Las mayorías artificiales de Morena en el Congreso de la Unión no sólo han sido la kriptonita de la justicia, la autonomía del poder judicial, de los derechos humanos frente a una militarización exacerbada y la plataforma de instrumentación del infame plan C. No sólo han atropellado la pluralidad, el orden constitucional, el debate político y el cabildeo parlamentario, sino aniquilado la fiscalización y rendición de cuentas a niveles nunca antes vistos.
3 lamentables hechos desnudan su miseria política y vileza parlamentaria, el más emblemático fue el desdén misógino de censura de la aún entonces Presidenta electa Claudia Sheinbaum, de evitar la presencia de legisladoras de oposición en la comisión de cortesía que le dio la bienvenida a San Lázaro para su toma de protesta. Jamás entendió que su nueva responsabilidad representa un hito histórico, una conquista más grande para las mujeres, más grande que un mero triunfo electoral personal o partidista.
Romper el techo de cristal implica entender lo que se representa y actuar en concordancia con ello, vetar a mujeres de la foto histórica de la primera mujer Presidenta fue una vileza que la empequeñece, que reflejó que para ella no llegaron todas como pregona, sino sólo las afines a ella. Se trata de una discriminación y prejuicio en esencia idéntico al que las mujeres de todos los partidos combatieron por décadas contra el machismo que les regateaba su participación en la toma de decisiones del país.
La segunda ha sido el sectarismo de imponer durante el mes de septiembre sólo la discusión del infame Plan C por encima de la pluralidad y legítimo derecho de los nuevos legisladores a construir instrumentos legislativos propios y no impuestos o heredados. En el Senado instalaron las comisiones sólo con el fin de procesar las minutas de dicho paquete y ni así ante ella o el pleno compareció funcionario alguno para exponer el contenido del informe e iniciaron la presentación de iniciativas el 18 de septiembre.
Sin embargo, en Diputados no fue sino hasta el 2 de octubre que se presentaron las primeras iniciativas de ley, aprobándose la #Ley Silla como primer instrumento legislativo de cuño propio de la nueva legislatura. Todo un mes discutiendo sólo las imposiciones de la anterior legislatura y de MORENA sin poder jamás la oposición plantear una sola propuesta propia, como rehenes secuestrados solo debatiendo la agenda postelectoral del revanchismo de AMLO.
Con la modificación del formato del Informe de la Presidencia el 1 de septiembre efectuada en 2008 se eliminó el “Día del Presidente”, se intentó dejar atrás el culto a la persona para migrar al “Día del Congreso” donde sin el aparato propagandístico la rendición de cuentas fuese republicana, en mayor equilibrio constitucional y sin excesos de la Presidencia.
Hasta con eso acabó MORENA, la entonces secretaria de Gobernación violó el protocolo y dirigió una oda propagandística y partidista SIN estar contemplada ni autorizada en el orden del día encarnando los peores abusos de las Presidencias del priato del siglo pasado, evocando los discursos de Echeverría o López Portillo. Pero aún ese exabrupto corriente e inmaduro no ha sido lo peor, cometieron una canallada aún más deleznable.
Cito del dictamen de ese cambio histórico esta frase: “el informe presidencial tiene como fin que el Congreso compruebe, inspeccione, verifique, examine y valore la actividad del Ejecutivo, situación que se presenta en las sesiones subsecuentes, es decir, dicha actividad es un mecanismo de control parlamentario”
Pues NADA de eso sucedió ni en el Senado, ni en la Cámara de Diputados por primera vez en la historia NO hubo 1 sola comparecencia de funcionarios del gabinete que dieran la cara para explicar el contenido del informe y rendir cuentas al pueblo de México. Nunca antes sucedió eso, ni el siglo pasado con el PRI de los 70s, de ese tamaño es el retroceso de lo que MORENA representa para la rendición de cuentas en México.
PD: Quiero expresar a los familiares y deudos de doña Ifigenia Martínez mi más sentido pésame por su fallecimiento.