/ sábado 5 de junio de 2021

Reflexiones sobre nuestra Democracia

Por una #SociedadHorizontal


Apenas terminé de revisar un libro que no había hojeado desde hace algunos años. “Democracy in Retreat” (La democracia en retirada) de Joshua Kurlantzick da una buena orientación sobre lo que ha pasado con la Democracia en el mundo entero. Aunque este análisis se ocupa básicamente de la situación de diversos países durante la primera década del siglo XXI, las reflexiones que en el se plantean son vigentes.

En primer lugar, destaca la forma en que según diversos indicadores como el de Freedom House, la Bertelsmann Foundation y la propia unidad de Inteligencia de El Economist, en prácticamente todas las regiones en desarrollo del mundo, la democracia ha perdido popularidad. A partir de esta situación, el populismo autoritario se incrementó desde África y Europa Central, hasta América Latina y varios países de Asia. Más allá de la denominada “cuarta ola democratizadora” que algunos vieron en la primavera árabe, los datos duros de países tan diversos como como Tailandia, Rusia, Venezuela, Pakistan o Malawi, muestran que la democracia ha perdido adeptos.

Las razones de esta caída son multifactoriales y tienen que ver con causas específicas en cada contexto. No obstante, una de las correlaciones más directas y explicativas es que ahí donde se han desarrollado condiciones democráticas, la apertura económica que éstas llevaron de la mano, no han dado los resultados positivos esperados para las amplias mayorías sociales. La mejora de las variables macroeconómicas no ha estado aparejada con mejores condiciones de distribución del ingreso y mejora en el acceso a satisfactores.

Para Kurlantzick, quien reconoce que no existe un consenso definitivo sobre la definición de democracia, ésta significa el “gobierno basado en regla de la mayoría y el consentimiento de los gobernados, la existencia de elecciones libres y justas, la protección de las minorías y el respeto por los derechos humanos”. También presupone equidad frente a la ley, debido proceso, pluralismo político, cultura política democrática, así como apoyo por las instituciones políticas democráticas y acceso a participación política.

Sirvan estas consideraciones pues a unas horas de que ocurra la elección más grande de la historia reciente del país, vale la pena tener claros los enormes retos que tendremos como sociedad, más allá de la jornada electoral. La presente contienda -al igual que lo que llevamos del actual sexenio- ha estado plagada de una preocupante polarización que limita nuestra convivencia. Por ello, debemos reflexionar sobre los pasos a seguir para evitar que nuestra democracia se deteriore y protegerla. Aquí algunas reflexiones inmediatas.

Es indispensable salir a votar. Gane quien gane, deberá respetarse la decisión de las mayorías. Es fundamental revalorar las libertades y garantizar que éstas prevalezcan para todos los mexicanos, no solo para unos cuantos. Es necesario mantener a las clases medias a bordo del proyecto de nación. Se requiere combatir por todos los medios posibles, no solo legislativos, las intenciones autocráticas que hoy prevalecen. Adicionalmente, con especial énfasis, debemos prevenir que se estanque el crecimiento.

Las elecciones son solo una parte de la vida democrática, hay que fomentar la participación cotidiana desde cualquier trinchera. Esa es la esencia de la #SociedadHorizontal que debemos consolidar

Por una #SociedadHorizontal


Apenas terminé de revisar un libro que no había hojeado desde hace algunos años. “Democracy in Retreat” (La democracia en retirada) de Joshua Kurlantzick da una buena orientación sobre lo que ha pasado con la Democracia en el mundo entero. Aunque este análisis se ocupa básicamente de la situación de diversos países durante la primera década del siglo XXI, las reflexiones que en el se plantean son vigentes.

En primer lugar, destaca la forma en que según diversos indicadores como el de Freedom House, la Bertelsmann Foundation y la propia unidad de Inteligencia de El Economist, en prácticamente todas las regiones en desarrollo del mundo, la democracia ha perdido popularidad. A partir de esta situación, el populismo autoritario se incrementó desde África y Europa Central, hasta América Latina y varios países de Asia. Más allá de la denominada “cuarta ola democratizadora” que algunos vieron en la primavera árabe, los datos duros de países tan diversos como como Tailandia, Rusia, Venezuela, Pakistan o Malawi, muestran que la democracia ha perdido adeptos.

Las razones de esta caída son multifactoriales y tienen que ver con causas específicas en cada contexto. No obstante, una de las correlaciones más directas y explicativas es que ahí donde se han desarrollado condiciones democráticas, la apertura económica que éstas llevaron de la mano, no han dado los resultados positivos esperados para las amplias mayorías sociales. La mejora de las variables macroeconómicas no ha estado aparejada con mejores condiciones de distribución del ingreso y mejora en el acceso a satisfactores.

Para Kurlantzick, quien reconoce que no existe un consenso definitivo sobre la definición de democracia, ésta significa el “gobierno basado en regla de la mayoría y el consentimiento de los gobernados, la existencia de elecciones libres y justas, la protección de las minorías y el respeto por los derechos humanos”. También presupone equidad frente a la ley, debido proceso, pluralismo político, cultura política democrática, así como apoyo por las instituciones políticas democráticas y acceso a participación política.

Sirvan estas consideraciones pues a unas horas de que ocurra la elección más grande de la historia reciente del país, vale la pena tener claros los enormes retos que tendremos como sociedad, más allá de la jornada electoral. La presente contienda -al igual que lo que llevamos del actual sexenio- ha estado plagada de una preocupante polarización que limita nuestra convivencia. Por ello, debemos reflexionar sobre los pasos a seguir para evitar que nuestra democracia se deteriore y protegerla. Aquí algunas reflexiones inmediatas.

Es indispensable salir a votar. Gane quien gane, deberá respetarse la decisión de las mayorías. Es fundamental revalorar las libertades y garantizar que éstas prevalezcan para todos los mexicanos, no solo para unos cuantos. Es necesario mantener a las clases medias a bordo del proyecto de nación. Se requiere combatir por todos los medios posibles, no solo legislativos, las intenciones autocráticas que hoy prevalecen. Adicionalmente, con especial énfasis, debemos prevenir que se estanque el crecimiento.

Las elecciones son solo una parte de la vida democrática, hay que fomentar la participación cotidiana desde cualquier trinchera. Esa es la esencia de la #SociedadHorizontal que debemos consolidar