/ lunes 2 de abril de 2018

Sin Gafete

Sobre todo en estos días de vacaciones, con su cuota de accidentes en carretera, encontramos peticiones desesperadas, con urgencia, para donadores de sangre.

Que únicamente ponen en evidencia la desidia oficial al respecto.

Un paciente que llega desangrándose, literalmente, a un hospital privado, donde cobran cuarenta mil pesos por día en terapia intensiva, no tiene acceso sino a una transfusión… y eso si tiene suerte y hay de su tipo.

Las siguientes, tema que literalmente es de vida o muerte, depende de los donadores. Suponga que sus amigos, sus familiares cercanos, están en otras ciudades. Los “bancos de sangre”, las instituciones de la Secretaría de Salud, no tienen forma de que la donación hecha en una ciudad sirva para un paciente en otra.

O sea que si no conoce a quien, generosamente, quiera donar sangre su familiar se muere. Punto.

A eso agréguese que muchos de sus familiares o amigos no sean donadores de sangre, por enfermedades que hayan padecido. Y eso en un hospital privado. Si vamos a los públicos, ni siquiera te operan si no llevas, por anticipado, a los donadores de sangre.

Dirán que es sencillo. Pero lo dirán quiénes no han padecido la angustia de ver morir a alguien por falta de transfusiones de sangre, como en la Edad Media.

No existe sangre en nuestro país para pacientes de extrema urgencia.

En días pasados los angustiosos mensajes de una conductora de televisión, persona muy conocida, con muchos miles de seguidores en Internet, volvieron a poner este tema en la mesa de discusión. Que es eso, una discusión entre ciudadanos que no lleva a ningún sitio porque quienes tienen la obligación de resolver un problema de salud pública como éste son las autoridades del Sector Salud.

Y no les interesa.

El problema de las donaciones de sangre, de los bancos, se solucionaría si fuese obligatorio donar sangre una vez en la vida para todos. Y si fuese una vez al año para los servidores públicos, militares, policías, empleados públicos, la gente que recibe un sueldo con el pago de nuestros impuestos, para que así hubiese sangre disponible siempre.

Y después a ver si se consiguen los donadores. Porque no es tan sencillo encontrarlos. Si es eficiente salir a, literalmente, “limosnear” un poco de sangre…

Falta una cultura de donación, sí pero sobre todo falta una organización eficiente para dar solución a este problema. ¿Qué sucede si turistas extranjeros se accidentan en una carretera mexicana? Si necesitan sangre pueden morirse porque no se las proporcionan en los hospitales, y obviamente no tienen amigos o familiares que puedan donarla.

No pueden ponerse en riesgo, perderse incluso tantas vidas, porque no ha habido decisión política, interés o siquiera imaginación para contar con sangre en los hospitales. La que no te hace falta hasta que la necesitas, hasta que no la encuentras en ninguna parte.

Se trata de algo que puede cambiarse con voluntad, de uno de esos cambios que a los políticos no les interesan…

En Tuiter: @isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx Blog: CambioQRR.com

Sobre todo en estos días de vacaciones, con su cuota de accidentes en carretera, encontramos peticiones desesperadas, con urgencia, para donadores de sangre.

Que únicamente ponen en evidencia la desidia oficial al respecto.

Un paciente que llega desangrándose, literalmente, a un hospital privado, donde cobran cuarenta mil pesos por día en terapia intensiva, no tiene acceso sino a una transfusión… y eso si tiene suerte y hay de su tipo.

Las siguientes, tema que literalmente es de vida o muerte, depende de los donadores. Suponga que sus amigos, sus familiares cercanos, están en otras ciudades. Los “bancos de sangre”, las instituciones de la Secretaría de Salud, no tienen forma de que la donación hecha en una ciudad sirva para un paciente en otra.

O sea que si no conoce a quien, generosamente, quiera donar sangre su familiar se muere. Punto.

A eso agréguese que muchos de sus familiares o amigos no sean donadores de sangre, por enfermedades que hayan padecido. Y eso en un hospital privado. Si vamos a los públicos, ni siquiera te operan si no llevas, por anticipado, a los donadores de sangre.

Dirán que es sencillo. Pero lo dirán quiénes no han padecido la angustia de ver morir a alguien por falta de transfusiones de sangre, como en la Edad Media.

No existe sangre en nuestro país para pacientes de extrema urgencia.

En días pasados los angustiosos mensajes de una conductora de televisión, persona muy conocida, con muchos miles de seguidores en Internet, volvieron a poner este tema en la mesa de discusión. Que es eso, una discusión entre ciudadanos que no lleva a ningún sitio porque quienes tienen la obligación de resolver un problema de salud pública como éste son las autoridades del Sector Salud.

Y no les interesa.

El problema de las donaciones de sangre, de los bancos, se solucionaría si fuese obligatorio donar sangre una vez en la vida para todos. Y si fuese una vez al año para los servidores públicos, militares, policías, empleados públicos, la gente que recibe un sueldo con el pago de nuestros impuestos, para que así hubiese sangre disponible siempre.

Y después a ver si se consiguen los donadores. Porque no es tan sencillo encontrarlos. Si es eficiente salir a, literalmente, “limosnear” un poco de sangre…

Falta una cultura de donación, sí pero sobre todo falta una organización eficiente para dar solución a este problema. ¿Qué sucede si turistas extranjeros se accidentan en una carretera mexicana? Si necesitan sangre pueden morirse porque no se las proporcionan en los hospitales, y obviamente no tienen amigos o familiares que puedan donarla.

No pueden ponerse en riesgo, perderse incluso tantas vidas, porque no ha habido decisión política, interés o siquiera imaginación para contar con sangre en los hospitales. La que no te hace falta hasta que la necesitas, hasta que no la encuentras en ninguna parte.

Se trata de algo que puede cambiarse con voluntad, de uno de esos cambios que a los políticos no les interesan…

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