/ viernes 2 de marzo de 2018

Sin gafete

LA MALVADA PERCEPCIÓN

O CÓMO PERDER POR TU PROPIA NATURALEZA

Ricardo Anaya siempre se mostró en público como un hombre de muchos recursos económicos, con la capacidad de mantener a su familia viviendo en Estados Unidos, en una casa lujosa, mientras él viajaba a verlos cada semana.

Lo que, en automático, lo colocó en una nata muy delgada de privilegiados.De cara a un país habitado por pobres y muy pobres y otros todavía más pobres. Esta conducta, constatada en medios, de ostentación, que está en su naturaleza, es su mayor debilidad

Esto se magnificó ante la opinión pública por sus ambiciones políticas, que lo llevaron a convertirse en candidato presidencial.

Lo que existe ahora es una gran cantidad de información, que puede ser canalla como dice Diego Fernández de Cevallos, incluso manipulada desde el poder priista en contubernio con la PGR acéfala, que aumenta la percepción de que es un hombre enriquecido.

Y como Anaya, tan joven, se ha dedicado toda su vida a la función pública resulta difícil separar esto del prejuicio, muy arraigado, de que los políticos son corruptos a priori.

¿Es Ricardo Anaya un político de estos, de los que ha criticado tanto, un corrupto más?

Lo difícil va a ser que pruebe que no lo es.Y lo todavía más difícil va a ser ganar la batalla a la percepción social al respecto.

Porque en estas batallas electorales mucho, mucho que es en verdad mucho, está en manos de lo que millones de mexicanos perciban de los candidatos.Por eso, en un sentido diametralmente opuesto, digan lo que digan de López Obrador no pierde ninguna intención de voto.Porque la gente, millones de mexicanos, lo percibe de manera muy diferente a cómo dicen sus críticos que es.

Esta magia puede ser la tumba del candidato panista, que por otra parte parecería que ha jugado muy rudo con sus contrincantes, que se ha ganado calificativos muy duros de su propia gente.

Es decir, esto cae sobre una suma de negativos.

Anaya se ve como un hombre de muchos recursos económicos.La gente no está dispuesta a perdonar, no al menos en esta elección, que un político enriquecido por su paso por el poder, por los negocios inherentes a los puestos que ha desempeñado o a los “moches” que ha podido dirigir desde el Congreso, sea una opción de gobierno.

Lo que más irrita a millones de mexicanos es la sensación, percepción, de haber sido explotados por los gobernantes, de la impunidad con que se enriquecen mientras todos amanecemos un poco o un mucho más pobres.

¿Podrá Ricardo Anaya levantarse de esta inmensa crisis de credibilidad, más que penal?No lo creo.No, al menos, en cuanto al voto de los indecisos que es un factor importantísimo en la elección.

¿Fue juego sucio del gobierno, del PRI?Podría haber sido sucísimo, terrible, inaceptable, inmoral, pero el sustento son los negocios, esos “negocios” en la línea de lo ilegal que hizo.Y aunque Anaya no vaya, no al menos por este tema, a la cárcel, sí perdió mucho de su espacio político-electoral.

¿El Frente, que hizo papilla y se burló de Miguel Mancera, los panistas leales a su dirigencia que obligaron a Margarita Zavala a dejar el partido decidirán quitarlo de la candidatura presidencial?

Lo cierto es que ha sido un golpe durísimo, que lo va a bajar en las encuestas en automático.¿Esto ayuda a Meade?No, definitivo, no… Pero nadie sabe para quién termina por trabajar.

Así que la realidad, los priistas, Anaya, todos hacen cada día más fuerte a Andrés Manuel…

En Twitter: @isabelarvideBlog: EstadoMayor.mxBlog: CambioQRR.com

LA MALVADA PERCEPCIÓN

O CÓMO PERDER POR TU PROPIA NATURALEZA

Ricardo Anaya siempre se mostró en público como un hombre de muchos recursos económicos, con la capacidad de mantener a su familia viviendo en Estados Unidos, en una casa lujosa, mientras él viajaba a verlos cada semana.

Lo que, en automático, lo colocó en una nata muy delgada de privilegiados.De cara a un país habitado por pobres y muy pobres y otros todavía más pobres. Esta conducta, constatada en medios, de ostentación, que está en su naturaleza, es su mayor debilidad

Esto se magnificó ante la opinión pública por sus ambiciones políticas, que lo llevaron a convertirse en candidato presidencial.

Lo que existe ahora es una gran cantidad de información, que puede ser canalla como dice Diego Fernández de Cevallos, incluso manipulada desde el poder priista en contubernio con la PGR acéfala, que aumenta la percepción de que es un hombre enriquecido.

Y como Anaya, tan joven, se ha dedicado toda su vida a la función pública resulta difícil separar esto del prejuicio, muy arraigado, de que los políticos son corruptos a priori.

¿Es Ricardo Anaya un político de estos, de los que ha criticado tanto, un corrupto más?

Lo difícil va a ser que pruebe que no lo es.Y lo todavía más difícil va a ser ganar la batalla a la percepción social al respecto.

Porque en estas batallas electorales mucho, mucho que es en verdad mucho, está en manos de lo que millones de mexicanos perciban de los candidatos.Por eso, en un sentido diametralmente opuesto, digan lo que digan de López Obrador no pierde ninguna intención de voto.Porque la gente, millones de mexicanos, lo percibe de manera muy diferente a cómo dicen sus críticos que es.

Esta magia puede ser la tumba del candidato panista, que por otra parte parecería que ha jugado muy rudo con sus contrincantes, que se ha ganado calificativos muy duros de su propia gente.

Es decir, esto cae sobre una suma de negativos.

Anaya se ve como un hombre de muchos recursos económicos.La gente no está dispuesta a perdonar, no al menos en esta elección, que un político enriquecido por su paso por el poder, por los negocios inherentes a los puestos que ha desempeñado o a los “moches” que ha podido dirigir desde el Congreso, sea una opción de gobierno.

Lo que más irrita a millones de mexicanos es la sensación, percepción, de haber sido explotados por los gobernantes, de la impunidad con que se enriquecen mientras todos amanecemos un poco o un mucho más pobres.

¿Podrá Ricardo Anaya levantarse de esta inmensa crisis de credibilidad, más que penal?No lo creo.No, al menos, en cuanto al voto de los indecisos que es un factor importantísimo en la elección.

¿Fue juego sucio del gobierno, del PRI?Podría haber sido sucísimo, terrible, inaceptable, inmoral, pero el sustento son los negocios, esos “negocios” en la línea de lo ilegal que hizo.Y aunque Anaya no vaya, no al menos por este tema, a la cárcel, sí perdió mucho de su espacio político-electoral.

¿El Frente, que hizo papilla y se burló de Miguel Mancera, los panistas leales a su dirigencia que obligaron a Margarita Zavala a dejar el partido decidirán quitarlo de la candidatura presidencial?

Lo cierto es que ha sido un golpe durísimo, que lo va a bajar en las encuestas en automático.¿Esto ayuda a Meade?No, definitivo, no… Pero nadie sabe para quién termina por trabajar.

Así que la realidad, los priistas, Anaya, todos hacen cada día más fuerte a Andrés Manuel…

En Twitter: @isabelarvideBlog: EstadoMayor.mxBlog: CambioQRR.com