/ miércoles 10 de julio de 2019

Resistencias y cambio en la 4T

La renuncia del Secretario de Hacienda y su rápido relevo por un economista de la confianza del presidente, y deseamos por el bien de México, con credenciales internacionales necesarias para que la eventual tormenta financiera provocada por el sorpresivo suceso, se disipe lo más rápido posible y poner en perspectiva una reestructuración de la dependencia más importante del gobierno federal.

Las formas y los mensajes en esta renuncia darán mucho de qué hablar. Primero sobre los incompetentes impuestos, sobre los influyentismos en la 4T y sobre el rigor técnico de las decisiones gubernamentales.

También habrá especulaciones de ciencia política ficción y severos juicios en la opinión pública sobre los impactos financieros, económicos y sociales en la conducción económica del país y llamados de diferentes grupos de interés al compromiso, consistencia y profesionalismo en la conducción de las finanzas públicas del país.

Otra vertiente de impacto de la renuncia del secretario de Hacienda, radica en el debate sobre el modelo de desarrollo, ya que se insiste en que el crecimiento económico es necesario, pero no suficiente para lograr el desarrollo, que la desigualdad y la pobreza constituyen el reto fundamental en el modelo ideológico de la 4T y una nueva ola de aseveraciones, al respecto del combate a la corrupción y la austeridad en el gasto como eje central del gobierno, así como en la estructura de la administración pública federal y los programas de gobierno.

Ciertamente, la coyuntura no es favorable, con escenarios financieros globales complejos, de gran incertidumbre y fragilidad financiera. Sin embargo, la continuidad en la instrumentación financiera del nuevo régimen queda en manos de alguien de confianza del presidente, con la encomienda de reestructurar la función pública mediante una reingeniería gubernamental que apenas comienza.

La elaboración de los criterios de política económica para 2020 serán fundamentales en el proyecto económico de la 4T y el desglose adecuado de los fundamentales de la economía y las finanzas públicas nutrirán el presupuesto de egresos de la federación, más alineado a los retos del plan nacional de desarrollo, del nuevo marco institucional, para la adecuada instrumentación de los programas estratégicos y el despliegue de los proyectos de inversión federal.

La evaluación del gasto y la sistematización de los ahorros logrados con la política de austeridad tendrán visibilidad en el debate económico, las reasignaciones presupuestales fundamentadas también serán parte de la discusión, y sobre todo, el tema de los subejercicios presupuestales que enfrentan diversos ramos del gasto al mismo tiempo que se ahorra.

Otra área de incidencia será el rescate nacionalista del sector energético que concilie las reglas internacionales, la reforma energética y las políticas de fomento a la inversión para acelerar su despliegue en el sector. En esta cartera de retos se encuentran los contratos de transporte de gas, la renegociación de sus términos y la certidumbre necesaria para continuar con los proyectos para contar con el gas necesario para el desarrollo.

El plan de negocios de Pemex que sea creíble, también será un aspecto relevante a considerar en la agenda del nuevo titular de la secretaria, sustentado y prospectivo para mejorar la salud financiera de la empresa, reducir su endeudamiento neto, aumentar su producción y facilitar la reestructuración de la compañía de la nación que garantice su sostenibilidad, ganancias crecientes, así como mayor especialización productiva y comercial. También habrá retos con la reingeniería de la banca de desarrollo y el sistema de fideicomisos y mandatos que abundan en el sistema financiero y que reclaman simplificación, transparencia y focalización de funciones.

La regulación bancaria y buscar más espacios de colaboración con la banca comercial también están en el radar de temas del nuevo secretario de hacienda, que tiene la obligación de detonar el crédito productivo, la inclusión financiera, una banca competitiva y responsable, así como el diseño de nuevos modelos de fomento a la inversión productiva y a las pequeñas y medianas empresas, más allá de la base social del programa de tandas para el desarrollo, que contribuye en la base de la pirámide social con los microcréditos.

El crecimiento económico a ultranza, como el enfoque central de la política económica, queda condicionado al enfoque de desarrollo sostenible que busca mayor inclusión, no dejar a nadie atrás y lograr mejores equilibrios sociales, económicos y ambientales.

La pregunta radica es si podremos conciliar con el nuevo secretario de Hacienda un modelo de desarrollo que incluya la competitividad y la productividad, la innovación tecnológica y el fomento a la inversión productiva generadora de empleos, con la vertiente social de compensación para el desarrollo, lo cual significa que el Estado de Bienestar que instrumenta la 4T tenga bases económicas sólidas y suficiencia presupuestal para los programas sociales.

Empresario

La renuncia del Secretario de Hacienda y su rápido relevo por un economista de la confianza del presidente, y deseamos por el bien de México, con credenciales internacionales necesarias para que la eventual tormenta financiera provocada por el sorpresivo suceso, se disipe lo más rápido posible y poner en perspectiva una reestructuración de la dependencia más importante del gobierno federal.

Las formas y los mensajes en esta renuncia darán mucho de qué hablar. Primero sobre los incompetentes impuestos, sobre los influyentismos en la 4T y sobre el rigor técnico de las decisiones gubernamentales.

También habrá especulaciones de ciencia política ficción y severos juicios en la opinión pública sobre los impactos financieros, económicos y sociales en la conducción económica del país y llamados de diferentes grupos de interés al compromiso, consistencia y profesionalismo en la conducción de las finanzas públicas del país.

Otra vertiente de impacto de la renuncia del secretario de Hacienda, radica en el debate sobre el modelo de desarrollo, ya que se insiste en que el crecimiento económico es necesario, pero no suficiente para lograr el desarrollo, que la desigualdad y la pobreza constituyen el reto fundamental en el modelo ideológico de la 4T y una nueva ola de aseveraciones, al respecto del combate a la corrupción y la austeridad en el gasto como eje central del gobierno, así como en la estructura de la administración pública federal y los programas de gobierno.

Ciertamente, la coyuntura no es favorable, con escenarios financieros globales complejos, de gran incertidumbre y fragilidad financiera. Sin embargo, la continuidad en la instrumentación financiera del nuevo régimen queda en manos de alguien de confianza del presidente, con la encomienda de reestructurar la función pública mediante una reingeniería gubernamental que apenas comienza.

La elaboración de los criterios de política económica para 2020 serán fundamentales en el proyecto económico de la 4T y el desglose adecuado de los fundamentales de la economía y las finanzas públicas nutrirán el presupuesto de egresos de la federación, más alineado a los retos del plan nacional de desarrollo, del nuevo marco institucional, para la adecuada instrumentación de los programas estratégicos y el despliegue de los proyectos de inversión federal.

La evaluación del gasto y la sistematización de los ahorros logrados con la política de austeridad tendrán visibilidad en el debate económico, las reasignaciones presupuestales fundamentadas también serán parte de la discusión, y sobre todo, el tema de los subejercicios presupuestales que enfrentan diversos ramos del gasto al mismo tiempo que se ahorra.

Otra área de incidencia será el rescate nacionalista del sector energético que concilie las reglas internacionales, la reforma energética y las políticas de fomento a la inversión para acelerar su despliegue en el sector. En esta cartera de retos se encuentran los contratos de transporte de gas, la renegociación de sus términos y la certidumbre necesaria para continuar con los proyectos para contar con el gas necesario para el desarrollo.

El plan de negocios de Pemex que sea creíble, también será un aspecto relevante a considerar en la agenda del nuevo titular de la secretaria, sustentado y prospectivo para mejorar la salud financiera de la empresa, reducir su endeudamiento neto, aumentar su producción y facilitar la reestructuración de la compañía de la nación que garantice su sostenibilidad, ganancias crecientes, así como mayor especialización productiva y comercial. También habrá retos con la reingeniería de la banca de desarrollo y el sistema de fideicomisos y mandatos que abundan en el sistema financiero y que reclaman simplificación, transparencia y focalización de funciones.

La regulación bancaria y buscar más espacios de colaboración con la banca comercial también están en el radar de temas del nuevo secretario de hacienda, que tiene la obligación de detonar el crédito productivo, la inclusión financiera, una banca competitiva y responsable, así como el diseño de nuevos modelos de fomento a la inversión productiva y a las pequeñas y medianas empresas, más allá de la base social del programa de tandas para el desarrollo, que contribuye en la base de la pirámide social con los microcréditos.

El crecimiento económico a ultranza, como el enfoque central de la política económica, queda condicionado al enfoque de desarrollo sostenible que busca mayor inclusión, no dejar a nadie atrás y lograr mejores equilibrios sociales, económicos y ambientales.

La pregunta radica es si podremos conciliar con el nuevo secretario de Hacienda un modelo de desarrollo que incluya la competitividad y la productividad, la innovación tecnológica y el fomento a la inversión productiva generadora de empleos, con la vertiente social de compensación para el desarrollo, lo cual significa que el Estado de Bienestar que instrumenta la 4T tenga bases económicas sólidas y suficiencia presupuestal para los programas sociales.

Empresario