Arturo Flores López*
En el informe de Human Rights Watch (HRW) para el año 2023, queda de manifiesto la preocupación que la región de América Latina engloba para dicha organización. Una combinación de inquietud por el ejercicio del poder de varios líderes latinoamericanos, expresada en la tenue línea que representa el tener a un gobierno autoritario surgido de un proceso democrático.
Las instituciones democráticas que tanto trabajo han costado construir en el contexto de Latinoamérica, parecen estar siendo llevadas al límite en distintos frentes. Comenzando por Guatemala, en donde se puso en tela de juicio la victoria obtenida por Bernardo Arévalo, quien en su programa de gobierno destacó las acciones que llevará a cabo contra la corrupción, así como para recuperar la seguridad. Mediante una serie de argumentos legaloides instrumentados a través del Ministerio Público y liderados por Consuelo Porras, las cosas se pusieron tensas en el contexto post-electoral, colocando en una verdadera encrucijada a las instancias electorales de dicha nación.
Otro país destacado en el reporte es el Salvador; en donde las acciones del presidente Bukele en materia de seguridad han preocupado a la organización. La inquietud principal tiene que ver con el hecho de que, si bien es cierto que se han disminuido los índices de incidencia delictiva debido al ataque frontal que se ha realizado por parte de dicha administración, HRW ha detectado violaciones graves a los derechos humanos y sobre todo ha encontrado innumerables casos en los cuales no se ha seguido el debido proceso. Una de las mayores preocupaciones de la organización tiene que ver con el discurso promovido desde el poder, en el sentido de poner en la balanza, o seguridad, o derechos humanos. En este caso, la popularidad adquirida por Bukele con las medidas implementadas, lo ha llevado a verse tentado a tener injerencia en materia de transparencia y rendición de cuentas.
Posteriormente tenemos el caso de Argentina, en donde una crisis económica llevó al electorado a buscar una alternativa en Javier Milei, candidato definido como libertario quien ha instrumentado una serie de medidas drásticas en el aparato del estado. Preocupan la gran cantidad de reformas propuestas en su primer mes de gobierno, y que seguramente llevarán al límite a todas las instituciones, esto ya es evidente en la Suprema Corte y el Congreso.
Estos tres casos son solo una muestra de la gran cantidad de retos que la región de América Latina encierra para el seguimiento de los derechos humanos. Se puede inferir que una de las mayores amenazas tiene que ver con el entramado institucional que ha sido construido en el contexto del sur global; ya que los vaivenes de las inclinaciones partidistas de los sistemas políticos de cada país han puesto bajo estrés a las instituciones encargadas de instrumentar la justicia y las decisiones públicas. Sin duda el 2024 será un año de grandes retos en materia de derechos humanos para la región.
* Coordinador del Centro Anáhuac de Investigación en Relaciones Internacionales (X: @arturofl)
