/ miércoles 27 de julio de 2022

Reflexiones en torno a una Política Nacional de Datos Abiertos

Por Adrián Alcalá Méndez, Comisionado del INAI


Durante la última década, en México, hemos experimentado importantes transformaciones en la agenda de datos abiertos, tanto desde el ámbito federal como en los gobiernos locales; derivando en la emisión de normas, estrategias, así como en la publicación de repositorios de datos y la acumulación de experiencias que, en nuestro país, han constituido un importante aprendizaje.

En este punto del camino, el INAI, junto con el Archivo General de la Nación, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el Sistema Nacional de Transparencia, la Secretaría de la Función Pública, el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, la organización Codeando México, A.C. y académicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas y El Colegio de México, presentamos la estrategia “Abramos México”.

El objetivo es construir una Política Nacional de Datos Abiertos, desde una visión nacional, pero consciente y sensible a la heterogeneidad presupuestaria, de capacidades y de infraestructura de las administraciones, así como de las distintas realidades sociales que existen en nuestro país.

En este contexto, como parte del proceso de diseño y, en el marco de la Conferencia Nacional de Datos Abiertos 2022 (DATACON), especialistas, tanto nacionales como internacionales, aportaron sus conocimientos y experiencias, la cuales, sin duda, serán fundamentales para el éxito de Abramos México.

La primera de ellas es que transparentar la labor de las instituciones no es la única finalidad de la apertura de los datos, por lo que, si aspiramos a construir una política transformadora, debemos poner en el centro de la discusión, no a las instituciones, sino a las personas y las problemáticas que enfrentan, pues son éstas las que al utilizar los datos desarrollarán todo su potencial y les dotarán de múltiples significados, valores sociales, económicos, entre otros

Por otra parte, una política nacional debe estar dotada de los enfoques de género, interseccionalidad y garantía de derechos, además de considerar la creación de mecanismos que acerquen los datos y su valor a las personas que pertenecen a grupos en situación de vulnerabilidad. Además, debemos tener presente que más datos no necesariamente es mejor, si no se cumple con las características previstas en el marco regulatorio mexicano y los estándares internacionales.

Finalmente, será fundamental la construcción de capacidades en la sociedad civil y en las personas servidoras públicas (principalmente las encargadas de procesar y publicar datos), así como crear infraestructuras basadas en herramientas de código abierto que, cabe precisar, algunas de ellas son ampliamente utilizadas alrededor del mundo e, incluso, se cuenta con experiencias de implementación locales y federales, en México.

Estas son solo algunas de las importantes aportaciones que, estoy seguro, contribuirán a que la Política Nacional de Datos Abiertos detone el aprovechamiento fácil y progresivo de los datos abiertos, que a partir de éstos se construyan nuevas narrativas locales, nacionales y globales y que, esta suma de esfuerzos, nos permita tomar mejores decisiones, genere valor público y sea sostenible en el tiempo. Próximamente se darán a conocer las siguiente acciones de Abramos México, en las que esperamos contar con la participación y colaboración de todas y todos.

Por Adrián Alcalá Méndez, Comisionado del INAI


Durante la última década, en México, hemos experimentado importantes transformaciones en la agenda de datos abiertos, tanto desde el ámbito federal como en los gobiernos locales; derivando en la emisión de normas, estrategias, así como en la publicación de repositorios de datos y la acumulación de experiencias que, en nuestro país, han constituido un importante aprendizaje.

En este punto del camino, el INAI, junto con el Archivo General de la Nación, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el Sistema Nacional de Transparencia, la Secretaría de la Función Pública, el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, la organización Codeando México, A.C. y académicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas y El Colegio de México, presentamos la estrategia “Abramos México”.

El objetivo es construir una Política Nacional de Datos Abiertos, desde una visión nacional, pero consciente y sensible a la heterogeneidad presupuestaria, de capacidades y de infraestructura de las administraciones, así como de las distintas realidades sociales que existen en nuestro país.

En este contexto, como parte del proceso de diseño y, en el marco de la Conferencia Nacional de Datos Abiertos 2022 (DATACON), especialistas, tanto nacionales como internacionales, aportaron sus conocimientos y experiencias, la cuales, sin duda, serán fundamentales para el éxito de Abramos México.

La primera de ellas es que transparentar la labor de las instituciones no es la única finalidad de la apertura de los datos, por lo que, si aspiramos a construir una política transformadora, debemos poner en el centro de la discusión, no a las instituciones, sino a las personas y las problemáticas que enfrentan, pues son éstas las que al utilizar los datos desarrollarán todo su potencial y les dotarán de múltiples significados, valores sociales, económicos, entre otros

Por otra parte, una política nacional debe estar dotada de los enfoques de género, interseccionalidad y garantía de derechos, además de considerar la creación de mecanismos que acerquen los datos y su valor a las personas que pertenecen a grupos en situación de vulnerabilidad. Además, debemos tener presente que más datos no necesariamente es mejor, si no se cumple con las características previstas en el marco regulatorio mexicano y los estándares internacionales.

Finalmente, será fundamental la construcción de capacidades en la sociedad civil y en las personas servidoras públicas (principalmente las encargadas de procesar y publicar datos), así como crear infraestructuras basadas en herramientas de código abierto que, cabe precisar, algunas de ellas son ampliamente utilizadas alrededor del mundo e, incluso, se cuenta con experiencias de implementación locales y federales, en México.

Estas son solo algunas de las importantes aportaciones que, estoy seguro, contribuirán a que la Política Nacional de Datos Abiertos detone el aprovechamiento fácil y progresivo de los datos abiertos, que a partir de éstos se construyan nuevas narrativas locales, nacionales y globales y que, esta suma de esfuerzos, nos permita tomar mejores decisiones, genere valor público y sea sostenible en el tiempo. Próximamente se darán a conocer las siguiente acciones de Abramos México, en las que esperamos contar con la participación y colaboración de todas y todos.