfrentan verdaderos dilemas, como son las escuelas, sistemas como el transporte público, son de los lugares que más están tardando en recuperar las dinámicas previas a la expansión de la epidemia. Y sus efectos, como ya se ha comentado, son diversos pero en lo que se refiere a las condiciones de Seguridad Nacional, el análisis debe ser más estructurado para con ello evitar posiciones o argumentos estridentes que en nada contribuyen al ambiente para encontrar soluciones.

Para nuestro país, debido a su ubicación geopolítica, representa un paso obligado de personas, mercancías (legales e ilegales), turismo y con esto, se generan un conjunto de presiones que exigen medidas apropiadas para mantener el funcionamiento de los de por sí afectados, sistemas económicos, sociales y políticos. En los estudios clásicos y pioneros de la Seguridad Nacional, la Salud Pública no es una prioridad ni un antagonismo. Las afectaciones a la Seguridad vía el descontrol de la Salud Pública, tan sólo es mencionado como un hipotético y lejano escenario. Empero, esto ya cambio.

Conforme pasan las semanas y los meses, las capacidades de la sociedad, se ven presionadas por una incertidumbre que amenaza con prolongarse por seis meses o más. Tan sólo, revisamos los calendarios de las Universidades e Institutos de educación superior en Europa y los Estados Unidos. Algunos casos, remiten el probable inicio de las actividades académicas y de difusión, hasta el verano de 2021. Y eso, aun no es seguro.

Es muy importante ir confeccionando los ajustes a las agendas de Seguridad Nacional y formular los asuntos de compartida sensibilidad. Las implicaciones por ejemplo, a las restricciones en la movilidad de viajeros –con cualquiera que sea el motivo del desplazamiento, va a afectar también a los protocolos, ya se hacen, por ejemplo de los vuelos comerciales. Otro aspecto en ese mismo sentido, los objetos y pertenencias de los usuarios, también serán sometidos a revisiones más estrictas tanto de seguridad como de higiene.

La región geopolítica más afectada, es Latinoamérica. Esta difícil situación, no obstante, puede ser la base para encontrar sistemas de alertas tempranas ante nuevas epidemias o fuentes de infección. Otro aspecto, el reforzamiento mediante la tecnología, para los controles fronterizos, que ya se han comenzado a usar en partes de Europa.


javierolivaposada@gmail.com

@JOPso