/ viernes 12 de agosto de 2022

¿Seguridad punta de “decretazos”? 

Por una #SociedadHorizontal


El caos y el terror se adueñaron de la zona metropolitana de Guadalajara, tras la realización de un operativo federal por parte del Ejército, que buscaba atrapar a dos líderes del CJNG. Los dos capos escaparon, pero en su huida dejaron tras de sí, una estela de violencia en Jalisco y Guanajuato. El saldo final fue de 16 delincuentes capturados, 30 negocios quemados, 14 bloqueos carreteros, 40 vehículos incinerados. El episodio sintetiza una vez más la manera en que las capacidades logísticas y de reacción de los grupos criminales, han rebasado importantes ámbitos de la institucionalidad mexicana.

En días previos, durante una de sus conferencias mañaneras, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que mediante un decreto presidencial, instruirá que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa Nacional. Adicionalmente subrayó que esta decisión no significa que se detenga la iniciativa de reforma constitucional en el legislativo, para impulsar este cambio. También el secretario de la Defensa informó que la secretaría de Seguridad Pública hará entrega de las responsabilidades de la Guardia Nacional a la Sedena, el próximo 16 de septiembre durante el desfile militar.

El planteamiento generó que un sinnumero de investigadores, activistas y políticos, hayan señalado que el nuevo “decretazo”, viola flagrantemente el artículo 21 de la Constitución, el cual establece -sin margen de interpretación- que la Guardia Nacional, es “un cuerpo de seguridad civil” y debe estar encuadrada en la secretaría a cargo de la seguridad pública. Los analistas también han subrayado que esta acción, trastorna la confianza política que se generó entre los partidos políticos -especialmente en el Senado de la República- cuando se modificó la Carta Magna. El compromiso público siempre fue, garantizar que la orientación de la Guardia Nacional fuera civil y no castrense.

La decisión de AMLO, tiene como objetivo librar la “moratoria constitucional” acordada por el bloque opositor en el Congreso, encaminada a evitar las reformas constitucionales que proponga el Ejecutivo. No obstante, cabe destacar que la decisión no solo contradice las posiciones obradoristas expresadas en su campaña, de regresar a los militares a los cuarteles, sino que va a contracorriente de recomendaciones de especialistas nacionales e internacionales que sugieren el fortalecimiento de los cuerpos de seguridad civil en todos los órdenes de gobierno.

Lo que realmente requiere el país, es crear un sólido sistema nacional de seguridad pública que incluya a los cuerpos estatales y federales, la reingeniería de los mecanismos de coordinación, las responsabilidades y especialmente la asignación de recursos. Si la Guardia Nacional se quedara en la Sedena con el fin de enfrentar desde una sola fuerza nacional, el poderío criminal que hoy apabulla al Estado, de todas formas será indispensable el fortalecimiento de los cuerpos descentralizados, especialmente en el ámbito local, que es donde prevalece con mayor contundencia el colapso institucional. Esta visión requiere de un gran consenso político y social, no de posiciones parcializadas.

En lugar de gobernar a partir de “decretazos”, lo mejor sería generar condiciones para una negociación política que propicie un acuerdo en esta materia. La decisión de saltarse al Congreso y darle la vuelta, generará mayor tensión en un tema que requiere de una visión integral y el esfuerzo de la población en su conjunto. Dado que esta controversia seguramente llegará a la SCJN, la #SociedadHorizontal deberá articularse, expresarse y organizarse en contra de algo que aun cuando pudiera ser necesario en el corto plazo, contraría la esencia del acuerdo social que debe guiarnos como nación, que es el respeto a la Constitución. La discusión debe darse en las cámaras legislativas.

Por una #SociedadHorizontal


El caos y el terror se adueñaron de la zona metropolitana de Guadalajara, tras la realización de un operativo federal por parte del Ejército, que buscaba atrapar a dos líderes del CJNG. Los dos capos escaparon, pero en su huida dejaron tras de sí, una estela de violencia en Jalisco y Guanajuato. El saldo final fue de 16 delincuentes capturados, 30 negocios quemados, 14 bloqueos carreteros, 40 vehículos incinerados. El episodio sintetiza una vez más la manera en que las capacidades logísticas y de reacción de los grupos criminales, han rebasado importantes ámbitos de la institucionalidad mexicana.

En días previos, durante una de sus conferencias mañaneras, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que mediante un decreto presidencial, instruirá que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa Nacional. Adicionalmente subrayó que esta decisión no significa que se detenga la iniciativa de reforma constitucional en el legislativo, para impulsar este cambio. También el secretario de la Defensa informó que la secretaría de Seguridad Pública hará entrega de las responsabilidades de la Guardia Nacional a la Sedena, el próximo 16 de septiembre durante el desfile militar.

El planteamiento generó que un sinnumero de investigadores, activistas y políticos, hayan señalado que el nuevo “decretazo”, viola flagrantemente el artículo 21 de la Constitución, el cual establece -sin margen de interpretación- que la Guardia Nacional, es “un cuerpo de seguridad civil” y debe estar encuadrada en la secretaría a cargo de la seguridad pública. Los analistas también han subrayado que esta acción, trastorna la confianza política que se generó entre los partidos políticos -especialmente en el Senado de la República- cuando se modificó la Carta Magna. El compromiso público siempre fue, garantizar que la orientación de la Guardia Nacional fuera civil y no castrense.

La decisión de AMLO, tiene como objetivo librar la “moratoria constitucional” acordada por el bloque opositor en el Congreso, encaminada a evitar las reformas constitucionales que proponga el Ejecutivo. No obstante, cabe destacar que la decisión no solo contradice las posiciones obradoristas expresadas en su campaña, de regresar a los militares a los cuarteles, sino que va a contracorriente de recomendaciones de especialistas nacionales e internacionales que sugieren el fortalecimiento de los cuerpos de seguridad civil en todos los órdenes de gobierno.

Lo que realmente requiere el país, es crear un sólido sistema nacional de seguridad pública que incluya a los cuerpos estatales y federales, la reingeniería de los mecanismos de coordinación, las responsabilidades y especialmente la asignación de recursos. Si la Guardia Nacional se quedara en la Sedena con el fin de enfrentar desde una sola fuerza nacional, el poderío criminal que hoy apabulla al Estado, de todas formas será indispensable el fortalecimiento de los cuerpos descentralizados, especialmente en el ámbito local, que es donde prevalece con mayor contundencia el colapso institucional. Esta visión requiere de un gran consenso político y social, no de posiciones parcializadas.

En lugar de gobernar a partir de “decretazos”, lo mejor sería generar condiciones para una negociación política que propicie un acuerdo en esta materia. La decisión de saltarse al Congreso y darle la vuelta, generará mayor tensión en un tema que requiere de una visión integral y el esfuerzo de la población en su conjunto. Dado que esta controversia seguramente llegará a la SCJN, la #SociedadHorizontal deberá articularse, expresarse y organizarse en contra de algo que aun cuando pudiera ser necesario en el corto plazo, contraría la esencia del acuerdo social que debe guiarnos como nación, que es el respeto a la Constitución. La discusión debe darse en las cámaras legislativas.