/ domingo 5 de junio de 2022

Siete años

El prestigiado semiólogo Umberto Eco debutó en el mundo de la literatura de ficción con la novela El nombre de la rosa, que se convirtió en best-seller en el mundo entero, e incluso tuvo una muy buena versión cinematográfica.

Desde su publicación el título causó controversia. La película, por ejemplo, se exhibió en nuestro país como En el nombre de la rosa; y hasta hay alguna edición firmada como El hombre de la rosa.

Todo esto orilló a Eco a publicar las Apostillas a El nombre de la rosa, en el que reflexiona, entre otras muchas e interesantes cosas, en el por qué y la importancia de un título.

Resumen, interrogante, promesa de contenido, son algunas de las funciones que tiene el título de una novela, un disco, una serie, una película, una obra de teatro…

Siete años es el título de un estupendo montaje que desde ahí empieza con la intriga, que se vive intensamente a lo largo de los 90 minutos que dura esta puesta en escena.

Basado en una película del mismo título, Siete años cuenta un momento crucial en la vida de cuatro amigos fundadores de una exitosa empresa de aplicaciones tecnológicas que son descubiertos desviando recursos a un paraíso fiscal.

Para intentar encontrar la mejor salida posible y evitar que todos terminen en la cárcel, contratan los servicios de un mediador, con la intención de que uno de los cuatro acepte echarse la culpa y sea esa persona quien pase los próximos siete años de su vida en prisión, a cambio…

No revelaré más de la trama, sólo agregaré que cada segundo de la trama la tensión y los secretos crecen y crecen y crecen.

Realmente estupenda es la puesta en escena que parte de la cinta, para esta versión teatral de Reynolds Robledo, quien además es el director de escena, a la que dota de un dinamismo y un ritmo que se aplauden.

El siempre versátil Foro Lucerna es aprovechado al máximo gracias al estupendo diseño escenográfico de Adrián Martínez Frausto y la iluminación de Víctor Zapatero, a quienes se suma el buen trabajo del resto de creativos de este montaje: Laura García de la Mora (vestuario); Fernando Sisniega (audio), y David Federico Suzawa (musical original).

Y evidentemente cada elemento al servicio de un elenco estupendo, integrado por Alejandro Morales, Antonio Gaona, Cristian Magaloni, Jeannine Derbez, José Ramón Berganza, Pablo Perroni, Pedro de Tavira y Rocío Verdejo, quienes alternan en los cinco personajes, que están todo el tiempo en escena.

Es un verdadero placer ver trabajos como éste: redondos, propositivos, arriesgados, y que muestran la madurez que tiene el teatro en nuestro país, y los recursos (en todos los sentidos) con los que cuentan los teatreros mexicanos para seguir experimentando.

Un gusto también ver la intensa actividad que despliegan los teatros que encabezan Mariana Garza y Pablo Perroni, que sin duda se han convertido en un imán para el público, especialmente joven, que busca en la escena montajes que le digan algo, que le muevan algo, que le hagan sentir parte de los mismos, como sucede con Siete años.

Umberto Eco tenía razón, el título adecuado es el principio del éxito.

Siete años se presenta martes y miércoles, y al parecer tiene una larga vida por delante. ¡No se la pierdan!


El prestigiado semiólogo Umberto Eco debutó en el mundo de la literatura de ficción con la novela El nombre de la rosa, que se convirtió en best-seller en el mundo entero, e incluso tuvo una muy buena versión cinematográfica.

Desde su publicación el título causó controversia. La película, por ejemplo, se exhibió en nuestro país como En el nombre de la rosa; y hasta hay alguna edición firmada como El hombre de la rosa.

Todo esto orilló a Eco a publicar las Apostillas a El nombre de la rosa, en el que reflexiona, entre otras muchas e interesantes cosas, en el por qué y la importancia de un título.

Resumen, interrogante, promesa de contenido, son algunas de las funciones que tiene el título de una novela, un disco, una serie, una película, una obra de teatro…

Siete años es el título de un estupendo montaje que desde ahí empieza con la intriga, que se vive intensamente a lo largo de los 90 minutos que dura esta puesta en escena.

Basado en una película del mismo título, Siete años cuenta un momento crucial en la vida de cuatro amigos fundadores de una exitosa empresa de aplicaciones tecnológicas que son descubiertos desviando recursos a un paraíso fiscal.

Para intentar encontrar la mejor salida posible y evitar que todos terminen en la cárcel, contratan los servicios de un mediador, con la intención de que uno de los cuatro acepte echarse la culpa y sea esa persona quien pase los próximos siete años de su vida en prisión, a cambio…

No revelaré más de la trama, sólo agregaré que cada segundo de la trama la tensión y los secretos crecen y crecen y crecen.

Realmente estupenda es la puesta en escena que parte de la cinta, para esta versión teatral de Reynolds Robledo, quien además es el director de escena, a la que dota de un dinamismo y un ritmo que se aplauden.

El siempre versátil Foro Lucerna es aprovechado al máximo gracias al estupendo diseño escenográfico de Adrián Martínez Frausto y la iluminación de Víctor Zapatero, a quienes se suma el buen trabajo del resto de creativos de este montaje: Laura García de la Mora (vestuario); Fernando Sisniega (audio), y David Federico Suzawa (musical original).

Y evidentemente cada elemento al servicio de un elenco estupendo, integrado por Alejandro Morales, Antonio Gaona, Cristian Magaloni, Jeannine Derbez, José Ramón Berganza, Pablo Perroni, Pedro de Tavira y Rocío Verdejo, quienes alternan en los cinco personajes, que están todo el tiempo en escena.

Es un verdadero placer ver trabajos como éste: redondos, propositivos, arriesgados, y que muestran la madurez que tiene el teatro en nuestro país, y los recursos (en todos los sentidos) con los que cuentan los teatreros mexicanos para seguir experimentando.

Un gusto también ver la intensa actividad que despliegan los teatros que encabezan Mariana Garza y Pablo Perroni, que sin duda se han convertido en un imán para el público, especialmente joven, que busca en la escena montajes que le digan algo, que le muevan algo, que le hagan sentir parte de los mismos, como sucede con Siete años.

Umberto Eco tenía razón, el título adecuado es el principio del éxito.

Siete años se presenta martes y miércoles, y al parecer tiene una larga vida por delante. ¡No se la pierdan!