/ viernes 9 de agosto de 2019

Riesgos en el panorama internacional

Por: Jorge Álvarez Fuentes

La situación de seguridad en el mundo se sigue complicando. Las tensiones van en aumento. Es importante entender lo que está pasando hoy en el panorama internacional y por qué. El fin del tratado de misiles nucleares entre Estados Unidos y Rusia constituye un retroceso que pone en riesgo la paz y la seguridad internacionales. Es otra señal de alerta del proceso de regresión en torno al respeto y observancia del derecho internacional. Muchos países, anteponiendo sus intereses, están dispuestos a ignorar, abandonar o incumplir en forma unilateral compromisos obligatorios, no obstante haber suscrito tratados internacionales. Eso contribuye a que proliferen diversos conflictos.

La denuncia unilateral de los EE. UU. del Acuerdo nuclear con Irán, que buscaba su reinserción en la comunidad internacional ha desembocado en la reanudación del enriquecimiento de uranio ante la reimposición de sanciones y las presiones internacionales que dificultan sus exportaciones petroleras. Incidentes graves están ocurriendo en el estratégico Estrecho de Ormuz amenazando la principal ruta petrolera. Irán podría abandonar su programa nuclear con fines pacíficos a pesar de los esfuerzos de las potencias europeas por salvar el acuerdo. Los riesgos de otro conflicto bélico en el Medio Oriente, ampliado, aumentan por la postración del conflicto de Palestina, la prolongación de las catástrofes de Siria y Yemen, mientras EE. UU., cuyo margen de maniobra se redujo desde la invasión de Irak en 2003, ha dejado de “ser el policía del mundo”.

Mientras EE. UU. anuncia un plan de paz destinado de antemano al fracaso, Israel incrementa su poderío militar y se extienden los desencuentros árabes en torno al Golfo Pérsico. Turquía está en una encrucijada ante el desenlace de la guerra en Siria (puesto que no dejará de combatir las aspiraciones kurdas), estando de por medio la defensa europea y la OTAN. Por otra parte, Trump decidió la salida unilateral del Acuerdo de París, enorme esfuerzo multilateral destinado a enfrentar, en forma colectiva, las causas y los efectos devastadores del régimen climático. Seis años más de inacción en el combate al cambio climático por parte de la principal economía del mundo es una irresponsabilidad que los ciudadanos del mundo podríamos pagar muy caro y que no debemos permitir si queremos salvar la sustentabilidad planetaria.

A pesar de su presunta defensa del derecho internacional, Rusia intervino militarmente en Ucrania en 2014, y, no obstante protestas y sanciones, se anexó Crimea. Su injerencia en Siria mantiene en el poder al régimen criminal de Bashar al-Assad responsable del uso de armas químicas. Tampoco el derecho humanitario y del mar han impedido que Italia y Malta rechacen el arribo de barcos que han rescatado migrantes en aguas internacionales, ahondando la prolongada crisis humanitaria en el Mediterráneo tras la destrucción de Libia, misma que continúa.

Hay en curso otros conflictos, como la guerra comercial que enfrenta a Estados Unidos con China, con funestas consecuencias a nivel global. Persisten las disputas en el mar meridional de China por la supremacía naval. Prevalece la amenaza nuclear de Corea del Norte, cuyo líder, cortejado por Trump y respaldado por Xi Jinping, amenaza y chantajea al mundo al proseguir con sus ensayos balísticos. La crisis de Venezuela no encuentra una salida pacífica y negociada, con apoyo internacional, lo que repercutirá en el devenir de Cuba y Nicaragua. México enfrenta enormes desafíos en sus relaciones multidimensionales con Estados Unidos, habiendo hecho suyos los retos colosales de la seguridad y el desarrollo de Centroamérica como consecuencia de la crisis migratoria. Si México es electo miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para 2021, debemos desde ahora prestarle mucha atención a los escenarios geopolíticos.

Por: Jorge Álvarez Fuentes

La situación de seguridad en el mundo se sigue complicando. Las tensiones van en aumento. Es importante entender lo que está pasando hoy en el panorama internacional y por qué. El fin del tratado de misiles nucleares entre Estados Unidos y Rusia constituye un retroceso que pone en riesgo la paz y la seguridad internacionales. Es otra señal de alerta del proceso de regresión en torno al respeto y observancia del derecho internacional. Muchos países, anteponiendo sus intereses, están dispuestos a ignorar, abandonar o incumplir en forma unilateral compromisos obligatorios, no obstante haber suscrito tratados internacionales. Eso contribuye a que proliferen diversos conflictos.

La denuncia unilateral de los EE. UU. del Acuerdo nuclear con Irán, que buscaba su reinserción en la comunidad internacional ha desembocado en la reanudación del enriquecimiento de uranio ante la reimposición de sanciones y las presiones internacionales que dificultan sus exportaciones petroleras. Incidentes graves están ocurriendo en el estratégico Estrecho de Ormuz amenazando la principal ruta petrolera. Irán podría abandonar su programa nuclear con fines pacíficos a pesar de los esfuerzos de las potencias europeas por salvar el acuerdo. Los riesgos de otro conflicto bélico en el Medio Oriente, ampliado, aumentan por la postración del conflicto de Palestina, la prolongación de las catástrofes de Siria y Yemen, mientras EE. UU., cuyo margen de maniobra se redujo desde la invasión de Irak en 2003, ha dejado de “ser el policía del mundo”.

Mientras EE. UU. anuncia un plan de paz destinado de antemano al fracaso, Israel incrementa su poderío militar y se extienden los desencuentros árabes en torno al Golfo Pérsico. Turquía está en una encrucijada ante el desenlace de la guerra en Siria (puesto que no dejará de combatir las aspiraciones kurdas), estando de por medio la defensa europea y la OTAN. Por otra parte, Trump decidió la salida unilateral del Acuerdo de París, enorme esfuerzo multilateral destinado a enfrentar, en forma colectiva, las causas y los efectos devastadores del régimen climático. Seis años más de inacción en el combate al cambio climático por parte de la principal economía del mundo es una irresponsabilidad que los ciudadanos del mundo podríamos pagar muy caro y que no debemos permitir si queremos salvar la sustentabilidad planetaria.

A pesar de su presunta defensa del derecho internacional, Rusia intervino militarmente en Ucrania en 2014, y, no obstante protestas y sanciones, se anexó Crimea. Su injerencia en Siria mantiene en el poder al régimen criminal de Bashar al-Assad responsable del uso de armas químicas. Tampoco el derecho humanitario y del mar han impedido que Italia y Malta rechacen el arribo de barcos que han rescatado migrantes en aguas internacionales, ahondando la prolongada crisis humanitaria en el Mediterráneo tras la destrucción de Libia, misma que continúa.

Hay en curso otros conflictos, como la guerra comercial que enfrenta a Estados Unidos con China, con funestas consecuencias a nivel global. Persisten las disputas en el mar meridional de China por la supremacía naval. Prevalece la amenaza nuclear de Corea del Norte, cuyo líder, cortejado por Trump y respaldado por Xi Jinping, amenaza y chantajea al mundo al proseguir con sus ensayos balísticos. La crisis de Venezuela no encuentra una salida pacífica y negociada, con apoyo internacional, lo que repercutirá en el devenir de Cuba y Nicaragua. México enfrenta enormes desafíos en sus relaciones multidimensionales con Estados Unidos, habiendo hecho suyos los retos colosales de la seguridad y el desarrollo de Centroamérica como consecuencia de la crisis migratoria. Si México es electo miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para 2021, debemos desde ahora prestarle mucha atención a los escenarios geopolíticos.

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