/ domingo 27 de febrero de 2022

Rusia-Ucrania: ¿cuántos latinos lucharán?

En un spot televisivo de su campaña presidencial del 2008, el candidato republicano John McCain recorría un cementerio de héroes de guerra. Para sorpresa de muchos (por ejemplo, los extremistas republicanos y demócratas), en muchas de las lápidas se leían apellidos como: García, Rodríguez, Rivera, Díaz o González, que correspondían a migrantes latinos que pusieron su pecho a las balas en algún conflicto armado en el que participó Estados Unidos.

Macario García, veterano de la Segunda Guerra Mundial, es un ejemplo de los latinos que han ganado un lugar honorífico en el arraigado “patriotismo” del vecino del norte, y por lo que su nombre fue escrito con letras de oro en una de estas lápidas. Macario fue el primer inmigrante mexicano que recibió, en 1945, la Medalla de Honor (máxima condecoración militar que entrega el Gobierno de los Estados Unidos) de manos del presidente Harry S. Truman. Así mismo, y gracias a defender con su vida al país en el que solo era un inmigrante más, Macario García obtuvo dos años después, en 1947, la ciudadanía estadounidense. Desafortunadamente, no todos los latinos que han luchado por el país de las barras y las estrellas han corrido con la misma suerte y hoy siguen en el anonimato.

Al ver la crisis entre Rusia y Ucrania, la gran pregunta que se hacen líderes migrantes o agrupaciones como la League of United Latin American Citizens es ¿debemos preocuparnos por luchar y defender a un país para el que legalmente no existimos? Esta preocupación surge sobre todo para los migrantes latinos que son soldados en potencia (de ser necesario participar en la guerra entre Rusia y Ucrania).

En la historia de los conflictos bélicos en los que ha intervenido Estados Unidos, la participación de los latinos ha sido numerosa. El Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial comenta que aproximadamente 500 mil hispanos prestaron servicio en las Fuerzas Armadas durante este combate. Por su parte, instituciones como las Latino Advocates for Education reportan que en la Guerra de Corea acudieron más de 180 mil soldados latinos, de los cuales al menos 100 mil eran de origen mexicano. En la actualidad, la presencia de los hispanos en el ejército de los Estados Unidos es cada vez más importante. De acuerdo al reporte sobre diversidad e inclusión emitido por el Departamento de Defensa en el 2020, del total de miembros activos en las filas militares, el 19% son latinos (siendo esta minoría la de mayor crecimiento en los últimos años) y el 18% son de raza negra.

En este sentido, abro un paréntesis para reflexionar sobre otros datos que, posiblemente, podrían entrar en la ecuación del conflicto armado entre Rusia y Ucrania. La comunidad mexicana que vive en la Unión Americana (algunos de ellos seguramente ya forman parte del ejército estadounidense) ha crecido exponencialmente. Según Tonatiuh Guillén López, ex titular del Instituto Nacional de Migración en México, con la reforma constitucional del 2021, la cual reconoce como mexicanos a quienes hayan nacido en el extranjero y tengan ascendencia mexicana, la cifra de mexicanos en el mundo alcanzó los 163.5 millones, de los cuales 37 millones radican en los Estados Unidos. ¿Esto qué implica? Que también es responsabilidad del Gobierno de México velar por los derechos de estos 37 millones de “nuevos” mexicanos, y más aún ante una guerra en la que muchos de ellos marcharán (si no es que ya lo hacen ahora mismo) en Europa. 1

Cerrando el paréntesis y volviendo a nuestro tema, la crisis entre Rusia y Ucrania prende los focos de alarma en todo el mundo y, por su puesto, en el espíritu protagónico de Estados Unidos. Mientras tanto, los migrantes latinos no solo combaten día a día su propia guerra contra la discriminación, la falta de una Reforma Migratoria, venciendo en el mejor de los casos a las adversidades laborales y, por si fuera poco, sobreviviendo desde hace dos años a los estragos ocasionados por la pandemia del Covid-19.

Ahora, también escuchan en el televisor a Joe Biden hablar sobre una decisión que podría afectarlos: “Sería una guerra mundial cuando estadounidenses y rusos empiecen a dispararse unos a los otros”, dijo a NBC News, antes de que Rusia iniciara la invasión a Ucrania. El presidente de los Estados Unidos ya envió 2 mil efectivos adicionales a Polonia y Rumania. Habría que preguntarse, de estos posibles “héroes estadounidenses” que ya marchan en Europa, ¿cuántos tendrán apellidos como García, Rodríguez, Rivera, Díaz o González?

Secretario del Migrante de Guanajuato


Guillén López, Tonatiuh (2022) La transformación que viene del norte. Proceso, México p. 49.

“La reforma al artículo 30 estableció una continuidad de herencia de sangre que convirtió a México en una nación con dos gigantescas bases sociales”.


En un spot televisivo de su campaña presidencial del 2008, el candidato republicano John McCain recorría un cementerio de héroes de guerra. Para sorpresa de muchos (por ejemplo, los extremistas republicanos y demócratas), en muchas de las lápidas se leían apellidos como: García, Rodríguez, Rivera, Díaz o González, que correspondían a migrantes latinos que pusieron su pecho a las balas en algún conflicto armado en el que participó Estados Unidos.

Macario García, veterano de la Segunda Guerra Mundial, es un ejemplo de los latinos que han ganado un lugar honorífico en el arraigado “patriotismo” del vecino del norte, y por lo que su nombre fue escrito con letras de oro en una de estas lápidas. Macario fue el primer inmigrante mexicano que recibió, en 1945, la Medalla de Honor (máxima condecoración militar que entrega el Gobierno de los Estados Unidos) de manos del presidente Harry S. Truman. Así mismo, y gracias a defender con su vida al país en el que solo era un inmigrante más, Macario García obtuvo dos años después, en 1947, la ciudadanía estadounidense. Desafortunadamente, no todos los latinos que han luchado por el país de las barras y las estrellas han corrido con la misma suerte y hoy siguen en el anonimato.

Al ver la crisis entre Rusia y Ucrania, la gran pregunta que se hacen líderes migrantes o agrupaciones como la League of United Latin American Citizens es ¿debemos preocuparnos por luchar y defender a un país para el que legalmente no existimos? Esta preocupación surge sobre todo para los migrantes latinos que son soldados en potencia (de ser necesario participar en la guerra entre Rusia y Ucrania).

En la historia de los conflictos bélicos en los que ha intervenido Estados Unidos, la participación de los latinos ha sido numerosa. El Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial comenta que aproximadamente 500 mil hispanos prestaron servicio en las Fuerzas Armadas durante este combate. Por su parte, instituciones como las Latino Advocates for Education reportan que en la Guerra de Corea acudieron más de 180 mil soldados latinos, de los cuales al menos 100 mil eran de origen mexicano. En la actualidad, la presencia de los hispanos en el ejército de los Estados Unidos es cada vez más importante. De acuerdo al reporte sobre diversidad e inclusión emitido por el Departamento de Defensa en el 2020, del total de miembros activos en las filas militares, el 19% son latinos (siendo esta minoría la de mayor crecimiento en los últimos años) y el 18% son de raza negra.

En este sentido, abro un paréntesis para reflexionar sobre otros datos que, posiblemente, podrían entrar en la ecuación del conflicto armado entre Rusia y Ucrania. La comunidad mexicana que vive en la Unión Americana (algunos de ellos seguramente ya forman parte del ejército estadounidense) ha crecido exponencialmente. Según Tonatiuh Guillén López, ex titular del Instituto Nacional de Migración en México, con la reforma constitucional del 2021, la cual reconoce como mexicanos a quienes hayan nacido en el extranjero y tengan ascendencia mexicana, la cifra de mexicanos en el mundo alcanzó los 163.5 millones, de los cuales 37 millones radican en los Estados Unidos. ¿Esto qué implica? Que también es responsabilidad del Gobierno de México velar por los derechos de estos 37 millones de “nuevos” mexicanos, y más aún ante una guerra en la que muchos de ellos marcharán (si no es que ya lo hacen ahora mismo) en Europa. 1

Cerrando el paréntesis y volviendo a nuestro tema, la crisis entre Rusia y Ucrania prende los focos de alarma en todo el mundo y, por su puesto, en el espíritu protagónico de Estados Unidos. Mientras tanto, los migrantes latinos no solo combaten día a día su propia guerra contra la discriminación, la falta de una Reforma Migratoria, venciendo en el mejor de los casos a las adversidades laborales y, por si fuera poco, sobreviviendo desde hace dos años a los estragos ocasionados por la pandemia del Covid-19.

Ahora, también escuchan en el televisor a Joe Biden hablar sobre una decisión que podría afectarlos: “Sería una guerra mundial cuando estadounidenses y rusos empiecen a dispararse unos a los otros”, dijo a NBC News, antes de que Rusia iniciara la invasión a Ucrania. El presidente de los Estados Unidos ya envió 2 mil efectivos adicionales a Polonia y Rumania. Habría que preguntarse, de estos posibles “héroes estadounidenses” que ya marchan en Europa, ¿cuántos tendrán apellidos como García, Rodríguez, Rivera, Díaz o González?

Secretario del Migrante de Guanajuato


Guillén López, Tonatiuh (2022) La transformación que viene del norte. Proceso, México p. 49.

“La reforma al artículo 30 estableció una continuidad de herencia de sangre que convirtió a México en una nación con dos gigantescas bases sociales”.