/ miércoles 11 de octubre de 2017

Reconstrucción en marcha

Concluida la primera etapa de la atención a la tragedia, inicia la fase de reconstrucción; se trata de una reconstrucción que en lo material exigirá un esfuerzo permanente de restitución de servicios básicos y de recuperación del patrimonio de cientos de familias mexicanas. No obstante, lo más difícil será la reconstitución del tejido familiar y social afectado por la pérdida de vidas y la presencia de fenómenos naturales.

En esta tarea el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, puso en marcha diferentes mecanismos de apoyo y financiamiento a las familias afectadas. Considerando ese objetivo, la coordinación de las dependencias de la Administración Pública Federal y de los gobiernos estatales y municipales, seguirá siendo muy importante para la reconstrucción, así como continuar la cercanía con la gente.

Los mecanismos anunciados cuentan con reglas para su aplicación y para el ejercicio de los recursos públicos de manera eficaz y transparente, en donde, el diseño de soluciones requerirá de la organización y participación de la población afectada, de ello dependerá que se supere de la forma más rápida este ciclo de reconstrucción.

De igual modo, será importante mantener los vínculos entre la acción pública y las organizaciones de la sociedad que asumieron la responsabilidad de hacer llegar todos los recursos aportados por la ciudadanía y el sector privado a los damnificados.

De nueva cuenta el ejercicio de entendimiento y colaboración entre sectores será vital para aprovechar al máximo los recursos financieros y materiales aportados para la reconstrucción. Es importante que la atención brindada a la población pueda identificar los diferentes tipos de necesidades actuales y futuras de cada localidad afectada. Una atención merecen las familias de la Ciudad de México y otra las de Oaxaca, Chiapas y Morelos.

La conducción del gobierno federal y la estrecha coordinación con los gobiernos estatales y municipales, permitirá opciones para una efectiva acción pública en las zonas de desastre y sin lugar a dudas, debe contribuir a la reconstrucción de los lazos con la sociedad, identificar mejores canales de comunicación e incluso definir, de ser necesario, nuevos mecanismos de interlocución y diálogo público.

La actuación pública y transparente es muy importante, pero también la disposición a explorar acciones conjuntas con el sector privado y las organizaciones sociales bajo un clima de confianza basado en hechos y resultados. La oportunidad de la reconstrucción es también una oportunidad para un despliegue de acciones conjuntas que “re-signifiquen” lo que es la capacidad de colaboración entre sectores para alcanzar objetivos comunes.

En esta idea hay que fortalecer la participación social, para contribuir a una mejor acción pública y robustecer el papel de la contraloría social que garantice que todos los recursos públicos y privados orientados hacia la reconstrucción, cumplan cabalmente con el objetivo trazado. En el caso de la reconstrucción en la Ciudad de México, ya existe evidencia de casos lamentables de abusos de algunas personas, estos casos deben ser ejemplarmente sancionados.

Para detectar y evitar estos abusos lo mejor es promover la participación organizada de los afectados en la supervisión de los trabajos de la reconstrucción y de los apoyos que será necesario distribuir en tanto se solucionan los problemas de vivienda, de recuperación de activos de las empresas y de los servicios básicos dañados o perdidos.

Debemos fortalecer el ánimo social y la solidaridad mostrados en estas semanas. Hay que seguir manteniendo el compromiso de todos con las familias afectadas. La acción pública ésta orientada a resolver situaciones, así como para continuar sumando voluntades y coordinar esfuerzos, ofreciendo expectativas de futuro a la población damnificada.

Concluida la primera etapa de la atención a la tragedia, inicia la fase de reconstrucción; se trata de una reconstrucción que en lo material exigirá un esfuerzo permanente de restitución de servicios básicos y de recuperación del patrimonio de cientos de familias mexicanas. No obstante, lo más difícil será la reconstitución del tejido familiar y social afectado por la pérdida de vidas y la presencia de fenómenos naturales.

En esta tarea el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, puso en marcha diferentes mecanismos de apoyo y financiamiento a las familias afectadas. Considerando ese objetivo, la coordinación de las dependencias de la Administración Pública Federal y de los gobiernos estatales y municipales, seguirá siendo muy importante para la reconstrucción, así como continuar la cercanía con la gente.

Los mecanismos anunciados cuentan con reglas para su aplicación y para el ejercicio de los recursos públicos de manera eficaz y transparente, en donde, el diseño de soluciones requerirá de la organización y participación de la población afectada, de ello dependerá que se supere de la forma más rápida este ciclo de reconstrucción.

De igual modo, será importante mantener los vínculos entre la acción pública y las organizaciones de la sociedad que asumieron la responsabilidad de hacer llegar todos los recursos aportados por la ciudadanía y el sector privado a los damnificados.

De nueva cuenta el ejercicio de entendimiento y colaboración entre sectores será vital para aprovechar al máximo los recursos financieros y materiales aportados para la reconstrucción. Es importante que la atención brindada a la población pueda identificar los diferentes tipos de necesidades actuales y futuras de cada localidad afectada. Una atención merecen las familias de la Ciudad de México y otra las de Oaxaca, Chiapas y Morelos.

La conducción del gobierno federal y la estrecha coordinación con los gobiernos estatales y municipales, permitirá opciones para una efectiva acción pública en las zonas de desastre y sin lugar a dudas, debe contribuir a la reconstrucción de los lazos con la sociedad, identificar mejores canales de comunicación e incluso definir, de ser necesario, nuevos mecanismos de interlocución y diálogo público.

La actuación pública y transparente es muy importante, pero también la disposición a explorar acciones conjuntas con el sector privado y las organizaciones sociales bajo un clima de confianza basado en hechos y resultados. La oportunidad de la reconstrucción es también una oportunidad para un despliegue de acciones conjuntas que “re-signifiquen” lo que es la capacidad de colaboración entre sectores para alcanzar objetivos comunes.

En esta idea hay que fortalecer la participación social, para contribuir a una mejor acción pública y robustecer el papel de la contraloría social que garantice que todos los recursos públicos y privados orientados hacia la reconstrucción, cumplan cabalmente con el objetivo trazado. En el caso de la reconstrucción en la Ciudad de México, ya existe evidencia de casos lamentables de abusos de algunas personas, estos casos deben ser ejemplarmente sancionados.

Para detectar y evitar estos abusos lo mejor es promover la participación organizada de los afectados en la supervisión de los trabajos de la reconstrucción y de los apoyos que será necesario distribuir en tanto se solucionan los problemas de vivienda, de recuperación de activos de las empresas y de los servicios básicos dañados o perdidos.

Debemos fortalecer el ánimo social y la solidaridad mostrados en estas semanas. Hay que seguir manteniendo el compromiso de todos con las familias afectadas. La acción pública ésta orientada a resolver situaciones, así como para continuar sumando voluntades y coordinar esfuerzos, ofreciendo expectativas de futuro a la población damnificada.