/ viernes 10 de diciembre de 2021

Ser mujer policía en México

Por Genaro Ahumada, investigador de Causa en Común


Esta semana se presentó la memoria del proyecto “Ser mujer policía en México”, elaborado por Causa en Común, con el apoyo del municipio de Nezahualcóyotl y auspiciado por la Embajada de Canadá en México. Este documento da cuenta del proceso realizado en dicha localidad para instaurar y mantener dinámicas positivas en materia de género, a fin de garantizar a las mujeres que se desempeñan como policías en la corporación municipal, herramientas y mecanismos que ayuden a que gocen de sus derechos humanos, en un entorno de igualdad y no discriminación.

En 1930, las mujeres fueron admitidas en la policía por primera vez, conformando un grupo denominado “policía femenina”, el cual fue integrado por 69 mujeres. Sus funciones no eran de fuerza o policiales; su servicio se concentraba en brindar orientación sobre ubicaciones, datos históricos, culturales o geográficos. La integración de las mujeres a las corporaciones de policía ha sido de manera paulatina, y tradicionalmente se les ha relegado a lo administrativo. Si se busca alcanzar la paridad, es necesario realizar cambios que ofrezcan mejores condiciones laborales, libres de violencia, para aquellas mujeres que quieran dedicar sus vidas a cuidar las de los demás.

La cantidad de personal destinado a funciones de seguridad pública en las administraciones públicas estatales en México en 2020 era de 231,491 personas. De ellas, 75.9% eran hombres y 24.1% eran mujeres (INEGI, 2020). Desde su incorporación, se ha mantenido un patrón histórico que las asigna al ámbito privado-doméstico, por lo que se les asignan actividades administrativas, secretariales o en espacios relacionados con el aseo y labores de cocina; mismas que distan mucho de la carrera policial.

En general, los policías en México son una población que trabaja en condiciones precarias. Además de que enfrentan grandes peligros en su día a día, tienen salarios bajos, trabajan turnos de 24 horas o más, no reciben la capacitación suficiente y pagan por su equipo. Aunado a esto, los elementos policiales también se tienen que enfrentar a la discriminación y a la falta de valorización de su trabajo por parte de la ciudadanía. Sin embargo, dentro de los cuerpos de seguridad, las mujeres son aún más vulnerables.

De acuerdo con la encuesta elaborada por Causa en Común “¿Qué piensa la policía?, en su edición

2019, aplicada a 5,000 hombres y mujeres policías estatales de todo el país:


  • 3 de cada 100 policías mujeres mencionaron haber sufrido o haber sido testigo de abuso sexual. Esta proporción se reduce a 1 de cada 100 en el caso de los policías hombres.

  • 5 de cada 10 mujeres consideraron que hay discriminación en la corporación, mientras que solo 2 de cada 10 hombres compartieron esa opinión.

  • 35% de las mujeres indicaron que alguna de sus compañeras había recibido piropos ofensivos, comentarios sobre su apariencia o de índole sexual, frente a 18% de los hombres.

  • 17% de las mujeres señalaron que alguna de sus compañeras había recibido mensajes, fotos o comentarios con insinuaciones y/o insultos, frente a 8% de los hombres.

La implementación del enfoque de género es un reto que presenta muchos obstáculos; entre ellos, una cultura e idiosincrasia machistas, arraigadas profundamente en la sociedad. El proyecto “Ser mujer policía” ha ido avanzando en sus objetivos, gracias al apoyo de la Embajada de Canadá y a la disposición de parte del gobierno de Nezahualcóyotl. Se logró identificar las áreas de oportunidad, y se trabajó en el diseño reglamentario para la investigación de la violencia de género. Es ahora necesario difundir un catálogo que visibilice esas conductas cotidianas que agreden a las mujeres en su dignidad como personas y como trabajadoras. Además, este proyecto debe incentivar a otras corporaciones a emprender procesos análogos en favor de sus mujeres policías.

Por Genaro Ahumada, investigador de Causa en Común


Esta semana se presentó la memoria del proyecto “Ser mujer policía en México”, elaborado por Causa en Común, con el apoyo del municipio de Nezahualcóyotl y auspiciado por la Embajada de Canadá en México. Este documento da cuenta del proceso realizado en dicha localidad para instaurar y mantener dinámicas positivas en materia de género, a fin de garantizar a las mujeres que se desempeñan como policías en la corporación municipal, herramientas y mecanismos que ayuden a que gocen de sus derechos humanos, en un entorno de igualdad y no discriminación.

En 1930, las mujeres fueron admitidas en la policía por primera vez, conformando un grupo denominado “policía femenina”, el cual fue integrado por 69 mujeres. Sus funciones no eran de fuerza o policiales; su servicio se concentraba en brindar orientación sobre ubicaciones, datos históricos, culturales o geográficos. La integración de las mujeres a las corporaciones de policía ha sido de manera paulatina, y tradicionalmente se les ha relegado a lo administrativo. Si se busca alcanzar la paridad, es necesario realizar cambios que ofrezcan mejores condiciones laborales, libres de violencia, para aquellas mujeres que quieran dedicar sus vidas a cuidar las de los demás.

La cantidad de personal destinado a funciones de seguridad pública en las administraciones públicas estatales en México en 2020 era de 231,491 personas. De ellas, 75.9% eran hombres y 24.1% eran mujeres (INEGI, 2020). Desde su incorporación, se ha mantenido un patrón histórico que las asigna al ámbito privado-doméstico, por lo que se les asignan actividades administrativas, secretariales o en espacios relacionados con el aseo y labores de cocina; mismas que distan mucho de la carrera policial.

En general, los policías en México son una población que trabaja en condiciones precarias. Además de que enfrentan grandes peligros en su día a día, tienen salarios bajos, trabajan turnos de 24 horas o más, no reciben la capacitación suficiente y pagan por su equipo. Aunado a esto, los elementos policiales también se tienen que enfrentar a la discriminación y a la falta de valorización de su trabajo por parte de la ciudadanía. Sin embargo, dentro de los cuerpos de seguridad, las mujeres son aún más vulnerables.

De acuerdo con la encuesta elaborada por Causa en Común “¿Qué piensa la policía?, en su edición

2019, aplicada a 5,000 hombres y mujeres policías estatales de todo el país:


  • 3 de cada 100 policías mujeres mencionaron haber sufrido o haber sido testigo de abuso sexual. Esta proporción se reduce a 1 de cada 100 en el caso de los policías hombres.

  • 5 de cada 10 mujeres consideraron que hay discriminación en la corporación, mientras que solo 2 de cada 10 hombres compartieron esa opinión.

  • 35% de las mujeres indicaron que alguna de sus compañeras había recibido piropos ofensivos, comentarios sobre su apariencia o de índole sexual, frente a 18% de los hombres.

  • 17% de las mujeres señalaron que alguna de sus compañeras había recibido mensajes, fotos o comentarios con insinuaciones y/o insultos, frente a 8% de los hombres.

La implementación del enfoque de género es un reto que presenta muchos obstáculos; entre ellos, una cultura e idiosincrasia machistas, arraigadas profundamente en la sociedad. El proyecto “Ser mujer policía” ha ido avanzando en sus objetivos, gracias al apoyo de la Embajada de Canadá y a la disposición de parte del gobierno de Nezahualcóyotl. Se logró identificar las áreas de oportunidad, y se trabajó en el diseño reglamentario para la investigación de la violencia de género. Es ahora necesario difundir un catálogo que visibilice esas conductas cotidianas que agreden a las mujeres en su dignidad como personas y como trabajadoras. Además, este proyecto debe incentivar a otras corporaciones a emprender procesos análogos en favor de sus mujeres policías.