El PRI tiene un ganador: René Juárez
En pocas semanas, René Juárez Cisneros, exgobernador, senador, expresidente municipal, exlíder estudiantil, priista de organizar eventos y tocar la tambora, consiguió bajar a las profundidades de la idiosincrasia de ese partido, comunicarse con sus miembros y, con enjundia, asumirse como su líder.
Es, por tanto, el ganador de esta elección.
Porque consiguió lo que parecía imposible: Devolver la esperanza a los priistas. Limpiar su espejo para que pudiesen volver a verse reflejados.
No importa cuál sea el resultado del domingo, René vino a demostrar que existe esa entelequia conocida como “priismo”, que sigue funcionando en buenas manos, pese a los agravios recibidos. Porque eso fue el nombramiento de un candidato presidencial ajeno al partido.
Juárez Cisneros vino a recuperar la esencia del partido como medio de ascenso social, como forma valida de negociación ante el poderoso, como aliado de los jodidos en sus necesidades sin resolver.
¡Qué olvidado estuvo el verdadero PRI este sexenio!
Lo que resulta una verdadera pena es que Juárez Cisneros no haya participado en las decisiones sobre los candidatos, porque otro sería el resultado de la elección.
¿Qué sigue para ese partido político?
Aparte de resurgir de sus cenizas, de refundarse, de regresar a sus orígenes, de volver a estar cerca del pueblo. Parecería que solamente Juárez Cisneros lo entiende, porque puede seguir el holocausto o la asombrosa capacidad de volver a nacer.
En estas semanas el líder del PRI recorrió el país a la manera de antes, con pancartas, tambora que él mismo toca, con atención a las líderes de colonia, con presencia de los seccionales, con discursos políticos, con arengas todavía más políticas. Sin miedo a la gente ni a los espacios abiertos. Lo hizo porque sabe, a diferencia de sus antecesores inmediatos, cómo hacerlo, pero también porque se parece a esos boxeadores que, con la cara rota, sangrando de la ceja derecha, madreado a morir, sale a pelear el siguiente round.
¿Fue suficiente?
Seguramente no. Era imposible rehacer un partido político en semanas, todavía peor con la carga de candidatos, fuese a diputados, a senadores, a todos los puestos de elección popular, sin esta sincronía con el pueblo, sin esta capacidad de comprensión que viene de una realidad donde el trabajo, el talento y la permeabilidad social lo han llevado de la mano.
Se tiene que haber tenido hambre para entender, se tiene que haber sido jodido para saber… y en esas materias le sobra conocimiento a René Juárez.
Me gustaría imaginar que puede ganar la elección este domingo. La realidad dice que no, pero vaya que debemos aplaudirle el inmenso esfuerzo, la voluntad, el vigor, la entrega a una causa que todos en el poder sexenal se empeñaron en que fuese, precisamente, una causa perdida…
@isabelarvide / EstadoMayor.mx / CambioQRR.com
