/ sábado 16 de diciembre de 2017

Se cayó el espantapájaros

1.- Una de las razones de la iracundia de Noroña, todas las organizaciones a las que ha borrado cualquier huella de seriedad con la vulgaridad de su respaldo, sus insultos e injurias; del resto de cofradías bienhechoras de los derechos humanos, y de los Organismos Internacionales que antes tenían incluso cierto prestigio y respetabilidad, es que con el pase de la Ley de Seguridad Interior se han quedado sin materia para arremeter contra las Fuerzas Armadas, básicamente, y con aún menos argumentos consistentes para taladrar al Presidente de la República y al Congreso por su letargo y desidia en la aprobación de un instrumento que ordenara el papel del Ejército en la lucha contra el crimen organizado.

2.- Cómo les iba a gustar que el Congreso aprobara una ley que evidencia la necedad de su sinrazón, si les quita tema a su andanada contra las instituciones y los obliga a buscar otro blanco de ataque, cuando ya habían sobajado y denigrado al Heroico Ejército Nacional y a la Marina de México hasta donde llega su capacidad de vituperio. Cómo iban a quedar contentos si se quedan sin un utensilio que tanto les facilitó el intento de socavar la unidad de los mexicanos, de sembrar el odio a través del descrédito de uno de los valores máximos de nuestra identidad, que son las Fuerzas Armadas, como si éstas anduvieran en la calle por su gusto haciéndole al policía.

3.- Nadie que los conozca, nadie que haya escuchado un testimonio de cualquiera de ellos sobre la crueldad de las batallas que libran en la calle; la bestialidad sanguinaria del enemigo que combaten, tendría la mezquindad de regatearles a nuestros soldados el respaldo jurídico que llevan esperando desde que debieron asumir las tareas que la incompetencia, la negligencia, cuando no la franca complicidad de las autoridades, ha impedido la capacitación de las policías para enfrentarlo. Los propios Organismos Internacionales serios lo saben de sobra, y aun así se prestan de parapeto.

4.- Los intereses menos nobles que envenenan a una sociedad lastimada, a una juventud desinformada, y por ello cada vez más propensa al engaño, son los que propician el aire de zozobra y se benefician de un ambiente de inestabilidad, de incertidumbre en el que pueden sabotear a su placer para instaurar, al modo del adventista de la cuarta campaña, una anarquía dictatorial por vía del voto. A ello se abocan con las más antiguas triquiñuelas de la demagogia, y algunas no tan arcaicas de la propaganda para adoctrinar en la subversión, educar en el escarnio, y confundir en el miedo. Ahora que se quedan sin el espantapájaros de la militarización del país, y de la entrega de las libertades a manos del Ejército, ya corren a intrigar la nueva mascarada.

5.- No faltará tema a la trama. La nueva figura es el candidato que busca provocar el derrumbe del equilibrio político del país. Devenido el mejor aliado del perdonador, Anaya el joven (porque se confunde tan bien con el del partido del trabajo) ha desbaratado al PAN en su agarrona de poder; acabará pronto con su ingenua aliada del PRD, igualmente en vías de extinción, y quedará como el cerillo mojado que diluyó dos partidos nacionales de centro y voló al otro extremo de la confusión, más cercano en las pautas de su demagogia, en la diatriba y el insulto a su propio linaje como plan de ataque, y podría correr igual suerte que el decidor, dentro de unas tres elecciones.

6.- Ahora que saquen a la mafia del poder, derogarán tantas leyes nefastas como la de Newton y la de la oferta y la demanda, para imponer la de Herodes.

camilo@kawage.com

1.- Una de las razones de la iracundia de Noroña, todas las organizaciones a las que ha borrado cualquier huella de seriedad con la vulgaridad de su respaldo, sus insultos e injurias; del resto de cofradías bienhechoras de los derechos humanos, y de los Organismos Internacionales que antes tenían incluso cierto prestigio y respetabilidad, es que con el pase de la Ley de Seguridad Interior se han quedado sin materia para arremeter contra las Fuerzas Armadas, básicamente, y con aún menos argumentos consistentes para taladrar al Presidente de la República y al Congreso por su letargo y desidia en la aprobación de un instrumento que ordenara el papel del Ejército en la lucha contra el crimen organizado.

2.- Cómo les iba a gustar que el Congreso aprobara una ley que evidencia la necedad de su sinrazón, si les quita tema a su andanada contra las instituciones y los obliga a buscar otro blanco de ataque, cuando ya habían sobajado y denigrado al Heroico Ejército Nacional y a la Marina de México hasta donde llega su capacidad de vituperio. Cómo iban a quedar contentos si se quedan sin un utensilio que tanto les facilitó el intento de socavar la unidad de los mexicanos, de sembrar el odio a través del descrédito de uno de los valores máximos de nuestra identidad, que son las Fuerzas Armadas, como si éstas anduvieran en la calle por su gusto haciéndole al policía.

3.- Nadie que los conozca, nadie que haya escuchado un testimonio de cualquiera de ellos sobre la crueldad de las batallas que libran en la calle; la bestialidad sanguinaria del enemigo que combaten, tendría la mezquindad de regatearles a nuestros soldados el respaldo jurídico que llevan esperando desde que debieron asumir las tareas que la incompetencia, la negligencia, cuando no la franca complicidad de las autoridades, ha impedido la capacitación de las policías para enfrentarlo. Los propios Organismos Internacionales serios lo saben de sobra, y aun así se prestan de parapeto.

4.- Los intereses menos nobles que envenenan a una sociedad lastimada, a una juventud desinformada, y por ello cada vez más propensa al engaño, son los que propician el aire de zozobra y se benefician de un ambiente de inestabilidad, de incertidumbre en el que pueden sabotear a su placer para instaurar, al modo del adventista de la cuarta campaña, una anarquía dictatorial por vía del voto. A ello se abocan con las más antiguas triquiñuelas de la demagogia, y algunas no tan arcaicas de la propaganda para adoctrinar en la subversión, educar en el escarnio, y confundir en el miedo. Ahora que se quedan sin el espantapájaros de la militarización del país, y de la entrega de las libertades a manos del Ejército, ya corren a intrigar la nueva mascarada.

5.- No faltará tema a la trama. La nueva figura es el candidato que busca provocar el derrumbe del equilibrio político del país. Devenido el mejor aliado del perdonador, Anaya el joven (porque se confunde tan bien con el del partido del trabajo) ha desbaratado al PAN en su agarrona de poder; acabará pronto con su ingenua aliada del PRD, igualmente en vías de extinción, y quedará como el cerillo mojado que diluyó dos partidos nacionales de centro y voló al otro extremo de la confusión, más cercano en las pautas de su demagogia, en la diatriba y el insulto a su propio linaje como plan de ataque, y podría correr igual suerte que el decidor, dentro de unas tres elecciones.

6.- Ahora que saquen a la mafia del poder, derogarán tantas leyes nefastas como la de Newton y la de la oferta y la demanda, para imponer la de Herodes.

camilo@kawage.com

ÚLTIMASCOLUMNAS