La revocación de mandato propuesta por el presidente de la República implica que la ciudadanía pueda votar a través de una consulta popular para decidir si quiere que el titular del ejecutivo federal continúe en su cargo.
Se trata de una figura de democracia participativa que ha sido seriamente cuestionada porque encierra un propósito electoral: que el presidente aparezca en la boleta, lo que significa un acto de promoción personalizada que permitiría fortalecer a los candidatos de Morena en las elecciones a diputados federales.
En su paso por las Cámaras de Diputados y Senadores la reforma ha sufrido diversas modificaciones, impulsadas por los partidos de oposición, que han tenido por objeto quitar la rentabilidad electoral para el partido en el poder.
De aprobarse en los términos del dictamen emitido por la Cámara de Senadores, la consulta no coincidirá con elecciones federales o locales; la solicitud para realizarse deberá estar respaldada por el 2.5% de la lista nominal, es decir, alrededor de 2 millones y medio de personas y se realizaría hasta febrero de 2022.
Morena tacha de antidemocráticos a los partidos de oposición. Pierde de vista que es gracias a los partidos que hemos logrado consolidar la democracia en México, lo que permitió que hoy sea el partido en el gobierno.
No olvidemos que ha sido Morena quien ha atentado contra nuestra democracia al impulsar una figura a modo, para simular democracia y ha aprobado en los estados iniciativas como la ley garrote en Tabasco, que impone penas de 20 años de cárcel a quienes se manifiesten o la Ley Bonilla en Baja California, que pretende ampliar el periodo del Gobernador.
La democracia no consiste en estar todos de acuerdo, sino en encontrar equilibrios aun dentro de la diversidad de opiniones, el futuro de un país se construye con decisiones responsables que sumen todas las voces y a todos los ciudadanos representados en los distintos partidos políticos.
Alma Carolina Viggiano Austria
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