/ miércoles 20 de mayo de 2020

Sin freno, barbaridades

Fue a La Rumorosa y escupió la nefasta declaración: “Los aerogeneradores producen contaminación visual”. Lo que para el resto del planeta es tabla de salvación, contra la despiadada contaminación, para AMLO “es feo” y amerita desaparecerlo. Por algo se mofan de su barbarie.

Por la puerta de atrás, como acostumbra la 4T, el fin de semana asestó un duro golpe a los inversionistas extranjeros. La “azafata” –no merece mejor calificativo-, Rocío Nahle, ordenó la publicación en el Diario Oficial, del “Acuerdo por el que se emite la política de confiabilidad, seguridad, continuidad y calidad en el Sistema Eléctrico Nacional de Control de Energía”.

De un plumazo desaparece la posibilidad de contar con energías limpias y renovables, afán primario de la humanidad, en su combate a la destrucción del medio ambiente. El desastre del cambio climático y los avatares meteorológicos que afectan a millones de personas, crearon la corriente de pensamiento a favor de salvar a nuestra casa, la tierra.

El Papa Francisco lanzó una Encíclica, a fin de concientizar sobre un tema que parece que, sólo a Trump y a López Obrador, les provoca urticaria. En México hay una enorme depredación de los recursos naturales y la selva chiapaneca es un ejemplo del salvajismo destructor de uno de los pulmones del planeta.

Se esperaba, de alguien que osa hablar de “transformación”, un mínimo de sentido común para acercarse y ¡comprender! la urgencia de echar a andar energías renovables. Por el contrario, el “Acuerdo” destaza la posibilidad de avance y desarrollo.

Nos manda a la Edad de Piedra. El desfase con la modernidad es cada vez más notorio y en su ceguera avienta a la República al mayor de los retrocesos, ajeno a la imposibilidad de dar marcha atrás, una vez que se atenta contra la naturaleza.

La “gracejada”, que se publica como responsabilidad de la tal señora Nahle, sólo pudo provenir de él. Vuelve a romper con el Estado de Derecho y atenta contra quienes trajeron su dinero a México, con proyectos que a todos convienen. Viola unos 30 tratados de protección de inversiones y concentra de manera monopólica la producción de energía, en la Comisión Federal de Electricidad.

Una CFE en manos de un mega dinosaurio –con serias acusaciones por corrupción-, ignorante de la materia y quien regresa al uso indiscriminado del carbón y el combustóleo, ambos fósiles en vías de extinción en naciones civilizadas. Producen energías sucias, contaminantes y más caras que las renovables.

Los proyectos limpios abarcan 18 estados y suponen más de seis mil millones de dólares, sólo para la Unión Europea. Su embajador ya exigió una explicación. Intervienen empresas canadienses, españolas, francesas, japonesas e italianas. El manotazo pone en riesgo cerca de 78 mil empleos.

Queda claro que interpondrán demandas: más millones a la coladera –como lo hizo con el Aeropuerto de Texcoco-, por una actitud enfermiza en contra del empresariado.

Se atreve, ¡Dioses!, a escribir un “ensayo sobre economía”, con lo que considera son las pautas que debería de seguir el Orbe. Si no estuviera de por medio México, de risa loca. Alguien que terminó la carrera, a trancas y barrancas, por encima de economistas e intelectuales, dando “recetas” para modificar el rumbo universal.

Otra pifia que nos meterá en graves aprietos: apagones, recibo más caro y el mayor alejamiento de inversiones, a un país sin palabra y sin Estado de Derecho.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Fue a La Rumorosa y escupió la nefasta declaración: “Los aerogeneradores producen contaminación visual”. Lo que para el resto del planeta es tabla de salvación, contra la despiadada contaminación, para AMLO “es feo” y amerita desaparecerlo. Por algo se mofan de su barbarie.

Por la puerta de atrás, como acostumbra la 4T, el fin de semana asestó un duro golpe a los inversionistas extranjeros. La “azafata” –no merece mejor calificativo-, Rocío Nahle, ordenó la publicación en el Diario Oficial, del “Acuerdo por el que se emite la política de confiabilidad, seguridad, continuidad y calidad en el Sistema Eléctrico Nacional de Control de Energía”.

De un plumazo desaparece la posibilidad de contar con energías limpias y renovables, afán primario de la humanidad, en su combate a la destrucción del medio ambiente. El desastre del cambio climático y los avatares meteorológicos que afectan a millones de personas, crearon la corriente de pensamiento a favor de salvar a nuestra casa, la tierra.

El Papa Francisco lanzó una Encíclica, a fin de concientizar sobre un tema que parece que, sólo a Trump y a López Obrador, les provoca urticaria. En México hay una enorme depredación de los recursos naturales y la selva chiapaneca es un ejemplo del salvajismo destructor de uno de los pulmones del planeta.

Se esperaba, de alguien que osa hablar de “transformación”, un mínimo de sentido común para acercarse y ¡comprender! la urgencia de echar a andar energías renovables. Por el contrario, el “Acuerdo” destaza la posibilidad de avance y desarrollo.

Nos manda a la Edad de Piedra. El desfase con la modernidad es cada vez más notorio y en su ceguera avienta a la República al mayor de los retrocesos, ajeno a la imposibilidad de dar marcha atrás, una vez que se atenta contra la naturaleza.

La “gracejada”, que se publica como responsabilidad de la tal señora Nahle, sólo pudo provenir de él. Vuelve a romper con el Estado de Derecho y atenta contra quienes trajeron su dinero a México, con proyectos que a todos convienen. Viola unos 30 tratados de protección de inversiones y concentra de manera monopólica la producción de energía, en la Comisión Federal de Electricidad.

Una CFE en manos de un mega dinosaurio –con serias acusaciones por corrupción-, ignorante de la materia y quien regresa al uso indiscriminado del carbón y el combustóleo, ambos fósiles en vías de extinción en naciones civilizadas. Producen energías sucias, contaminantes y más caras que las renovables.

Los proyectos limpios abarcan 18 estados y suponen más de seis mil millones de dólares, sólo para la Unión Europea. Su embajador ya exigió una explicación. Intervienen empresas canadienses, españolas, francesas, japonesas e italianas. El manotazo pone en riesgo cerca de 78 mil empleos.

Queda claro que interpondrán demandas: más millones a la coladera –como lo hizo con el Aeropuerto de Texcoco-, por una actitud enfermiza en contra del empresariado.

Se atreve, ¡Dioses!, a escribir un “ensayo sobre economía”, con lo que considera son las pautas que debería de seguir el Orbe. Si no estuviera de por medio México, de risa loca. Alguien que terminó la carrera, a trancas y barrancas, por encima de economistas e intelectuales, dando “recetas” para modificar el rumbo universal.

Otra pifia que nos meterá en graves aprietos: apagones, recibo más caro y el mayor alejamiento de inversiones, a un país sin palabra y sin Estado de Derecho.


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq