/ sábado 10 de marzo de 2018

#Rehabilitan Comunidad de San Fernando

Los casos de adolescentes en conflicto con la ley es una situación que nos debe ocupar a todos como sociedad. Recordemos “Cada hora de tiempo perdido en la juventud es una posibilidad más de desgracia en la adultez” (Napoleón Bonaparte).

En la Ciudad de México resalta la importancia de asignar infraestructura, personal especializado, actividades y programas, entre otros. Por ejemplo, hace unos días la experiencia profesional de participar en la entrega de constancias a 25 nuevos custodios del curso “Formación inicial para Técnicos en Seguridad Penitenciaria”, quienes se integran a resguardar la seguridad en los centros de reclusión capitalinos.

Respecto de la infraestructura, es de interés, ahora por este medio, comentar que hace algunas semanas iniciaron los trabajos de rehabilitación de la Comunidad de Tratamiento Especializado para Adolescentes (CTEA) de San Fernando, luego de varios años de deterioro. El inmueble ubicado en Avenida San Fernando 1, colonia Tlalpan -Antes Toriello Guerra-, delegación Tlalpan, se ha hecho parte familiar de la zona y es punto de referencia para muchos capitalinos.

De acuerdo con su historial, el cuerpo principal del inmueble data de principios del siglo XX, mientras que el resto de las instalaciones se construyeron en la década de los 50. En octubre de 1908 el edificio fue inaugurado como la correccional de Menores y ha cumplido 109 años.

La Comunidad de San Fernando -como se le conoce coloquialmente- es un inmueble que además de su valor arquitectónico e histórico, entre sus muros se realiza la noble labor de enseñar a los adolescentes, en conflicto con la ley, una nueva forma de ver el futuro y su derecho al porvenir, motivos por los que el gobierno capitalino, encabezado por el Dr. Miguel Ángel Mancera Espinosa, decidió impulsar su restauración. En este sentido, se atienden las distintas recomendaciones emitidas por las Autoridades relacionadas con derechos humanos de los adolescentes.

Las obras tienen el propósito que los jóvenes privados de su libertad cuenten con una estancia con dignidad y desde ahí busquen una nueva oportunidad para rehacer sus vidas. Parte del inmueble la ocupa la cocina general, el comedor, zona escolar, biblioteca, áreas de servicios médicos y educativos, y de externación, cuarto de máquinas, subestación, almacén, lavandería, instalaciones deportivas con canchas de futbol, basquetbol, gimnasio al aire libre y ring de boxeo, así como jardines, huertas, granjas y otros más que abarcan un área construida de 12 mil 300 metros cuadrados.

En esos espacios, han pasado tres modelos de justicia y atención a los menores de edad que quebrantan la ley. Primero, el modelo reformatorio y correccional; segundo, el modelo tutelar que sustituye la correccional en 1926; y, tercero, el modelo garantista, vigente desde 2005 por mandato constitucional. Asímismo, el 6 de octubre de 2008 entró en vigor la Ley de Justicia Penal para el Distrito Federal y el 16 de junio de 2016 se expidió la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes que apuntaló el modelo garantista.

La edad de ingreso a la comunidad es de jóvenes mayores de 14 años. Actualmente el interno más joven cuenta con 16 años de edad. Con la mejora de las instalaciones se busca que los adolescentes que cumplen con una medida privativa de libertad reciban un mejor trato, así como tratamiento que promueva la armonía social en la comunidad y lleve a cabo una efectiva reinserción social y reintegración familiar.


hazael.ruiz@hotmail.com


Los casos de adolescentes en conflicto con la ley es una situación que nos debe ocupar a todos como sociedad. Recordemos “Cada hora de tiempo perdido en la juventud es una posibilidad más de desgracia en la adultez” (Napoleón Bonaparte).

En la Ciudad de México resalta la importancia de asignar infraestructura, personal especializado, actividades y programas, entre otros. Por ejemplo, hace unos días la experiencia profesional de participar en la entrega de constancias a 25 nuevos custodios del curso “Formación inicial para Técnicos en Seguridad Penitenciaria”, quienes se integran a resguardar la seguridad en los centros de reclusión capitalinos.

Respecto de la infraestructura, es de interés, ahora por este medio, comentar que hace algunas semanas iniciaron los trabajos de rehabilitación de la Comunidad de Tratamiento Especializado para Adolescentes (CTEA) de San Fernando, luego de varios años de deterioro. El inmueble ubicado en Avenida San Fernando 1, colonia Tlalpan -Antes Toriello Guerra-, delegación Tlalpan, se ha hecho parte familiar de la zona y es punto de referencia para muchos capitalinos.

De acuerdo con su historial, el cuerpo principal del inmueble data de principios del siglo XX, mientras que el resto de las instalaciones se construyeron en la década de los 50. En octubre de 1908 el edificio fue inaugurado como la correccional de Menores y ha cumplido 109 años.

La Comunidad de San Fernando -como se le conoce coloquialmente- es un inmueble que además de su valor arquitectónico e histórico, entre sus muros se realiza la noble labor de enseñar a los adolescentes, en conflicto con la ley, una nueva forma de ver el futuro y su derecho al porvenir, motivos por los que el gobierno capitalino, encabezado por el Dr. Miguel Ángel Mancera Espinosa, decidió impulsar su restauración. En este sentido, se atienden las distintas recomendaciones emitidas por las Autoridades relacionadas con derechos humanos de los adolescentes.

Las obras tienen el propósito que los jóvenes privados de su libertad cuenten con una estancia con dignidad y desde ahí busquen una nueva oportunidad para rehacer sus vidas. Parte del inmueble la ocupa la cocina general, el comedor, zona escolar, biblioteca, áreas de servicios médicos y educativos, y de externación, cuarto de máquinas, subestación, almacén, lavandería, instalaciones deportivas con canchas de futbol, basquetbol, gimnasio al aire libre y ring de boxeo, así como jardines, huertas, granjas y otros más que abarcan un área construida de 12 mil 300 metros cuadrados.

En esos espacios, han pasado tres modelos de justicia y atención a los menores de edad que quebrantan la ley. Primero, el modelo reformatorio y correccional; segundo, el modelo tutelar que sustituye la correccional en 1926; y, tercero, el modelo garantista, vigente desde 2005 por mandato constitucional. Asímismo, el 6 de octubre de 2008 entró en vigor la Ley de Justicia Penal para el Distrito Federal y el 16 de junio de 2016 se expidió la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes que apuntaló el modelo garantista.

La edad de ingreso a la comunidad es de jóvenes mayores de 14 años. Actualmente el interno más joven cuenta con 16 años de edad. Con la mejora de las instalaciones se busca que los adolescentes que cumplen con una medida privativa de libertad reciban un mejor trato, así como tratamiento que promueva la armonía social en la comunidad y lleve a cabo una efectiva reinserción social y reintegración familiar.


hazael.ruiz@hotmail.com