por Cristóbal Thompson *
En México la salud mental de las mujeres tiene aún muchas asignaturas pendientes. El género femenino tiene mayor probabilidad que el masculino de sufrir depresión y ansiedad; además de que la depresión predispone a enfermedades cardiacas y diabetes, entre otras.
Recientemente llevamos a cabo el foro: “Impacto Económico y Social de la Salud Mental en las Mujeres: Una Agenda Pendiente”, justamente para poner sobre la mesa áreas de oportunidad aún existentes en materia de política pública, así como recomendaciones y propuestas para un acceso más equitativo de las mujeres a la salud mental.
De acuerdo con cifras del INEGI del año 2021, las mujeres ganaban 34% menos que los hombres en el mercado laboral. Esta inequidad es inaceptable. Tenemos que empezar a tomar conciencia de que 7 de cada 10 hombres trabajan en un empleo formal, mientras que sólo 4 de cada 10 mujeres de las zonas urbanas lo tienen; y si hablamos de zonas marginadas o mujeres indígenas, solo 2 de cada 10 trabajan en un empleo formal.
Otra realidad que las mujeres enfrentan y que afecta en gran medida su salud mental es la violencia; la violencia familiar es el principal motivo por el que las mujeres buscan terapia, con el 45.4% de los casos.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Primero es necesario contar con información específica que brinde un panorama más real de esta problemática, para sensibilizar y elevar el tema a la discusión de política pública.
Es altamente relevante generar programas públicos que atiendan la salud de las mujeres en las distintas etapas de la vida, considerando como primordial la primera infancia, la adolescencia y las adultas mayores.
También es importante una mayor inversión para la salud mental y medir su impacto social. Sin embargo, la inversión en salud por sí sola, no será suficiente para atacar el problema.
El reto es desarrollar una educación nueva que rompa los parámetros tradicionales de que la mujer cuida la casa y el hombre trabaja fuera. Estos paradigmas culturales están fuertemente arraigados en la sociedad y es necesario empezar a cambiarlos.
Como dijo Kofi Annan, exsecretario de la ONU, “la igualdad de las mujeres debe ser un componente central en cualquier intento para resolver los problemas sociales, económicos y políticos.”
* Director Ejecutivo de AMIIF