/ viernes 1 de marzo de 2019

Roma

La entregade los premios de la AMPAS (Academy of Motion Picture Arts and Sciences), conocidos como Oscar, tienen un sentido especial en esta ocasión y para nuestro país, no es la nominación o el premio por sí mismo, es una ruptura en muchos sentidos.

El primero es lo significa que una película hecha en México, en español y con diálogos en mixteco, con actores mexicanos, con una trama tan íntima a la clase media setentera de la Ciudad de México, que rompe con la narrativa tradicional de Hollywood, una historia más cercana a cómo se vive la vida que al desenfreno de balazos y narrativas predecibles. Un final sin estridencia pero que muestra la grandeza de dos mujeres que salen adelante solas enfrentando la adversidad y con todo esto, sea considerada como mejor película y triunfe en tres categorías.

Roma es también una ruptura mayor para la industria, tradicionalmente las películas pasan del cine a la televisión, esta será la primera con este impacto por lo menos, que pasa de la TV y del streaming a la pantalla grande. Una obra de televisión, reconocida como cinematográfica. Lo que sin duda generará un cambio en el modelo de negocios del entretenimiento. La muestra es que en México no se exhibió en más salas porque requiriera una cuota mayor de éstas, sino porque el modelo de las empresas con mayor cuota de mercado, no fueron flexibles frente a esta nueva realidad y en el fondo no quisieron ser parte de este éxito mexicano.

Vale la pena ver en perspectiva lo que representa Roma para el cine nacional, pareciera un salto cuántico del cine de ficheras a una obra de impacto global, a la generación de talento cinematográfico más grande que haya tenido México, tres directores han ganado el Oscar en cinco años, haciendo a nuestro país el tercero con el mayor numero de premios después de Estados Unidos y Gran Bretaña. Algo que se antojaba imposible hace 15 años.

El éxito evidente, no está ajeno a la crítica, algunas arpías han criticado a la protagonista, e incluso solicitado que no se le considere para el “Ariel”, una insensatez obvia, las voces de la envidia no hacen más que confirmar la hipótesis de la película, un México racista y excluyente. Por el otro lado es hilarante cómo actores con capacidades histriónicas tan sofisticadas como Goyri y compañía descalifican una actuación que le ha sido convincente a millones de personas, entre ellas a los miembros de la Academia.

Roma es la bandera que muestra la posibilidad del talento mexicano, una generación brillantísima que tenemos que honrar, una obra de arte basada en lo que nos pertenece y a lo que pertenecemos, también obliga a la reflexión sobre cuál debe ser la política cultural, pero sobre todo que lo mexicano puede ser global, que lo nuestro es competitivo en el mundo.

@Luis__Humberto

La entregade los premios de la AMPAS (Academy of Motion Picture Arts and Sciences), conocidos como Oscar, tienen un sentido especial en esta ocasión y para nuestro país, no es la nominación o el premio por sí mismo, es una ruptura en muchos sentidos.

El primero es lo significa que una película hecha en México, en español y con diálogos en mixteco, con actores mexicanos, con una trama tan íntima a la clase media setentera de la Ciudad de México, que rompe con la narrativa tradicional de Hollywood, una historia más cercana a cómo se vive la vida que al desenfreno de balazos y narrativas predecibles. Un final sin estridencia pero que muestra la grandeza de dos mujeres que salen adelante solas enfrentando la adversidad y con todo esto, sea considerada como mejor película y triunfe en tres categorías.

Roma es también una ruptura mayor para la industria, tradicionalmente las películas pasan del cine a la televisión, esta será la primera con este impacto por lo menos, que pasa de la TV y del streaming a la pantalla grande. Una obra de televisión, reconocida como cinematográfica. Lo que sin duda generará un cambio en el modelo de negocios del entretenimiento. La muestra es que en México no se exhibió en más salas porque requiriera una cuota mayor de éstas, sino porque el modelo de las empresas con mayor cuota de mercado, no fueron flexibles frente a esta nueva realidad y en el fondo no quisieron ser parte de este éxito mexicano.

Vale la pena ver en perspectiva lo que representa Roma para el cine nacional, pareciera un salto cuántico del cine de ficheras a una obra de impacto global, a la generación de talento cinematográfico más grande que haya tenido México, tres directores han ganado el Oscar en cinco años, haciendo a nuestro país el tercero con el mayor numero de premios después de Estados Unidos y Gran Bretaña. Algo que se antojaba imposible hace 15 años.

El éxito evidente, no está ajeno a la crítica, algunas arpías han criticado a la protagonista, e incluso solicitado que no se le considere para el “Ariel”, una insensatez obvia, las voces de la envidia no hacen más que confirmar la hipótesis de la película, un México racista y excluyente. Por el otro lado es hilarante cómo actores con capacidades histriónicas tan sofisticadas como Goyri y compañía descalifican una actuación que le ha sido convincente a millones de personas, entre ellas a los miembros de la Academia.

Roma es la bandera que muestra la posibilidad del talento mexicano, una generación brillantísima que tenemos que honrar, una obra de arte basada en lo que nos pertenece y a lo que pertenecemos, también obliga a la reflexión sobre cuál debe ser la política cultural, pero sobre todo que lo mexicano puede ser global, que lo nuestro es competitivo en el mundo.

@Luis__Humberto