/ viernes 3 de julio de 2020

Símbolos

Por una #SociedadHorizontal.


El miércoles 1º de julio, Morena festejó el triunfo que obtuvo en las urnas en 2018. Han pasado ya dos años de que López Obrador recibiera el 53% de la votación y de que su partido ganara la mayoría en el Congreso de la Unión y en la mayor parte de los congresos estatales.


Como parte de la celebración, AMLO apostó por presentar otro más de sus informes de actividades y acuerparlo con notas de alto impacto. En busca de apuntalar su narrativa de transformación, intentó echar mano de Ayotzinapa, el T-MEC y el caso Lozoya, como símbolos del cambio que él encabeza a dos años del triunfo electoral. Pese a dicho empeño, cuando uno revisa el comportamiento de la discusión digital, el gobierno no logró la atención que buscaba.


En materia de seguridad, el gobierno buscó posicionar el tema de Ayotzinapa y el final de la “verdad histórica” como un gran acontecimiento. Pese a la trascendencia del tema, con 34,500 homicidios el primer año de gobierno, el atentado contra Omar García Harfusch e incluso un video en el que el CJNG reiteró su amenaza al funcionario, generaron mucho mayor conversación que las nuevas investigaciones sobre la desaparición de los 43 normalistas.


En el tema económico, el gobierno pretendió que la entrada en vigor del nuevo T-MEC, sirviera como un referente de confianza sobre las expectativas económicas. Pese a este esfuerzo, comentarios como el del embajador de los Estados Unidos sobre las dificultades que genera para la inversión el cambio en las reglas del juego, tuvo mayor peso en el diálogo digital. Con un decrecimiento de menos 0.3% del PIB en el primer año, y una proyección de menos 10.5% para 2020, se refuerza la idea de que más allá de la pandemia, México no crece por falta de confianza.


En cuanto al combate a la Corrupción, se intentó que el anuncio sobre la extradición de Emilio Lozoya, se convirtiera en una pieza clave de la conversación sobre el combate a la corrupción. Pese a dicho esfuerzo, con un incremento real de la corrupción medido por el Inegi, la noticia no permeó suficientemente por lo que a la discusión digital corresponde.


Llama la atención que lo que tuvo la mayor atención esta semana fue el tweet de Beatriz Gutierrez Müeller que se convirtió en tendencia #NoSoyMédico. Parecería que la gente ha perdido interés en los símbolos que el gobierno intenta proyectar. Ni Ayotzinapa, ni el T-MEC ni Lozoya prendieron en las redes sociales. Es muy probable que esta falta de interés se deba a que la gente empieza a exigir resultados puntuales, mucho más allá de lo simbólico.


Antes de que arrancara el sexenio, Mitofsky publicó una encuesta en la que el 72% de la población le daba hasta dos años para demostrar que realmente realizaría cambios. Sólo el 14% le daba un poco más de tiempo. Dado que el actual gobierno tomó el timón incluso antes de estar formalmente en el poder, es posible que el bono de confianza ya haya concluido para la mayoría de los mexicanos y que a partir del miércoles, la impaciencia empiece a manifestarse progresivamente


Sin duda alguna los símbolos son importantes para fortalecer la narrativa de cualquier gobierno que se empeña por mostrarse diferente a los que le precedieron, sin embargo cuando la realidad empieza a imponerse, lo simbólico pierde valor a pasos agigantados. La #SociedadHorizontal que crece día con día, empieza a exigir resultados por encima de los símbolos. El gobierno debería tomar nota de ello.

Por una #SociedadHorizontal.


El miércoles 1º de julio, Morena festejó el triunfo que obtuvo en las urnas en 2018. Han pasado ya dos años de que López Obrador recibiera el 53% de la votación y de que su partido ganara la mayoría en el Congreso de la Unión y en la mayor parte de los congresos estatales.


Como parte de la celebración, AMLO apostó por presentar otro más de sus informes de actividades y acuerparlo con notas de alto impacto. En busca de apuntalar su narrativa de transformación, intentó echar mano de Ayotzinapa, el T-MEC y el caso Lozoya, como símbolos del cambio que él encabeza a dos años del triunfo electoral. Pese a dicho empeño, cuando uno revisa el comportamiento de la discusión digital, el gobierno no logró la atención que buscaba.


En materia de seguridad, el gobierno buscó posicionar el tema de Ayotzinapa y el final de la “verdad histórica” como un gran acontecimiento. Pese a la trascendencia del tema, con 34,500 homicidios el primer año de gobierno, el atentado contra Omar García Harfusch e incluso un video en el que el CJNG reiteró su amenaza al funcionario, generaron mucho mayor conversación que las nuevas investigaciones sobre la desaparición de los 43 normalistas.


En el tema económico, el gobierno pretendió que la entrada en vigor del nuevo T-MEC, sirviera como un referente de confianza sobre las expectativas económicas. Pese a este esfuerzo, comentarios como el del embajador de los Estados Unidos sobre las dificultades que genera para la inversión el cambio en las reglas del juego, tuvo mayor peso en el diálogo digital. Con un decrecimiento de menos 0.3% del PIB en el primer año, y una proyección de menos 10.5% para 2020, se refuerza la idea de que más allá de la pandemia, México no crece por falta de confianza.


En cuanto al combate a la Corrupción, se intentó que el anuncio sobre la extradición de Emilio Lozoya, se convirtiera en una pieza clave de la conversación sobre el combate a la corrupción. Pese a dicho esfuerzo, con un incremento real de la corrupción medido por el Inegi, la noticia no permeó suficientemente por lo que a la discusión digital corresponde.


Llama la atención que lo que tuvo la mayor atención esta semana fue el tweet de Beatriz Gutierrez Müeller que se convirtió en tendencia #NoSoyMédico. Parecería que la gente ha perdido interés en los símbolos que el gobierno intenta proyectar. Ni Ayotzinapa, ni el T-MEC ni Lozoya prendieron en las redes sociales. Es muy probable que esta falta de interés se deba a que la gente empieza a exigir resultados puntuales, mucho más allá de lo simbólico.


Antes de que arrancara el sexenio, Mitofsky publicó una encuesta en la que el 72% de la población le daba hasta dos años para demostrar que realmente realizaría cambios. Sólo el 14% le daba un poco más de tiempo. Dado que el actual gobierno tomó el timón incluso antes de estar formalmente en el poder, es posible que el bono de confianza ya haya concluido para la mayoría de los mexicanos y que a partir del miércoles, la impaciencia empiece a manifestarse progresivamente


Sin duda alguna los símbolos son importantes para fortalecer la narrativa de cualquier gobierno que se empeña por mostrarse diferente a los que le precedieron, sin embargo cuando la realidad empieza a imponerse, lo simbólico pierde valor a pasos agigantados. La #SociedadHorizontal que crece día con día, empieza a exigir resultados por encima de los símbolos. El gobierno debería tomar nota de ello.