/ lunes 13 de agosto de 2018

Retos de AMLO en política exterior

Con la designación de Marcelo Ebrard como próximo Canciller, y Héctor Vasconcelos como encargado del tema en el Legislativo, pareciera que el Presidente entrarte delinea el rumbo de la política exterior que habrá de seguir los próximos 6 años. Sin embargo, frente a sí, existe una de las coyunturas internacionales más delicadas de las últimas décadas, con retos enormes, y con un margen complejo de actuación.

Para algunos es preocupante que AMLO priorice la política interior, pues consideran la actuación de México a nivel mundial pasará a segundo plano. Otros, apuestan a ese gran llamado y respaldo que ha tenido el nuevo Presidente a nivel internacional, para ver un beta de oportunidad en cuanto a la diversificación de nuestras relaciones.

A pesar de esto, los retos que presenta México van más allá de una dualidad de enfoques. A nivel comercial, a pesar de la urgente diversificación comercial, es complejo vislumbrar que en 6 años haya una reestructura de nuestras exportaciones para dejar atrás el hecho de que EUA representa más del 80% de las transacciones, ya que depende del propio desarrollo de servicios que podamos revertir las tendencias de la balanza comercial. La consolidación del CPTPP representa una gran oportunidad.

A nivel político, son varias las señales de que esta administración tiene posibilidades no sólo de recobrar prestigio internacional, una relación por consolidar con Asia y la necesaria interlocución con Rusia, sino, también de poner sobre la mesa coincidencias de la agenda mundial, y con ello recobrar presencia en foros internacionales. Las prioridades a nivel interno, como la lucha contra la corrupción, el combate a la pobreza y la desigualdad, y la protección a los derechos humanos de los grupos más vulnerables, coinciden con los nuevos paradigmas de la comunidad internacional entre los que destaca especialmente la Agenda 2030, que tiene la premisa de “No dejar a nadie atrás”.

Sin embargo, habrá temas espinosos que tocar, principalmente con EUA. La protección de los derechos humanos de nuestros connacionales, la seguridad trasfronteriza y el tráfico de armas, y sin duda la renegociación del NAFTA. De ahí que designaciones tan importantes como la del Embajador ante Naciones Unidas, y en Estados Unidos sean clave para esta próxima etapa.

De lograrse el desarrollo interno, y el crecimiento económico, no sólo se estaría creando una plataforma de diversificación internacional concreta y con posibilidades de generar cambios positivos, sino también la generación concreta de posibilidades de inversión, de cooperación activa y, en pocas palabras, la capacidad de protagonizar en el concierto internacional.

Cuando Brasil logró su transformación de mano del gobierno de Lula da Silva, -hoy injustamente preso-, pasó de ser una nación con algunos acuerdos comerciales, a convertirse en uno de los principales actores del inicios del Siglo XXI. En tan sólo 5 años, logró participar activamente en más de 23 países africanos, y 18 asiáticos, a incrementar su relaciones político-económicas con más de 12 países europeos, y a desarrollar una industria aeroespacial, militar y petrolera de importancia internacional. Su papel en la resolución de conflictos internacionales se hizo cada vez más relevante siendo así actor importante en la pacificación de las FARC, y Lula mediador del conflicto árabe-israelí.

México necesita una política exterior ágil, influyente, prospectiva, y fiel a los principios de política exterior. Aunque las reuniones con Michael Pompeo y Chrystia Freeland, han dado buenas señales de interlocución con América del Norte, de frente a la administración de Trump, es urgente se defienda el interés nacional, a nuestros connacionales en EUA, y que se busque recobra el prestigio, y la capacidad para defender los derechos humanos, la paz y la seguridad internacional a nivel global.

Diputada por el Movimiento Ciudadano

@ClauCorichi


Con la designación de Marcelo Ebrard como próximo Canciller, y Héctor Vasconcelos como encargado del tema en el Legislativo, pareciera que el Presidente entrarte delinea el rumbo de la política exterior que habrá de seguir los próximos 6 años. Sin embargo, frente a sí, existe una de las coyunturas internacionales más delicadas de las últimas décadas, con retos enormes, y con un margen complejo de actuación.

Para algunos es preocupante que AMLO priorice la política interior, pues consideran la actuación de México a nivel mundial pasará a segundo plano. Otros, apuestan a ese gran llamado y respaldo que ha tenido el nuevo Presidente a nivel internacional, para ver un beta de oportunidad en cuanto a la diversificación de nuestras relaciones.

A pesar de esto, los retos que presenta México van más allá de una dualidad de enfoques. A nivel comercial, a pesar de la urgente diversificación comercial, es complejo vislumbrar que en 6 años haya una reestructura de nuestras exportaciones para dejar atrás el hecho de que EUA representa más del 80% de las transacciones, ya que depende del propio desarrollo de servicios que podamos revertir las tendencias de la balanza comercial. La consolidación del CPTPP representa una gran oportunidad.

A nivel político, son varias las señales de que esta administración tiene posibilidades no sólo de recobrar prestigio internacional, una relación por consolidar con Asia y la necesaria interlocución con Rusia, sino, también de poner sobre la mesa coincidencias de la agenda mundial, y con ello recobrar presencia en foros internacionales. Las prioridades a nivel interno, como la lucha contra la corrupción, el combate a la pobreza y la desigualdad, y la protección a los derechos humanos de los grupos más vulnerables, coinciden con los nuevos paradigmas de la comunidad internacional entre los que destaca especialmente la Agenda 2030, que tiene la premisa de “No dejar a nadie atrás”.

Sin embargo, habrá temas espinosos que tocar, principalmente con EUA. La protección de los derechos humanos de nuestros connacionales, la seguridad trasfronteriza y el tráfico de armas, y sin duda la renegociación del NAFTA. De ahí que designaciones tan importantes como la del Embajador ante Naciones Unidas, y en Estados Unidos sean clave para esta próxima etapa.

De lograrse el desarrollo interno, y el crecimiento económico, no sólo se estaría creando una plataforma de diversificación internacional concreta y con posibilidades de generar cambios positivos, sino también la generación concreta de posibilidades de inversión, de cooperación activa y, en pocas palabras, la capacidad de protagonizar en el concierto internacional.

Cuando Brasil logró su transformación de mano del gobierno de Lula da Silva, -hoy injustamente preso-, pasó de ser una nación con algunos acuerdos comerciales, a convertirse en uno de los principales actores del inicios del Siglo XXI. En tan sólo 5 años, logró participar activamente en más de 23 países africanos, y 18 asiáticos, a incrementar su relaciones político-económicas con más de 12 países europeos, y a desarrollar una industria aeroespacial, militar y petrolera de importancia internacional. Su papel en la resolución de conflictos internacionales se hizo cada vez más relevante siendo así actor importante en la pacificación de las FARC, y Lula mediador del conflicto árabe-israelí.

México necesita una política exterior ágil, influyente, prospectiva, y fiel a los principios de política exterior. Aunque las reuniones con Michael Pompeo y Chrystia Freeland, han dado buenas señales de interlocución con América del Norte, de frente a la administración de Trump, es urgente se defienda el interés nacional, a nuestros connacionales en EUA, y que se busque recobra el prestigio, y la capacidad para defender los derechos humanos, la paz y la seguridad internacional a nivel global.

Diputada por el Movimiento Ciudadano

@ClauCorichi