Siete, según muchas culturas en el mundo, es un número cabalístico, de la suerte; y no dudo que eso sea cierto.
Pienso en ello mientras estoy sobre el pequeño escenario del teatro Milán, al que hemos sido convocados para celebrar los ¡siete Premios Metro! que hace algunas semanas recibió el musical Sweeney Todd, que para fortuna de los teatreros anuncia la ampliación de su temporada hasta el 5 de marzo.
Sin duda se trata de suerte sí, pero una suerte que como he escuchado muchas veces por ahí, se genera gracias al trabajo, constancia, esfuerzo, experiencia, y, evidentemente, talento, ¡mucho talento!
Como muchos lo saben Sweeney Todd es considerada una de las obras cumbre del musical. Sus cartas de presentación son inmejorables: música y letras de Stephen Sondheim, para muchos el más grande autor del género; fue dirigida originalmente por el legendario Harold Prince; en su primera temporada el montaje ganó ocho premios Tony, incluidos el de mejor musical y mejor actriz protagónica para la gran Angela Lansbury.
Con ese legado, pero también esos retos, la productora Vatru Entertainment y la compañía teatral Ícaro, presentan una propuesta que pueden resumirse en un calificativo: ¡Brillante!, y he ahí esos siete premios, de las 12 nominaciones que tuvo, como prueba tangible de ello.
Swenney Todd, el barbero asesino de la calle Fleet es el título completo de esta historia, que se ubica en el Londres de mediados del siglo XIX, y que aborda el lado más oscuro de los seres humanos, dispuestos a matar, sobornar, destruir, corromper, abusar, para, paradójicamente, defender y obtener lo verdaderamente importante: el amor.
No se trata de un montaje sencillo, ni en su trama ni en su música. No es que sea complicado, pero sí complejo, como debe ser el buen teatro. Con anécdota, situaciones, personajes, partitura bien desarrollados.
Los siete premios correspondieron a Musical del año, Dirección escénica (Miguel Septién); Diseños de vestuario (Giselle Sandiel) y sonoro (Miguel Jiménez); Actriz protagónica (Flor Benítez) y Actriz (Jimena Parés) y Actor de reparto (Diego Enríquez).
Miguel Septién se ha colocado como uno de los mejores directores de nuestra cartelera. Con una versatilidad que impresiona, y una creatividad inagotable, que aquí se apoya en un equipo creativo igualmente talentoso. A los ya mencionados hay que sumar a Félix Arroyo (escenografía e iluminación) y Maricela Estrada (maquillaje y peinados).
A las brillantísimas y laureadas actuaciones de Flor, Jimena y Diego, hay que sumar las igualmente estupendas interpretaciones de Quecho Muñoz, quien da vida al oscuro protagonista y lo hace magistralmente; a Andrés Elvira, Luisa Cortés, Alberto Lomnitz, Ervey Ortegón, José Grillet, Eduardo Siqueiros, Melissa Cabrera y Carla Heftye. Bravo a cada uno. ¡Qué voces, qué entrega, qué talento, qué trabajo!
Y evidentemente un bravo de pie el valiente y joven productor David Cuevas, y a sus socios, Julio Trujillo y Angélica Cuevas, por aventurarse a llevar a escena un montaje como éste, una pequeña joya que todos los teatreros deben ver.
Con Mónica Huarte y Sergio Villegas tuve el gusto de apadrinar el festejo por estos siete premios Metro, más que merecidos para Swenney Todd, el barbero asesino de la calle Fleet, que se presenta los fines de semana en el teatro Milán, en el corazón de la colonia Juárez.