/ viernes 16 de marzo de 2018

Sin Gafete

  • Vivir entre dimes y diretes

Los Idus de marzo nos tienen instalados entre dimes y diretes.

Unos que, como bien asumió López Obrador, “calientan” porque son machistas. Otros que están en la PGR porque así decidieron políticamente, unos más que nos llevan a escuchar que el candidato del PAN “es un dos caras”… y así hasta el infinito.

Sin límite de adjetivación. A gusto del cliente electoral.

Al mismo tiempo que se crean cuentas falsas en redes sociales para “divulgar” noticias falsas, los periodistas se unen para “examinarlas”… y uno se pregunta en qué país vivimos.

Eso que no han iniciado, propiamente, las campañas electorales.

Lo más importante de lo que dijo el candidato presidencial de Morena, según ellos mismos y sus declaraciones, en la Convención Bancaria en Acapulco, fue que se le veía el ombligo. Costumbre, por cierto, totalmente tabasqueña.

¿Cuánto dinero se ha gastado en asesores de comunicación en el PRI para llegar al “Yo Mero” que suena a volado de merenguero? ¿Cuántos asesores, incluso extranjeros, tienen contratados sin decirnos? ¿Qué nos pasa? ¿Cómo es posible que el Presidente de la República, que gobierna para más de 120 millones de ciudadanos, tenga que declarar que no va a entrar en “dimes y diretes”?

¿Qué buscan, confundir a la ciudadanía?

Porque convencer está difícil.

¿Qué tenemos de cierto estos millones de mexicanos cacheteados por las declaraciones cotidianas de los protagonistas del poder político? Muy poco. Diría, sin pena alguna, que las propuestas más complejas que ha hecho Andrés Manuel López Obrador, junto con los nombramientos adelantados. Por lo menos, con él, ya sabemos de qué lado masca la iguana tabasqueña.

Con el señor Meade, de tantas capacidades intelectuales, nos queda claro que su esposa Juana es su admiradora y la primera convencida. Que le gusta usar vocablos que, seguramente, no le permitieron en su casa de niño como eso de “no le saques”.

Del señor Anaya nos ha quedado claro que hay un manejo oscuro del dinero, y que hay muchos intereses políticos en que esto se sepa, que el vídeo personal donde baila en una boda fue inmoralmente utilizado en su contra y que le gusta viajar a la menor provocación.

De los independientes mejor no hablar hasta que lo sean formalmente, pero vaya que ayudan a estos “dimes y diretes” todos los días, sobre todo el de Nuevo León.

¿Qué hemos hecho para merecernos esto? Ya pasamos por los asesores rusos, ya tenemos sobre las pantallas toda la información de los muchos posgrados de Meade, ya nos hartamos de escuchar que Margarita es la esposa de Felipe, ya el líder del PRI se construyó una casa de muchos millones, ya los del PES se pelearon, ya los del VERDE no van juntos porque no se llevan… ¿Qué nos queda para los meses que vienen?

¿Y la esperanza? ¿Dónde está el mensaje de esperanza común que muchos millones quiere escuchar hartos de las realidades? ¿Y la inseguridad, la violencia, la impunidad por qué no se tocan?

@isabelarvide / EstadoMayor.mx / CambioQRR.com

  • Vivir entre dimes y diretes

Los Idus de marzo nos tienen instalados entre dimes y diretes.

Unos que, como bien asumió López Obrador, “calientan” porque son machistas. Otros que están en la PGR porque así decidieron políticamente, unos más que nos llevan a escuchar que el candidato del PAN “es un dos caras”… y así hasta el infinito.

Sin límite de adjetivación. A gusto del cliente electoral.

Al mismo tiempo que se crean cuentas falsas en redes sociales para “divulgar” noticias falsas, los periodistas se unen para “examinarlas”… y uno se pregunta en qué país vivimos.

Eso que no han iniciado, propiamente, las campañas electorales.

Lo más importante de lo que dijo el candidato presidencial de Morena, según ellos mismos y sus declaraciones, en la Convención Bancaria en Acapulco, fue que se le veía el ombligo. Costumbre, por cierto, totalmente tabasqueña.

¿Cuánto dinero se ha gastado en asesores de comunicación en el PRI para llegar al “Yo Mero” que suena a volado de merenguero? ¿Cuántos asesores, incluso extranjeros, tienen contratados sin decirnos? ¿Qué nos pasa? ¿Cómo es posible que el Presidente de la República, que gobierna para más de 120 millones de ciudadanos, tenga que declarar que no va a entrar en “dimes y diretes”?

¿Qué buscan, confundir a la ciudadanía?

Porque convencer está difícil.

¿Qué tenemos de cierto estos millones de mexicanos cacheteados por las declaraciones cotidianas de los protagonistas del poder político? Muy poco. Diría, sin pena alguna, que las propuestas más complejas que ha hecho Andrés Manuel López Obrador, junto con los nombramientos adelantados. Por lo menos, con él, ya sabemos de qué lado masca la iguana tabasqueña.

Con el señor Meade, de tantas capacidades intelectuales, nos queda claro que su esposa Juana es su admiradora y la primera convencida. Que le gusta usar vocablos que, seguramente, no le permitieron en su casa de niño como eso de “no le saques”.

Del señor Anaya nos ha quedado claro que hay un manejo oscuro del dinero, y que hay muchos intereses políticos en que esto se sepa, que el vídeo personal donde baila en una boda fue inmoralmente utilizado en su contra y que le gusta viajar a la menor provocación.

De los independientes mejor no hablar hasta que lo sean formalmente, pero vaya que ayudan a estos “dimes y diretes” todos los días, sobre todo el de Nuevo León.

¿Qué hemos hecho para merecernos esto? Ya pasamos por los asesores rusos, ya tenemos sobre las pantallas toda la información de los muchos posgrados de Meade, ya nos hartamos de escuchar que Margarita es la esposa de Felipe, ya el líder del PRI se construyó una casa de muchos millones, ya los del PES se pelearon, ya los del VERDE no van juntos porque no se llevan… ¿Qué nos queda para los meses que vienen?

¿Y la esperanza? ¿Dónde está el mensaje de esperanza común que muchos millones quiere escuchar hartos de las realidades? ¿Y la inseguridad, la violencia, la impunidad por qué no se tocan?

@isabelarvide / EstadoMayor.mx / CambioQRR.com