/ martes 1 de junio de 2021

Sala de Espera | Política de pomada

En los esplendorosos tiempos de la 4ª. Transformación la política nacional está convertida, como debe de ser según el poder, en un política de pomada.

Hoy, el debate nacional, las discusiones, la aplicación de políticas públicas, las decisiones del proyecto de nación (si lo hay) tiene un final que se quiere de burla: la recomendación de utilizar la pomada Vitacilina a quienes supuestamente están o son afectados por cualquier decisión gubernamental.

Ya tiene algún tiempo en las redes sociales. Tal recomendación la comenzaron a utilizar los apoyadores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador contra sus opositores. Si los opositores reaccionaban (reaccionan) o criticaban (critican) alguna decisión del gobierno de la llamada 4ª. Transformación, de inmediato se le recetaba (receta) Vitacilina, pomada casi milagrosa (como la del futbol con este nombre) para las irritaciones, cortaduras, quemaduras, rozaduras de pañales e infecciones en la piel…

En otras palabras, según decían, contra el “ardor” hay que utilizar Vitacilina…, aunque claro el ardor fuese político y la pomada una simple y buena medicina. Y en los años recientes a eso se redujo el “debate” público.

Luego, de pena ajena, vino la reacción de los “opositores” al gobierno mexicano cuando la revista inglesa The Economist publicó su portada (y también su texto) sobre el falso mesías mexicano, quienes pretendieron vengarse de las burlas en su contra y entonces recomendaron a los apoyadores al régimen utilizar Vitacilina ante el “ardor” provocado por ese texto periodístico, que quizás ni unos ni otros habían leído ni iban a leer.

El real problema, vulgar en su forma y en su fondo, no es entre adoradores y adversarios de López Obrador, sino que está alentado por el propio titular del Poder Ejecutivo Federal.

Así, el propio presidente recomendó el jueves 27 de mayo a sus adversarios políticos usar Vitacilina para “para protegerse de las irritaciones”, que presuntamente les causó la compra del 50% y de la deuda de la refinería Deer Park, en Houston, Texas. Y que además, dijo, están enojados por el crecimiento, según su propios datos de la inversión extranjera en el país.

Este es el lamentabilísmo nivel del “debate” nacional mexicano, impulsado no sólo por la Presidencia de la República con sus empleados en la redes sociales, sino con el propio presidente de la República. ¡Caray, imagine usted a un hombre de Estado, un estadista pues, invitando a sus adversarios a utilizar una pomada para el ardor político!

La invitación del presidente de la república mexicana lo expone, así de sencillo, a que alguien le conteste con la misma moneda y le pida utilizar la casi milagrosa pomada contra la irritación ante las críticas que se le hacen en México y en el extranjero. Él ya la recomendó.

DE LECTURA RÁPIDA: El próximo domingo 6 usted deberá ir a votar. Vaya. Vote con libertad y en secreto, para que luego no se queje. Es un elección democrática. Hace tiempo que los mexicanos la ganaron con sus muchas luchas, y hoy usted tiene la oportunidad de disfrutrar el derecho de depositar su voto y que éste será contado y contará. Contra el voto popular no hay pomada mágica.

En los esplendorosos tiempos de la 4ª. Transformación la política nacional está convertida, como debe de ser según el poder, en un política de pomada.

Hoy, el debate nacional, las discusiones, la aplicación de políticas públicas, las decisiones del proyecto de nación (si lo hay) tiene un final que se quiere de burla: la recomendación de utilizar la pomada Vitacilina a quienes supuestamente están o son afectados por cualquier decisión gubernamental.

Ya tiene algún tiempo en las redes sociales. Tal recomendación la comenzaron a utilizar los apoyadores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador contra sus opositores. Si los opositores reaccionaban (reaccionan) o criticaban (critican) alguna decisión del gobierno de la llamada 4ª. Transformación, de inmediato se le recetaba (receta) Vitacilina, pomada casi milagrosa (como la del futbol con este nombre) para las irritaciones, cortaduras, quemaduras, rozaduras de pañales e infecciones en la piel…

En otras palabras, según decían, contra el “ardor” hay que utilizar Vitacilina…, aunque claro el ardor fuese político y la pomada una simple y buena medicina. Y en los años recientes a eso se redujo el “debate” público.

Luego, de pena ajena, vino la reacción de los “opositores” al gobierno mexicano cuando la revista inglesa The Economist publicó su portada (y también su texto) sobre el falso mesías mexicano, quienes pretendieron vengarse de las burlas en su contra y entonces recomendaron a los apoyadores al régimen utilizar Vitacilina ante el “ardor” provocado por ese texto periodístico, que quizás ni unos ni otros habían leído ni iban a leer.

El real problema, vulgar en su forma y en su fondo, no es entre adoradores y adversarios de López Obrador, sino que está alentado por el propio titular del Poder Ejecutivo Federal.

Así, el propio presidente recomendó el jueves 27 de mayo a sus adversarios políticos usar Vitacilina para “para protegerse de las irritaciones”, que presuntamente les causó la compra del 50% y de la deuda de la refinería Deer Park, en Houston, Texas. Y que además, dijo, están enojados por el crecimiento, según su propios datos de la inversión extranjera en el país.

Este es el lamentabilísmo nivel del “debate” nacional mexicano, impulsado no sólo por la Presidencia de la República con sus empleados en la redes sociales, sino con el propio presidente de la República. ¡Caray, imagine usted a un hombre de Estado, un estadista pues, invitando a sus adversarios a utilizar una pomada para el ardor político!

La invitación del presidente de la república mexicana lo expone, así de sencillo, a que alguien le conteste con la misma moneda y le pida utilizar la casi milagrosa pomada contra la irritación ante las críticas que se le hacen en México y en el extranjero. Él ya la recomendó.

DE LECTURA RÁPIDA: El próximo domingo 6 usted deberá ir a votar. Vaya. Vote con libertad y en secreto, para que luego no se queje. Es un elección democrática. Hace tiempo que los mexicanos la ganaron con sus muchas luchas, y hoy usted tiene la oportunidad de disfrutrar el derecho de depositar su voto y que éste será contado y contará. Contra el voto popular no hay pomada mágica.