/ martes 8 de diciembre de 2020

Rectoría de la UNAM y epidemia

Dado a conocer en el transcurso de la mañana del jueves 3 pasado, se señala que dadas las condiciones de afectación de la epidemia, las actividades presenciales iniciarán el 1 de abril. Es decir que hoy hasta 31 de marzo, las actividades académicas, cumplirán un año en situación de confinamiento. Y la verdad, es que la actitud responsable asumida por el Rector Enrique Luis Graue Wiechers, ha impactado de forma positiva para que no sólo otras instituciones de educación superior hagan lo propio, sino incluso oficinas públicas y empresas, tomen en consideración la señal de alerta/precaución de la Universidad Nacional.

Estamos viviendo un constante y sistemático aumento de infectados y fallecimientos. Ya no hay camas disponibles ni en el sector público ni en el privado, para enfermos graves con cualquier padecimiento, tal y como lo reconoció el Presidente López Obrador en su conferencia matutina del viernes 4. La gestión, por lo menos errática, de la epidemia, la falta de un protocolo de amplio espectro para evitar contagios y muertes, ha llevado a que México sea considerado como uno de los peores o el peor gobierno que ha gestionado la epidemia, de acuerdo con el Secretario General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreysus.

Es muy preocupante el escenario de contagios respecto de las fiestas y convivencias de fin y principio de año; el Presidente López Obrador, ya indició que lo mejor es no salir de nuestras casas y evitar las concentraciones en donde no se pueda guardar la sana distancia, pese a que los científicos más prestigiados en el mundo, siguen recomendado el cubrebocas como la mejor y más efectiva medida. Por supuesto, los efectos económicos de la epidemia, son proporcionales a los daños en la salud pública.

El INEGI, documentó el cierre de poco más de un millón y cien mil micro, pequeñas y medianas empresas (¡!) perdiéndose miles de empleos, afectando a igual número de familias y el fisco, perdiendo millones de pesos por la no recaudación del IVA y del ISR. De persistirse en las decisiones erráticas para la gestión de la epidemia y sus consecuencias, marzo será el preámbulo de una situación mucho más grave que sobrepasará con creces ese mes, para seguir en la pendiente de infecciones y muertes, hasta el mes de agosto, una vez que ya se haya distribuido y aplicado la vacuna en la mayor parte de la población.

Sin embargo, de ninguna manera podemos persistir en el ruta de relajar las medidas de confinamiento ni de prevención de los contagios. Estamos padeciendo lo que se hizo muy mal, tan sólo dentro de los tres días de asueto y convivencia del “Día de Muertos”. Imaginemos los datos de la epidemia luego de las fiestas y convivencia de fin de año y de los primeros días de enero de 2021, no exageró que seguir como vamos viviremos una auténtica catástrofe. Bien por la UNAM y el Rector, que deciden con responsabilidad, garantizar en lo posible, la salud y bien estar de la amplia comunidad universitaria.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso

Dado a conocer en el transcurso de la mañana del jueves 3 pasado, se señala que dadas las condiciones de afectación de la epidemia, las actividades presenciales iniciarán el 1 de abril. Es decir que hoy hasta 31 de marzo, las actividades académicas, cumplirán un año en situación de confinamiento. Y la verdad, es que la actitud responsable asumida por el Rector Enrique Luis Graue Wiechers, ha impactado de forma positiva para que no sólo otras instituciones de educación superior hagan lo propio, sino incluso oficinas públicas y empresas, tomen en consideración la señal de alerta/precaución de la Universidad Nacional.

Estamos viviendo un constante y sistemático aumento de infectados y fallecimientos. Ya no hay camas disponibles ni en el sector público ni en el privado, para enfermos graves con cualquier padecimiento, tal y como lo reconoció el Presidente López Obrador en su conferencia matutina del viernes 4. La gestión, por lo menos errática, de la epidemia, la falta de un protocolo de amplio espectro para evitar contagios y muertes, ha llevado a que México sea considerado como uno de los peores o el peor gobierno que ha gestionado la epidemia, de acuerdo con el Secretario General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreysus.

Es muy preocupante el escenario de contagios respecto de las fiestas y convivencias de fin y principio de año; el Presidente López Obrador, ya indició que lo mejor es no salir de nuestras casas y evitar las concentraciones en donde no se pueda guardar la sana distancia, pese a que los científicos más prestigiados en el mundo, siguen recomendado el cubrebocas como la mejor y más efectiva medida. Por supuesto, los efectos económicos de la epidemia, son proporcionales a los daños en la salud pública.

El INEGI, documentó el cierre de poco más de un millón y cien mil micro, pequeñas y medianas empresas (¡!) perdiéndose miles de empleos, afectando a igual número de familias y el fisco, perdiendo millones de pesos por la no recaudación del IVA y del ISR. De persistirse en las decisiones erráticas para la gestión de la epidemia y sus consecuencias, marzo será el preámbulo de una situación mucho más grave que sobrepasará con creces ese mes, para seguir en la pendiente de infecciones y muertes, hasta el mes de agosto, una vez que ya se haya distribuido y aplicado la vacuna en la mayor parte de la población.

Sin embargo, de ninguna manera podemos persistir en el ruta de relajar las medidas de confinamiento ni de prevención de los contagios. Estamos padeciendo lo que se hizo muy mal, tan sólo dentro de los tres días de asueto y convivencia del “Día de Muertos”. Imaginemos los datos de la epidemia luego de las fiestas y convivencia de fin de año y de los primeros días de enero de 2021, no exageró que seguir como vamos viviremos una auténtica catástrofe. Bien por la UNAM y el Rector, que deciden con responsabilidad, garantizar en lo posible, la salud y bien estar de la amplia comunidad universitaria.

javierolivaposada@gmail.com

@JOPso