/ viernes 27 de marzo de 2020

Recursos espirituales ante la pandemia

VER.- Ante la descontrolada pandemia del COVID-19, con cientos de miles infectados y defunciones que aumentan por millares, con tantas restricciones que han impuesto las autoridades civiles en muchos países; teniendo en cuenta, por otra parte, las medidas sanitarias que se han aconsejado y que nos esforzamos por poner en práctica, dando al problema su real dimensión, ¿qué recursos espirituales tenemos? ¿Qué está haciendo la Iglesia para no sólo consolar a los creyentes, sino también para ayudar a solucionar el mal?


En muchas partes se han cerrado los templos para evitar que la gente acuda a orar y de esta forma se propaguen los contagios; en otras, permanecen abiertos para que se pueda orar ante el Sagrario y ante las imágenes devocionales, teniendo los debidos cuidados de limpieza y no aglomeración. La oración es un recurso de una fuerza y eficacia increíbles, cuando se hace con fe y perseverancia.

En todo el mundo, los sacerdotes y obispos seguimos celebrando diariamente la Santa Misa por las intenciones y necesidades de los fieles, aunque sea sin su presencia física, muchos de ellos siguiendo en casa su transmisión por distintos medios electrónicos. No se puede recibir físicamente la comunión eucarística, pero siempre hay el recurso de recibirla en forma espiritual, es decir con el deseo de que el Señor venga realmente a nuestra vida. El sacramento es un signo eficaz de la presencia del Resucitado, pero el Señor ve tu corazón y puede hacerse presente en tu vida, si no puedes recibirlo físicamente. Dios no tiene restricciones y trasciende muros y fronteras.

Hay quienes menosprecian la oración y las celebraciones sacramentales ante la pandemia, incluso se burlan de nosotros, como si fuéramos unos ignorantes y atrasados, diciendo que esto es cosa de la ciencia, de la salud, de la tecnología, y que nada tiene que ver lo religioso. Los respetamos, pero esperamos que nos respeten. Quien no tiene fe, sólo valora lo que tiene frente a su nariz, lo que palpa, mide y pesa. Nosotros tenemos además otra visión, que trasciende lo material, lo inmediato, y nos conecta con lo trascendente e invisible, pero que es real y efectivo, con la Realidad de las realidades, con la Verdad de las verdades, que es Dios y todo su plan de salvación en Cristo.

PENSAR

El Papa Francisco nos da ejemplo de tomar en serio el problema mundial del Coronavirus. Ha suspendido muchos de sus compromisos y limitado otros. Nos comparte diariamente la Misa que celebra en Santa Marta, y que ofrece por todos, en especial por quienes más sufren. Ha invitado a todo el mundo, también de otras religiones, a unirnos este miércoles en la recitación del Padre nuestro a las 12 horas de Roma (cinco de la mañana en México), y que podemos rezar a las 12 de nuestro país, o en cualquier hora, pues Dios no depende de usos horarios. Además, el próximo viernes 27, a las 18 horas de Roma (once de la mañana en México), presidirá una como Hora Santa ante el Santísimo Sacramento, en el frente de la Plaza de San Pedro, que estará vacía, y al final dará la bendición Urbi et Orbi, a la ciudad de Roma y al mundo, con la posibilidad de obtener la Indulgencia Plenaria.


¿En qué consiste ésta? En beneficiarnos sin medida del tesoro de gracia que nos viene de Jesucristo Redentor y de la santidad de su Iglesia; Dios no tiene medida para su misericordia.


ACTUAR

Pongamos todos los recursos de nuestra fe, sacramentos y oraciones, al servicio de la salud integral de todo el mundo. Con nuestras plegarias y sacrificios, podemos ayudar mucho.



Obispo Emérito de San Cristobal de las Casas

VER.- Ante la descontrolada pandemia del COVID-19, con cientos de miles infectados y defunciones que aumentan por millares, con tantas restricciones que han impuesto las autoridades civiles en muchos países; teniendo en cuenta, por otra parte, las medidas sanitarias que se han aconsejado y que nos esforzamos por poner en práctica, dando al problema su real dimensión, ¿qué recursos espirituales tenemos? ¿Qué está haciendo la Iglesia para no sólo consolar a los creyentes, sino también para ayudar a solucionar el mal?


En muchas partes se han cerrado los templos para evitar que la gente acuda a orar y de esta forma se propaguen los contagios; en otras, permanecen abiertos para que se pueda orar ante el Sagrario y ante las imágenes devocionales, teniendo los debidos cuidados de limpieza y no aglomeración. La oración es un recurso de una fuerza y eficacia increíbles, cuando se hace con fe y perseverancia.

En todo el mundo, los sacerdotes y obispos seguimos celebrando diariamente la Santa Misa por las intenciones y necesidades de los fieles, aunque sea sin su presencia física, muchos de ellos siguiendo en casa su transmisión por distintos medios electrónicos. No se puede recibir físicamente la comunión eucarística, pero siempre hay el recurso de recibirla en forma espiritual, es decir con el deseo de que el Señor venga realmente a nuestra vida. El sacramento es un signo eficaz de la presencia del Resucitado, pero el Señor ve tu corazón y puede hacerse presente en tu vida, si no puedes recibirlo físicamente. Dios no tiene restricciones y trasciende muros y fronteras.

Hay quienes menosprecian la oración y las celebraciones sacramentales ante la pandemia, incluso se burlan de nosotros, como si fuéramos unos ignorantes y atrasados, diciendo que esto es cosa de la ciencia, de la salud, de la tecnología, y que nada tiene que ver lo religioso. Los respetamos, pero esperamos que nos respeten. Quien no tiene fe, sólo valora lo que tiene frente a su nariz, lo que palpa, mide y pesa. Nosotros tenemos además otra visión, que trasciende lo material, lo inmediato, y nos conecta con lo trascendente e invisible, pero que es real y efectivo, con la Realidad de las realidades, con la Verdad de las verdades, que es Dios y todo su plan de salvación en Cristo.

PENSAR

El Papa Francisco nos da ejemplo de tomar en serio el problema mundial del Coronavirus. Ha suspendido muchos de sus compromisos y limitado otros. Nos comparte diariamente la Misa que celebra en Santa Marta, y que ofrece por todos, en especial por quienes más sufren. Ha invitado a todo el mundo, también de otras religiones, a unirnos este miércoles en la recitación del Padre nuestro a las 12 horas de Roma (cinco de la mañana en México), y que podemos rezar a las 12 de nuestro país, o en cualquier hora, pues Dios no depende de usos horarios. Además, el próximo viernes 27, a las 18 horas de Roma (once de la mañana en México), presidirá una como Hora Santa ante el Santísimo Sacramento, en el frente de la Plaza de San Pedro, que estará vacía, y al final dará la bendición Urbi et Orbi, a la ciudad de Roma y al mundo, con la posibilidad de obtener la Indulgencia Plenaria.


¿En qué consiste ésta? En beneficiarnos sin medida del tesoro de gracia que nos viene de Jesucristo Redentor y de la santidad de su Iglesia; Dios no tiene medida para su misericordia.


ACTUAR

Pongamos todos los recursos de nuestra fe, sacramentos y oraciones, al servicio de la salud integral de todo el mundo. Con nuestras plegarias y sacrificios, podemos ayudar mucho.



Obispo Emérito de San Cristobal de las Casas