/ sábado 21 de marzo de 2020

Responsabilidad y disciplina social

Una reciente anécdota que nos puede dejar una gran enseñanza: un niño de 5 años dijo a su familia: “Tenemos que quedarnos en casa 2 semanas porque si el coronavirus no ve a nadie, se va”

Dentro de las medidas para evitar la propagación del contagio de la pandemia mundial, está el de no salir de casa. El perfil del niño de la anécdota citada señala que a su corta edad existe una alta conectividad con la vida; comprende la dimensión del riesgo y el papel que cada uno tenemos ante la emergencia sanitaria; muestra también que “complicado no es” el colocarse en sintonía a la responsabilidad y disciplina que la sociedad toda ha de guardar. En fin, la reflexión del pequeño nos remite a que la prevención siempre será nuestra fuerza.

Nunca es bueno alimentar el miedo, la incertidumbre, el sobresalto con rumores o noticias falsas el cual daña las acciones afirmativas (en tanto se encuentra la vacuna pertinente) y la cohesión social, menos ahora que urge guardar la calma, mantenerse bien informado, seguir los lineamientos que la autoridad indique, mantener el ánimo y fortalecer el lado fascinante de la vida.

Estamos ante un gran desafío que es real y no un mito. Nuestro papel es el de crear conciencia y apoyar especialmente a los más vulnerables como los adultos mayores o personas con enfermedades crónicas. Recordemos que en momentos de crisis es cuando los humanos sacamos lo mejor de cada uno. En donde juntos sociedad, autoridades y naciones, cada uno en sus respectivos quehaceres, lograremos desterrar la adversidad y salir adelante una vez más.

La participación de todos es importante. Evitemos que la situación se vuelva crítica y salga de control en el país y el mundo. La clave está en respetar los protocolos respectivos. Los expertos en salud pública explican que no es un tema de interés meramente individual, sino también familiar, social y mundial. Por ejemplo, refieren como la prioridad el “aislamiento”

Mirando al espejo mexicano ¿vemos optimismo o pesimismo? Sin duda, en todas las situaciones participamos con optimismo. Una de las evidencias, es la información que una de las playas emblemáticas de nuestro país, la ocupación hotelera fue superior al 90 por ciento por la afluencia turística.

Sin embargo, también tenemos el rumbo para vernos en una perspectiva focalizada en la salud, al percibir que la solución del problema está en nosotros, en nuestras decisiones y acciones informadas. Así, en este contexto, visualizamos en los siguientes días con nuevas energías, a millones de personas en sus hogares en el debido proceso de aislamiento y desde la trinchera a quienes corresponda participar directamente y apoyar.

Se ha dicho reiteradamente en la comunidad: exhortemos a cumplir el objetivo de acotar al máximo la propagación de la epidemia de COVID-19 y sus consecuencias negativas. Apliquemos el distanciamiento social requerido en el espacio y tiempo que sea necesario, seamos un referente con influencia social, un ejemplo de la solidaridad humana, momentos de ejercer la corresponsabilidad, quedarse en casa estos días de riesgos altos.

Será un tema que nuestros hijos, platicaran a sus hijos con alegría y nostalgia de la unidad en familia y los gratos recuerdos de la convivencia vivida. Reproduzcamos la experiencia del éxito de los países en que sus habitantes tuvieron en aislamiento… bienvenida la primavera, recordemos que en la crisis solo los que se adaptan a su entorno, evolucionan... son tiempos de resguardo.

Felicidades al personal sanitario.


Una reciente anécdota que nos puede dejar una gran enseñanza: un niño de 5 años dijo a su familia: “Tenemos que quedarnos en casa 2 semanas porque si el coronavirus no ve a nadie, se va”

Dentro de las medidas para evitar la propagación del contagio de la pandemia mundial, está el de no salir de casa. El perfil del niño de la anécdota citada señala que a su corta edad existe una alta conectividad con la vida; comprende la dimensión del riesgo y el papel que cada uno tenemos ante la emergencia sanitaria; muestra también que “complicado no es” el colocarse en sintonía a la responsabilidad y disciplina que la sociedad toda ha de guardar. En fin, la reflexión del pequeño nos remite a que la prevención siempre será nuestra fuerza.

Nunca es bueno alimentar el miedo, la incertidumbre, el sobresalto con rumores o noticias falsas el cual daña las acciones afirmativas (en tanto se encuentra la vacuna pertinente) y la cohesión social, menos ahora que urge guardar la calma, mantenerse bien informado, seguir los lineamientos que la autoridad indique, mantener el ánimo y fortalecer el lado fascinante de la vida.

Estamos ante un gran desafío que es real y no un mito. Nuestro papel es el de crear conciencia y apoyar especialmente a los más vulnerables como los adultos mayores o personas con enfermedades crónicas. Recordemos que en momentos de crisis es cuando los humanos sacamos lo mejor de cada uno. En donde juntos sociedad, autoridades y naciones, cada uno en sus respectivos quehaceres, lograremos desterrar la adversidad y salir adelante una vez más.

La participación de todos es importante. Evitemos que la situación se vuelva crítica y salga de control en el país y el mundo. La clave está en respetar los protocolos respectivos. Los expertos en salud pública explican que no es un tema de interés meramente individual, sino también familiar, social y mundial. Por ejemplo, refieren como la prioridad el “aislamiento”

Mirando al espejo mexicano ¿vemos optimismo o pesimismo? Sin duda, en todas las situaciones participamos con optimismo. Una de las evidencias, es la información que una de las playas emblemáticas de nuestro país, la ocupación hotelera fue superior al 90 por ciento por la afluencia turística.

Sin embargo, también tenemos el rumbo para vernos en una perspectiva focalizada en la salud, al percibir que la solución del problema está en nosotros, en nuestras decisiones y acciones informadas. Así, en este contexto, visualizamos en los siguientes días con nuevas energías, a millones de personas en sus hogares en el debido proceso de aislamiento y desde la trinchera a quienes corresponda participar directamente y apoyar.

Se ha dicho reiteradamente en la comunidad: exhortemos a cumplir el objetivo de acotar al máximo la propagación de la epidemia de COVID-19 y sus consecuencias negativas. Apliquemos el distanciamiento social requerido en el espacio y tiempo que sea necesario, seamos un referente con influencia social, un ejemplo de la solidaridad humana, momentos de ejercer la corresponsabilidad, quedarse en casa estos días de riesgos altos.

Será un tema que nuestros hijos, platicaran a sus hijos con alegría y nostalgia de la unidad en familia y los gratos recuerdos de la convivencia vivida. Reproduzcamos la experiencia del éxito de los países en que sus habitantes tuvieron en aislamiento… bienvenida la primavera, recordemos que en la crisis solo los que se adaptan a su entorno, evolucionan... son tiempos de resguardo.

Felicidades al personal sanitario.