La tan esperada reunión de corte internacional que generó grandes expectativas culminó sin estridentes avances, aunque sí demostró que existen todavía diferencias entre las dos super potencias del mundo.
Me refiero al encuentro que protagonizaron los presidentes Vladimir Putin, de Rusia, y Joe Biden, de Estados Unidos, y pese a que cada uno calificó como "constructiva" y "positiva" su reunión cara a cara en Ginebra, resaltaron los desencuentros.
Así con tensiones los mandatarios se pusieron de acuerdo para que haya conversaciones entre funcionarios de ambos países sobre temas de ciberseguridad y control de armas, además de enviar a sus embajadores de regreso a sus capitales.
Putin habló de alcanzar un posible acuerdo para intercambiar prisioneros, asegurando que creía que ambas partes podían ceder.
Estados Unidos y Rusia acordaron iniciar un diálogo sobre el control de armas nucleares.
Biden expresó que Putin se había mostrado abierto a "ayudar" a Estados Unidos para que Irán no adquiriera más armas nucleares, así como también se mostró abierto a ayudar a luchar contra el "resurgimiento del terrorismo" en Afganistán.
También se pactó que los ministros de asuntos exteriores de ambos países analicen la posible liberación de prisioneros de alto perfil y se reúnan también para discutir sobre estrategias de seguridad conjuntas.
Y en lo que se refiere a sus diferencias estas giraron, en primer término, en materia de derechos humanos. Biden advirtió que las consecuencias para Rusia serían devastadoras si el encarcelado crítico del Kremlin Aleksei Navalny muere.
Además, en el tema del ciberespacio Estado Unidos demandó a Moscú frenar los ataques de ransomware (secuestro de datos) provenientes de territorio ruso.
Mientras que Putin sacó a relucir el movimiento por la justicia racial y las protestas desatadas tras el asesinato de George Floyd. “Estados Unidos tuvo hace poco sucesos muy severos después del asesinato de un afroestadunidense y se desarrolló todo un movimiento conocido como Black Lives Matter”, recordó.
Pese a esto, aunque se plantearon dudas sobre si es posible que la relación entre Estados Unidos y Rusia pueda regresar al punto de equilibrio de años pasados, Putin insistió que Biden es alguien con quien se puede trabajar.
Así, podemos concluir que Biden salió fortalecido en su primer viaje internacional y comenzó a reconstruir los puentes entre las naciones que Trump había erosionado.
Por un lado, aumentó la confianza del mundo en el liderazgo de Estados Unidos y estableció con éxito un contraste entre un líder autocrático y represivo en el poder porque aplastó a sus oponentes, y uno elegido democráticamente, luchando contra las fuerzas antidemocráticas en el país y en el extranjero. Y Todo indica que proximamente se reunira con presidente de china Xi Jinping. atentos
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