Los oye uno hablar y dan ganas de llorar. Desde el “estoy feliz, feliz, feliz” del tlatoani, hasta el “fue culpa de la guerra sucia de los medios” (El interfecto y Claudia Sheinbaum, o las mega estulticias del titerillo Mario Delgado), la soberbia y el triunfalismo arrasan con lo que debería ser un “mea culpa”.
Otra palabrería es la de que “no hubo fraude y fueron las elecciones más limpias de la historia”. La carretonada de billetes no tuvo límites. A tres amigos de la tercera edad, receptores de pensión del IMSS, en su pago previo al merequetengue, se encontraron con la sorpresa de que les habían depositado miles de pesos extra, por concepto de pensión por la vejez. Ninguno de ellos estaba inscrito al beneficio. Lo mismo me contó un joven hidalguense, en relación a su abuelo que vive en esa entidad.
Si multiplicamos esas cifras por el número de jubilados, el resultado será de millones invertidos en favorecer al gobierno. En la Ciudad de México, ha habido protestas, porque les prometieron 200 pesos a cambio del voto y no se los entregaron. Mala suerte para los ilusos crédulos.
En alcaldías bajo la férula de Morena, el despilfarro fue insultante. Poco les sirvió, a sátrapas como el de Miguel Hidalgo (Víctor Hugo Romo), quien, a pesar de movilizar a una multitud de jóvenes, que pedían el sufragio casa por casa a cambio de prestaciones, perdió su gallina de oro.
Fue en vano la inversión, aunque en otras regiones de la República les redituó con la conquista de las entidades del Pacífico. En ellas, sobre todo en relación a Sonora, Sinaloa y de paso, San Luis Potosí, se podría decir que el ganancioso fue el narco. Fueron muchas las personas que denunciaron que los mafiosos exigían que se votara por tal o cual candidato y el miedo pudo más que otro acicate, cuando no se compraba en efectivo.
El “feliz, feliz, feliz” de Palacio, perdió cualquier límite. Orondo dijo que, para conseguir la mayoría calificada podría echar mano del ¡Revolucionario Institucional! ¡Dioses del Olimpo!, ¿no eran los corruptos de los corruptos?
Con un lidercillo incapaz de reunificar el partido ni devolverle la estructura y con la enorme cola que arrastran (incluido el mentado Alito), ni quien dude de que se venderían, no obstante el pacto de coalición con el PAN y el PRD. Ya lo habían hecho y volverán a las andadas.
Difícil creer en los seguidores de las diversas fuerzas políticas, puesto que bien vimos en los suspirantes a los diversos cargos, el chapulineo de uno a otro membrete.
Sin ápice de ideología, el anuncio del regreso del PRIMOR, confirma el pragmatismo del titular de las mañaneras, el que “el fin justifica los medios” y se pueden hacer a un lado los sofismas que tanto usa, como el del combate a la corrupción (Cuento chino que ni él se cree).
Si la oposición arrasó en la CDMX fue por el rechazo a las políticas de AMLO, a sus errores garrafales, al retroceso democrático y a su incapacidad para enfrentar los graves problemas nacionales. La realidad se devoró el discurso de un bocado, por lo que valdría la pena que dejara a un lado sus musarañas cerebrales y analizara lo que pasó.
Los de enfrente también deberían estar meditando y haciéndose conscientes de que la sociedad despierta y exige resultados palpables. Queremos tener seguridad, salud, educación de calidad, un trabajo bien remunerado y una estricta y generalizada aplicación de la justicia. O se les volverá a dar la patada.
@catalinanq
