/ lunes 26 de febrero de 2018

Sin gafete

Tres de los seis elegidos, de esos operadores de emergencia, tragaron el sapo más grande a imaginar. Sin fruncir el gesto porque vaya que tienen experiencia.

En su inmenso, inenarrable pánico a López Obrador, el equipo de José Antonio Meade llamó, con una urgencia y un agobio tremendos, a operadores que habían agraviado, sobre quienes habían pasado como bulldozer de poder.

Porque eso hicieron Aurelio Nuño y Luis Videgaray, el verdadero poder priista, con Manlio Fabio Beltrones. No se diga con el ex titular de Gobernación, Miguel Osorio Chong. Y de pasadita, no dejar, con René Juárez al que hicieron a un lado.

Las dos mujeres tienen razones distintas para incorporarse, con labores que se antojan absurdas y poco exitosas, a esta campaña. Por su lado Carolina Viggiano no tiene Santo a quién rezarle, lleva la inmensa lápida del marido, así sea poderoso dentro del PRI, supuestamente. Y en su carrera ha optado por la puntita… un poco, apenas un poco, de todo.

Es como un aprendiz a perpetuidad, una “becaria” que va cambiando de oficina y de oficio, sin perder beneficios. Buena priista, pues.

El tema de Beatriz Paredes es diferente. Ya fue todo. Y por su orden. Ya se comió el pastel y volvió a comérselo. Ha tenido una carrera política de manual, incluso se le cumplió ser embajadora en Brasil. Y a su edad bien podía quedarse en su casa… tal vez esa sea la opción, el retiro, que le hace volver al ruedo sin necesidad alguna. Como si debiese hacer méritos para su futuro.

Por su parte Manlio Fabio no tiene necesidad alguna, pero sí, en cambio están el proyecto político de su hija. Y su amigo preso que requiere todo el apoyo oficial para medio librarla, o sea que no puede darse el lujo de ser él mismo en extensión. René Juárez, personaje entrañable, hombre de lealtades, tiene una vocación envidiable para la disciplina y va a ponerse a chambear como si Meade hubiese sido su candidato.

Y mejor ni hablamos de Miguel Osorio Chong, porque haber sido precandidato presidencial tendría que conllevar alguna dignidad. Es como si lo pusieran a prueba, a ver hasta dónde aguanta. Innecesario.

Lo de Mariano González Zarur, oportunismo puro, pésimo gobernador y todavía peor amigo de sus amigos, es distinto. Es como una burla innecesaria porque nunca ha sido operador político ni partidista. Y como gobernador fue bastante malo. No aporta nada a la campaña. Y si pone un tema de contraposición con su enemiga política, Beatriz Paredes, innecesario, porque es obvio que no van a darse ni un saludo.

Tal vez porque era tan complicado juntarlos, o por qué no querían que se notase la mala cara que traían, la presentación de estos seis operadores de la campaña política priista fue de noche, mero trámite, una fotografía con Aurelio Nuño como su “jefe” y al lado del candidato “Yo Mero” que debe estar muchos puntos, los que quieran ponerle, debajo de Andrés Manuel López Obrador.

¿Les irán a dar, a cambio de tragarse los sapos, por lo menos una plurinominal?

¿Va a servir incorporarlos a la campaña? Manlio tiene un Norte que maneja bien, y podrá intentar alguna venganza en Chihuahua. René Juárez va a chambear de sol a sol como ha hecho siempre, pero con un candidato como Mikel Arriola no va a conseguir muchas victorias.

Lo demás es parte de la fantasía en que quieren envolver al PRI, a la campaña, convenciéndose de que pueden librarla cuando todo indica que este arroz ya se coció a la tabasqueña.

No se trata de los generales sino de la batalla perdida.

En Tuiter: @isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com

Tres de los seis elegidos, de esos operadores de emergencia, tragaron el sapo más grande a imaginar. Sin fruncir el gesto porque vaya que tienen experiencia.

En su inmenso, inenarrable pánico a López Obrador, el equipo de José Antonio Meade llamó, con una urgencia y un agobio tremendos, a operadores que habían agraviado, sobre quienes habían pasado como bulldozer de poder.

Porque eso hicieron Aurelio Nuño y Luis Videgaray, el verdadero poder priista, con Manlio Fabio Beltrones. No se diga con el ex titular de Gobernación, Miguel Osorio Chong. Y de pasadita, no dejar, con René Juárez al que hicieron a un lado.

Las dos mujeres tienen razones distintas para incorporarse, con labores que se antojan absurdas y poco exitosas, a esta campaña. Por su lado Carolina Viggiano no tiene Santo a quién rezarle, lleva la inmensa lápida del marido, así sea poderoso dentro del PRI, supuestamente. Y en su carrera ha optado por la puntita… un poco, apenas un poco, de todo.

Es como un aprendiz a perpetuidad, una “becaria” que va cambiando de oficina y de oficio, sin perder beneficios. Buena priista, pues.

El tema de Beatriz Paredes es diferente. Ya fue todo. Y por su orden. Ya se comió el pastel y volvió a comérselo. Ha tenido una carrera política de manual, incluso se le cumplió ser embajadora en Brasil. Y a su edad bien podía quedarse en su casa… tal vez esa sea la opción, el retiro, que le hace volver al ruedo sin necesidad alguna. Como si debiese hacer méritos para su futuro.

Por su parte Manlio Fabio no tiene necesidad alguna, pero sí, en cambio están el proyecto político de su hija. Y su amigo preso que requiere todo el apoyo oficial para medio librarla, o sea que no puede darse el lujo de ser él mismo en extensión. René Juárez, personaje entrañable, hombre de lealtades, tiene una vocación envidiable para la disciplina y va a ponerse a chambear como si Meade hubiese sido su candidato.

Y mejor ni hablamos de Miguel Osorio Chong, porque haber sido precandidato presidencial tendría que conllevar alguna dignidad. Es como si lo pusieran a prueba, a ver hasta dónde aguanta. Innecesario.

Lo de Mariano González Zarur, oportunismo puro, pésimo gobernador y todavía peor amigo de sus amigos, es distinto. Es como una burla innecesaria porque nunca ha sido operador político ni partidista. Y como gobernador fue bastante malo. No aporta nada a la campaña. Y si pone un tema de contraposición con su enemiga política, Beatriz Paredes, innecesario, porque es obvio que no van a darse ni un saludo.

Tal vez porque era tan complicado juntarlos, o por qué no querían que se notase la mala cara que traían, la presentación de estos seis operadores de la campaña política priista fue de noche, mero trámite, una fotografía con Aurelio Nuño como su “jefe” y al lado del candidato “Yo Mero” que debe estar muchos puntos, los que quieran ponerle, debajo de Andrés Manuel López Obrador.

¿Les irán a dar, a cambio de tragarse los sapos, por lo menos una plurinominal?

¿Va a servir incorporarlos a la campaña? Manlio tiene un Norte que maneja bien, y podrá intentar alguna venganza en Chihuahua. René Juárez va a chambear de sol a sol como ha hecho siempre, pero con un candidato como Mikel Arriola no va a conseguir muchas victorias.

Lo demás es parte de la fantasía en que quieren envolver al PRI, a la campaña, convenciéndose de que pueden librarla cuando todo indica que este arroz ya se coció a la tabasqueña.

No se trata de los generales sino de la batalla perdida.

En Tuiter: @isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com