/ sábado 13 de octubre de 2018

Recordar es vivir

Carlos Padilla Becerra


México recibió hace 50 años los Juegos Olímpicos y a lo largo de este 2018 se llevaron a cabo distintas actividades para conmemorar este importante acontecimiento que dejó huella en nuestro país.

Parece que fue ayer cuando Enriqueta Basilio entró ese 12 de octubre de 1968 al Estadio Olímpico Universitario con la antorcha en mano hasta encender el pebetero. Este año, precisamente en la misma fecha, volvió a hacerlo, momento que nos llenó de nostalgia a todos los que de alguna forma estamos ligados al Movimiento Olímpico.

Acompañada de atletas, jueces y voluntarios que vivieron la competencia en esa época, desde el encendido de la llama en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, hasta la chispa que avivó el pebetero a las 12:50 horas, no hay duda que recordar es vivir y, aún mejor, nos permite compartir con las nuevas generaciones un poco de lo que sucedió esa época.

Este 50 aniversario se presentó en plenos Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, certamen en el que precisamente jóvenes de 15 a 18 años promueven el Olimpismo a través de las competencias y la sana convivencia, una combinación que nos motiva a pensar lo que representan este tipo de encuentros, que no solo marcan la vida de las personas, también la de las comunidades que los reciben.

En nuestro país, el primero en América Latina en albergar unos Juegos Olímpicos el siglo pasado, la conexión de una competencia de hace 50 años con la era actual nos lleva a fortalecer el Movimiento Olímpico, que finalmente tiene la peculiaridad de extenderse, de crecer de un país a otro cada cuatro años, de implementar cada vez mejores prácticas, de mostrar y compartir momentos en lo que, pase el tiempo que pase, recordar es vivir. Las figuras de leyenda son fiel ejemplo para los jóvenes mexicanos de nuestro tiempo que persiguen nuevos sueños.

contacto@carlospadilla.mx

Carlos Padilla Becerra


México recibió hace 50 años los Juegos Olímpicos y a lo largo de este 2018 se llevaron a cabo distintas actividades para conmemorar este importante acontecimiento que dejó huella en nuestro país.

Parece que fue ayer cuando Enriqueta Basilio entró ese 12 de octubre de 1968 al Estadio Olímpico Universitario con la antorcha en mano hasta encender el pebetero. Este año, precisamente en la misma fecha, volvió a hacerlo, momento que nos llenó de nostalgia a todos los que de alguna forma estamos ligados al Movimiento Olímpico.

Acompañada de atletas, jueces y voluntarios que vivieron la competencia en esa época, desde el encendido de la llama en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, hasta la chispa que avivó el pebetero a las 12:50 horas, no hay duda que recordar es vivir y, aún mejor, nos permite compartir con las nuevas generaciones un poco de lo que sucedió esa época.

Este 50 aniversario se presentó en plenos Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, certamen en el que precisamente jóvenes de 15 a 18 años promueven el Olimpismo a través de las competencias y la sana convivencia, una combinación que nos motiva a pensar lo que representan este tipo de encuentros, que no solo marcan la vida de las personas, también la de las comunidades que los reciben.

En nuestro país, el primero en América Latina en albergar unos Juegos Olímpicos el siglo pasado, la conexión de una competencia de hace 50 años con la era actual nos lleva a fortalecer el Movimiento Olímpico, que finalmente tiene la peculiaridad de extenderse, de crecer de un país a otro cada cuatro años, de implementar cada vez mejores prácticas, de mostrar y compartir momentos en lo que, pase el tiempo que pase, recordar es vivir. Las figuras de leyenda son fiel ejemplo para los jóvenes mexicanos de nuestro tiempo que persiguen nuevos sueños.

contacto@carlospadilla.mx